LA INESTABILIDAD POLÍTICA MÁS EL INDESEABLE RESURGIR DE LA VIOLENCIA, CONDUCEN A COLOMBIA A TENER SED Y HAMBRE DE DIOS
“Es que el bien terreno no puede seducir al alma, como un bien celestial”.
Prometí a mis, amables lectores, la segunda parte de lo acontecido espiritualmente en la pacífica e inmensa movilización patriótica de los colombianos, con corazón democrático que, en la Marcha del Silencio del 15 de junio, abarrotaron las calles de cerca de cuarenta ciudades y plazas del país y del extranjero, ante la inminencia de eventos caóticos y negativos que amenazan con transformar los valores, principios y respeto por la forma cómo, desde la existencia de la República, se han venido tramitando las leyes, emanadas desde el Legislativo, buscando disolver nuestra sólida democracia, el respeto por las instituciones, la división de poderes, además, de la indeseable proliferación de diversas facciones armadas en más de ochocientos, de los mil ciento tres municipios existentes, donde impera la ‘ley del más fuerte’ y la Constitución, nuestra ‘Carta de Navegación’, es desconocida y no acatada, aparte de la desbordada burocracia que, hoy, se devora, sin medida, lo tributado por los contribuyentes.
Los colombianos, en la Marcha del Silencio Sonoro, decidieron, en masa, escribir un contundente episodio, en el anhelo de restablecer su independización, en este nuevo capítulo que, hemos denominado Historias de Libertad. Allí, un cielo dominical, azuloso y despejado fue testigo del clamor de cientos de miles de patriotas que, de ninguna manera, aceptan la pérdida y el rapto descarado de su muy apreciada democracia, en manos de dictaduras comunistas obsoletas y recalcitrantes.
Pero, ¿cómo derrotar los fracasados mandatos autocráticos y la violencia manifiesta? Del modo más infalible que hay. La historia de la humanidad relata acontecimientos, dónde los enemigos de los pueblos han sido vencidos con la ‘vara’ indestructible de la oración. Por ejemplo, el rey Josafat de Judá -I de Reyes Cap, 22 versículos del 42 al 50- expuesto a una amenaza militar oró a Dios suplicando ayuda y obtuvo la victoria, cuando sus enemigos se enfrentaron entre sí. Igual, sucedió con Ezequías -2 de Reyes Cap 18 ver. 20-, quién por su oración fervorosa obtuvo la ayuda divina.
Se han ganado batallas, donde se creía que quiénes buscaban justicia, serían vencidos por ejércitos poderosos en armas, pero sin una poca de fe. Elevaron su corazón, su mente, sus ojos, ¿hacia Quién? Hacia Aquel que, verdaderamente, no defrauda, ama y nunca falla: Dios. Sin Quien nada es y con Él todo lo bueno, bello, justo y armónico es posible. Cuando los pueblos se arrodillan y oran a Dios, Él los escucha, se doblega y los salva.
Este despertar de conciencias, pareciera aflorar en el espíritu humano, cuándo las civilizaciones se ven sometidas por emperadores, reyezuelos y tiranos quiénes, mediante, decretos, edictos injustos e impuestos confiscatorios, son conducidas a las mazmorras de la esclavitud perpetua y a una extrema miseria e indigencia. ¡Eso, es la negación absoluta de Dios! El primer mandamiento de la Ley de Dios es desobedecido cuando, con medidas injustas e inhumanas, se le hace daño al prójimo. Ahí, no se está amando a nuestro Hacedor.
CUANDO LOS PUEBLOS UNIDOS BUSCAN LA JUSTICIA DE DIOS
Entonces, Dios de la mano de la casi extinta dama blanca, nuestra democracia, de su valiente y atribulado pueblo caminaron, unos, con rosario en mano. Otros, con el cuadro del Sagrado Corazón de Jesús en alto, con imágenes impresas de la Virgen Santísima y el alma esperanzada en alabanzas y oraciones, rogando al Cielo: ¡NO MÁS! ¡NO MÁS! No queremos ver que espíritus armados y violentos atenten contra los hombres, bien intencionados, que aman y luchan por una Colombia libre, segura, soberana y próspera y clamaban: ¡Fuerza Miguel! ¡Fuerza Miguel! ¡Miguel, amigo, Dios está contigo! ¡Miguel, amigo Dios está contigo!
