TERREMOTO DE 1999 EN
EL EJE CAFETERO…
AJUSTADORES
SEÑALAN FALENCIAS EN CONSTRUCCIONES
Foto tomada de La Crónica del Quindío |
Pasó
el mes de enero de 2018, más no así el imborrable recuerdo del hecho que convulsionó hace 19 años a los
colombianos, sobre todo a los habitantes de 28 municipios de los departamentos
de Caldas, Quindío, Risaralda, Tolima y el norte del Valle del Cauca, donde los
más afectados fueron Quindío y Risaralda, La tierra en esas regiones como nunca
trepidó y sus habitantes jamás
imaginaron que todo cuanto componía su estable vida, sus viviendas, sus
negocios, ese día 25 de enero de 1999 a la
1: 19 p.m., serían sepultados en una hora en que muchos reposaban o
tomaban alguna corta siesta después del almuerzo.
En
esta nota, haremos un breve recuento de lo ocurrido siete meses después del
duro cataclismo en el que perecieron cerca de 1900 personas y en las que manos
bien dispuestas del Eje Cafetero y de otros departamentos de Colombia participaron,
sin descanso, para levantar las poblaciones que fueron sepultadas por toneladas
de cemento, arena y hierro.
Dicen
los lugareños de las zonas cafeteras que, el abrupto desastre, trajo consigo un
buen número de migraciones de otros sitios del país y que, por lo mismo,
actualmente hay más personas de otras partes que habitantes nacidos en esas
tierras.
A
comienzos de 2019, se cumplirán veinte años del alarmante temblor y los
caldenses ruegan al cielo que jamás vuelva a repetirse el episodio trágico que
marcó sus vidas para siempre.
Volver
a levantar sus casas, veredas, municipios, ciudades no fue tarea fácil, fue una
labor impregnada de heroísmo. Para
lograrlo debieron, con la decidida cooperación de todos, aportar capital
financiero, humano y de trabajo,
sobrellevando de este modo el dolor, la desazón, la impotencia por las vidas
perdidas y las construcciones derruidas.
Foto La Crónica del Quindío |
¿QUIÉNES
COLABORARON?
En
el 2005, por ejemplo, se activaron programas transversales que redundaron en el
éxito de la impostergable reconstrucción.
Informes
periodísticos de la época señalan que la Federación Nacional de Cafeteros en el
departamento del Quindío adelantó alrededor de 3291 proyectos de
reconstrucción, 2071 predios atendidos y aproximadamente 15 mil millones de
pesos ejecutados. 30 ingenieros y dos digitadores atendieron estas labores.
INVÍAS
se encargó de cerca de 20.200 en el
departamento del Quindío, de los cuales 17.000 fueron demolidos, un millón
seiscientos mil metros cúbicos de escombros removidos, ciento cincuenta mil
metros cúbicos de vías rurales fueron limpiadas. Alrededor de ocho mil millones
de pesos ejecutados.
La
Red de Solidaridad dio refugio a 8585 familias en 112 albergues temporales.
Organización comunitaria y Coordinación Interinstitucional activó al menos 384
empleos urbanos de emergencia en todo el departamento y 999 empleos rurales.
La
Sociedad Colombiana de