¡NO MÁS! ¡NO MÁS! No queremos ver más el llanto, el dolor y el lamento, sin fin, que, surge de las entrañas de las madres, viudas, hijos de nuestros militares y policías, líderes sociales - por los que, en esta masiva convocatoria nacional, se hizo un minuto de silencio- que, siendo pacíficos y, en su mayoría, armados más de amor patrio que, de cualquier otra cosa, son inmolados, sacrificados por las balas, las granadas, los mortales drones, o los cilindros bomba de quiénes, cortan, prematuramente, esas irremplazables vidas, sin preguntarse: “¿porqué lo hacemos?”. ¿Acaso, no es un hermano más, hijo de esta tierra, que generosamente nos dio la vida a todos, sin excepción?
De esos pequeños que, a la fuerza y con amenazas, son cruelmente raptados de sus humildes hogares, dejando atrás sus juegos infantiles y sus aulas de aprendizaje, para abruptamente ser introducidos en los inframundos de la violencia, la violación, el negocio ilegal y la muerte precoz.
La Plaza de Bolívar se cubría con la emotiva concentración de colombianos, era la bienvenida a la dama vestida de blanca, la democracia y allí, en todo el centro, en una improvisada tarima, representantes de organizaciones de fe, entre católicos y cristianos, jóvenes y hombres de la Reserva, militares, bomberos, civiles, políticos y organizaciones sociales, desde el corazón, alabaron y oraron al Buen Creador de Colombia, llenando, así, cada espacio, cada rincón Patrio, de plegarias liberadoras, benditas, donde ni el fanatismo ni el proselitismo político encontraron eco, quedando demostrado, sin objeción alguna, que Colombia y los colombianos unidos, al ver que el caos y el mal buscan desplazar el bien obrar, atentar cobardemente contra la vida, la fe, la familia, el Orden y Libertad, tenemos más que nunca sed y hambre de Dios.
... “SÓLO DIOS LO COLMA Y REBOSA”...
Aprovechamos para mencionar un trozo de una importante reflexión del escritor J.M. Vergara, con el cual nos topamos, felizmente, en nuestras lecturas cotidianas, del porqué el hombre, aunque pretenda olvidarse de Dios o negarle, terminará convenciéndose de que existe, porque su alma es plenificada en Él y el mundo halla su orden perfecto, caminando con Él.
Extraído de una de sus prosas intitulada “La Indiferencia en Materias Religiosas”, esto dice de Dios:
...“Sobre todo, hay una voz muy elocuente para convencernos de esta verdad: y es la de la naturaleza, el acento lloroso de la desgracia, y hasta el grito sordo y brusco de nuestras mismas pasiones. Las más bellas palabras pronunciadas por el más grande orador para convencernos de que no hay Dios, se olvidan al momento que uno fija sus ojos en el sol, en el campo y en el hombre mismo. Tantos misterios que se encuentran, que no tienen explicación plausible, ni para el entendimiento más agudo y perspicaz, proclaman a una el Ser Sobrenatural que los formó. La naturaleza lo proclama: ese mar que se agita de una manera tan terrible y con un aparato tan solemne, que se muestra tan fiero y tan soberbio en sus tempestades, y tan humilde al llegar a una meta trazada en la movible arena, dice que hay un Ser que lo domina.
“El hombre no es feliz: la gloria, el placer y el oro no llenan sus deseos ni apagan su sed aunque son los mejores bienes del mundo. Bajo la púrpura de los reyes, la coraza del guerrero, los harapos del indigente y el manto del mercader, está siempre el corazón anhelando ese bien desconocido que jamás encuentra. El corazón humano tiene un vacío: el hombre echa oro, esperanza y laureles en ese vacío que es como el tonel de las Danaides -esfuerzos infructuosos-: jamás se llena. Pero, si le echa un pensamiento sólo de Dios, lo colma y rebosa. Dios es la plenitud del alma. Luego Dios existe”.
... “LA FUERZA DE UNA MAYORÍA QUE NO SE ARRODILLA A LA VIOLENCIA DE LAS MINORÍAS”
Queremos compartirles las oraciones, alabanzas y reflexiones de los predicadores colombianos de ese histórico día de Libertad, quince de junio 2025, para que, ustedes, mis amigos lectores, las guarden en su corazón o las repitan en los caminos por dónde vayan. Este es el mensaje introductorio de uno de los anfitriones con que se inaugura la jornada de oración.
“La Marcha del Silencio simboliza la esperanza de la vida que triunfará por encima de la muerte. La fuerza de una mayoría que no se arrodilla a la violencia de las minorías. Es por eso, queridos amigos, que decimos a una sola voz: ¡Fuerza Miguel! ¡Fuerza Miguel! ¡Fuerza Miguel!
" Amigos, los colombianos hoy salimos a marchar en defensa de la institucionalidad y los valores que nos unen como nación. Es por eso, que es mi deber informar que, por decisión propia de los partidos políticos y credenciales de los siete partidos, unidos por la democracia y concientizados de la libertad en Colombia, hoy no habrá proselitismo político. Por tanto, ninguno de ellos subirá a la tarima. ¡Que viva Colombia! Y responde la ciudadanía: “¡Que viva!!!”.
El abrebocas con que se da inicio a la programación de cantos y oraciones a Dios es nuestro Himno Nacional, el que es entonado con alma, vida y corazón por toda la multitudinaria concurrencia y se vislumbra que, en la tarima de presentaciones, el anfitrión toma en una de sus manos un cuadro del Sagrado Corazón de Jesús y, en la otra, la fotografía de Miguel Uribe Turbay.
... “LOS JÓVENES COLOMBIANOS RECLAMAMOS ¡SEGURIDAD!”...
La voz de los jóvenes se hizo sentir, expresando un sentimiento de rechazo y dolor: “No estamos de acuerdo con este desorden, con esta sangre, con este desgobierno. Los jóvenes colombianos reclamamos ¡seguridad! ¡Reclamamos seguridad! Pero, sobre todo, reclamamos que el Gobierno actual respete nuestro país.
“Pueblo colombiano, ustedes, son muy valientes al estar hoy aquí, después de tantos problemas de seguridad. Son muy valientes aquellos mayores que vivieron los momentos más aciagos del cieno de la violencia. Ustedes, están hoy aquí. Los invito a gritar: ¡Viva Colombia! ¡Viva Cristo Rey! - y la multitud respondía: ¡Viva!- ¡Viva María Santísima, Reina! -¡Viva!-
“Pedimos por la paz de Colombia. Mi nombre es Johan Andrés Paloma y en nombre de toda la juventud le decimos al país que los jóvenes no queremos desorden. Los jóvenes no queremos delincuencia. Los jóvenes no somos de izquierda. Los jóvenes reclamamos una Colombia mejor. ¡Gracias, Colombia!!!”.
La Reserva Activa, también, participó en la programación de la Marcha del Silencio, con la Oración Patria: “En nombre de la Reserva Activa, Veterano soy, con el corazón, sociedad civil y Veteranos...
“Colombia Patria mía, te llevo con anhelo en el corazón. Creo en tu destino. Espero verte siempre grande, respetada y libre. En ti amo todo lo que me es querido: tus glorias, tu hermosura, mi hogar. La tumba de mis mayores, mis creencias, el fruto de mis esfuerzos, la realización de mis sueños. Ser soldado tuyo es la mayor de mis glorias. Mi ambición más grande es la de llevar con honor el título de colombiano y llegado el caso ¡morir por defenderte”! ¡Gracias, Colombia!
... “COMPRENDEMOS LAS PALABRAS DEL QUE MURIÓ EN LA CRUZ”...
Un grupo de jóvenes artistas de canto y alabanza hace su presentación con una hermosa canción a Jesús y esta es la oración que hace el Pastor Fabio Yasara Caicedo por Colombia:
“Si pueden hacerlo, tomen la mano del que está a su lado. Dejemos a un lado las diferencias. Ya no importa el color de nuestra piel. Ya no importa tú edad. Los jóvenes, los viejos, los niños... Las mujeres. Todos hoy clamamos a una sola voz, porque necesitamos que Dios sane nuestra nación. ¿Alguien está de acuerdo conmigo? Levante las manos del que está a su lado. Que nadie se quede sólo. No importa si el que está a tú lado no te conoce. Tómale la mano, el brazo, dile: “¡No estamos solos!”. ¡Somos más los buenos! ¡Somos más los que clamamos por una nación! Si pueden cerrar sus ojos un momento, Y va a levantar su voz conmigo, ¡que se escuche la voz de una nación, que está herida, pero que clama que Dios sane a Colombia!!!
“Amado Padre, hoy, en el nombre de Jesús, nos unimos como uno sólo, clamando porque tu Sangre Poderosa sea derramada en cada rincón de esta nación, desde lo más alto hasta lo más bajo. De norte a sur de oriente a occidente. Colombia te necesita Jesús. Hoy, oramos por los violentos, para que sean Señor aplacados. Todo plan, toda estrategia del enemigo sea disipada y sea destruida, por el poder que hay en Tí, Jesús. Y hoy trae sobre nosotros ese perdón para que el odio, las diferencias se vayan y podamos ser uno, porque somos uno en contra de las tinieblas. Hoy, hacemos realidad lo que dice nuestro Himno Nacional. Comprendemos las palabras del que murió en la Cruz. Hoy, nos arrepentimos y te recibimos en nuestro corazón. Sé Nuestro Señor y Nuestro Salvador. Borra nuestra maldad. ¡Colombia, mi vida, mi casa, mis hijos Te necesitamos! ¡Sánanos, restáuranos, libéranos! Derrama tu paz y llena nuestra nación de tu presencia. Se Nuestro Señor, el Señor de Colombia. Nuestro Salvador. El Salvador de Colombia. ¡Y nunca, nunca nos dejes volver atrás! Y hoy te digo, Colombia, te ama Jesús. ¡Colombia te ama Jesús! ¡Fuerza Miguel! ¡Fuerza Colombia en el nombre de Jesús! Y Colombia grita: ¡Amén! ¡Aleluya! ¡Colombia, Colombia Dios te bendiga!
Esta es la oración que dirige en bendición a Colombia, por el rechazo a la violencia y la sanación del Senador Miguel Uribe Turbay, tras el vil atentado sicarial del que fuera víctima, la docente e investigadora Sara Caicedo, envuelta en el tricolor colombiano: “Buenos días Colombia. Vamos a consagrar esta Marcha al Señor. Al Rey de Reyes.
... “PERDÓN, SEÑOR, POR HABERNOS APARTADO DE TÍ”...
“Señor de los Ejércitos. Dios Misericordioso. Todopoderoso. Juez Supremo. Dios Sanador. Rey de Reyes. Alzaré mis ojos a los montes, ¿de dónde vendrá mi socorro? Mi socorro viene del Señor que hizo los cielos y la tierra.
“Señor: perdona nuestros pecados personales, familiares y de nación. Perdón, Señor, por habernos apartado de Ti. Por el odio y la violencia entre colombianos. Por la indolencia. Por el abandono y la crueldad hacia los niños. Por el asesinato de los bebés en el vientre. Por el derramamiento de sangre en nuestro país. Por la impureza sexual. Por la brujería y la idolatría.
“Gracias, Señor, porque Tú estas obrando. Estas uniendo, despertando a tu pueblo y la fe de Colombia. Venimos a Ti con necesidad y te pedimos Misericordia inmerecida. Venimos unidos, unánimes a clamar por un milagro de sanidad para Miguel Uribe Turbay.
“Señor Jesús tú fuiste herido por nuestras transgresiones. Molido por nuestras iniquidades. El castigo por nuestra paz cayó sobre Tí y por tus heridas hemos sido sanados. Envía ángeles protectores alrededor de Miguel Uribe y de todos los que te amamos. Permite que Miguel cumpla su propósito, que siga levantándose valiente por Colombia. Sabemos que los que aman a Dios todas las cosas les ayudan a bien. Esto es, los que conforme a su propósito son llamados
“Dios mío, declaramos para Miguel esta promesa: no moriré, sino que viviré y contaré las obras del Señor. No moriré, sino que viviré y contaré las obras del Señor. No moriré, sino que viviré y contaré las obras del Señor.
“Declaramos que Satanás es un enemigo vencido. Que Jesús anuló el arca de los decretos que había contra nosotros, que nos era contraria, quitándola de en medio y clavándola en la Cruz y despojó a los principados y a las potestades, los exhibió públicamente, triunfando sobre ellos en la Cruz.
“Cubrimos a Colombia con la Sangre de Cristo. La Sangre que sana, la sangre que salva. La Sangre que está sobre toda sangre. En nombre de Jesús echamos fuera todo espíritu de muerte, violencia, venganza y retaliación. Todo espíritu de división. Toda obra de brujería y hechicería cae por tierra. Todo espíritu de temor, estupor, entebrecimiento y engaño es echado fuera. Se caen los velos. En el nombre de Jesús declaramos división y confusión en el ejército enemigo de Colombia. En el nombre de Jesús Te pedimos que envíes un espíritu de paz, arrepentimiento, amor, justicia, valentía, unión y esperanza.
“Señor, abre nuestros ojos para que podamos ver lo que estás haciendo en nuestra nación y entender cuál es tu voluntad. Levanta a tu Iglesia. Levanta personas preparadas, sabias y expertas que hagan tú voluntad en el gobierno.
“Señor, Jesús, toma el control de Colombia. Que el Espíritu Santo convenza al mundo de pecado, justicia y de juicio.
“Declaramos en tú nombre un nuevo tiempo para Colombia. Un despertar. Libertad para los cautivos. Un avivamiento como nunca se ha visto.
“Declaramos que somos un sólo pueblo, caminando con la guía de tú espíritu. Declaramos que toda rodilla se doblará y toda lengua confesará que Jesús es el Salvador y el Señor de Colombia. -Amén, responde la concurrencia-
“Colombia, tierra del Espíritu Santo. Colombia, tierra de bendición para todas las naciones. Hemos orado en el nombre de Jesús, amén” . -y todos respondemos: amén...
“NO HABRÁ PAZ EN COLOMBIA HASTA QUE PIDAMOS PERDÓN”...
Al intervenir el moderador ante la concurrida movilización patriótica que, tuvo como centro alabar y orar a Dios, dio la bienvenida al Padre Juan Diego Cadena, quien ha estado presente en estos momentos difíciles junto al Senador Miguel Turbay y su familia. Seleccionamos algunos apartes de sus reflexiones:
“Queridos amigos, Jesucristo está vivo, ¡aleluya!... Estamos en un país que se ha sentido huérfano. Hace poco tiempo un niño huérfano, de catorce años, disparó a otro huérfano y ese es el gran dolor de esta Patria, que nos hemos sentido huérfanos, pero el Señor está hoy aquí, para decirnos a todos los colombianos: ‘Estoy contigo’. Te amo, nunca te abandonaré.
“Queremos pedirle perdón al Señor, porque, nosotros, los que estamos acá, ¡todos! somos responsables. Nosotros, también, hemos matado con nuestras palabras. Cada vez que hablamos mal de nuestro prójimo, de nuestra misma familia, estamos matando. Eso, que cantamos en el Himno, que nosotros entendemos las palabras del que murió en la Cruz, ¿lo aplicamos verdaderamente? ¿Entendemos sus palabras? ¿Entendemos que debemos amar a nuestros enemigos? Cuando fue la última vez que oramos por nuestros enemigos. Ese niño, huérfano, que disparó, fue abandonado. ¡Nunca más cánticos de violencia! ¡Sólo vamos a vencer en la medida en que perdonemos!
“Mis amigos esta es la Marcha del Silencio y voy a pedirles de nuevo que hagamos absoluto silencio. Vamos hacer silencio. Tranquilos, Dios no tiene afán. Dios es paciente. Hasta que esta Plaza no esté en silencio no vamos a continuar. Esta Plaza tiene que estar en silencio.
“Esta es la Marcha del Silencio. Dios nos quiere hablar. Dios nos está hablando y Dios sólo se le escucha en el silencio. A Dios sólo le escucha en el silencio... Hagamos silencio. ¡Dios nos habla en el silencio! ¡Dios nos habla en el silencio! Lo que está pasando en el país es un llamado de Dios. Nos quiere hablar a cada uno. Yo estuve ayer -sábado catorce de junio- con María Claudia, la esposa de Miguel. Tuve la linda oportunidad de brindarle el sacramento de la reconciliación. Y ella, que es su esposa, quiere darle un mensaje a todos los colombianos. Por eso, necesitamos silencio, porque necesitamos escuchar, porque hemos gritado por mucho tiempo. Hemos gritado arengas, unos contra otros, y nos hemos olvidado que Dios habla en el silencio. Ella, tiene un mensaje y nos quiere decir a todos: ¡Yo perdono! ¡Yo no tengo ningún rencor! Yo amo a Miguel, lo amo con todo mi corazón. También, amo al niño que atentó contra la vida de mi esposo. ¡Ese es el gran milagro! A Jesucristo lo crucificamos nosotros y mientras lo crucificábamos había unos que se burlaban de él, lo escupieron estando desnudo en la Cruz, ¡desnudo! Y ¿cuál fue su oración? Mis hermanos no hemos entendido, Aquel que murió en la Cruz y mientras pasaba esto, el decía: ´Padre, perdónalos, porque no saben lo que hacen’. -y en ese instante se oyó el descontento de la gente, que gritaba: ‘¡Fuera Petro! ¡Fuera Petro!-
“En este momento los voy a invitar a que nos pongamos de rodillas, porque todos nosotros somos culpables, ¡todos! ¡Aquí no hay inocentes! O, ¿cuál de ustedes no ha negado a su hermano?¿Quién de ustedes ha sido infiel? ¿Quién de nosotros...? Esto está pasando, porque el Señor quiere que escuchemos su voz, que nos arrodillemos y pidamos perdón. Pidamos perdón a Dios. No habrá paz en Colombia hasta que todos nosotros, empezando por los sacerdotes, pidamos perdón, porque nosotros somos padres que hemos fallado.
“Hemos fallado, porque no hemos estado con ustedes, porque hemos estado divididos con nuestros hermanos. ¡Ven hermano! -llama al Pastor cristiano-. Esto no es una campaña política. Jesucristo nos está hablando. Hagamos silencio y escuchemos lo que nos quiere decir. Desarmemos el corazón. Jesucristo no venció con la guerra. No venció insultando. Él venció perdonando. Y te quiere perdonar a ti y a mi. Yo soy un padre que ha fallado mucho, mucho. Pidamos perdón y perdonemos a nuestros padres. Tenemos una herida muy brava, porque nuestro corazón está herido por nuestros padres...
“En los rincones más apartados de este país hay gente orando. ¡Fuerza Miguel! ¡Fuerza Miguel!”.
Y así, el sonido sagrado del Shofar, el que anunció el más grande acontecimiento humano en el Monte Sinaí, cuando Dios le entregaba a Moisés los diez mandamientos, inscritos en piedra, una vez más, como en la Marcha del 19 O 2024, en favor de los derechos de los niños, llenó con su canto celestial los puntos cardinales de la Plaza de Bolívar y lo hizo, también, en los cuatro costados de Colombia, trayendo renovadores vientos de bendición, haciendo que los corazones de los colombianos se vuelvan al Todopoderoso y de esta manera, se logre expulsar los males que enferman a nuestra sociedad, incrementan la violencia, el odio, traen muerte, atraso e indigencia a nuestra edénica nación y todos podamos exclamar: ¡Viva la democracia! ¡Viva Colombia libre! (Textos Revista Llamas)
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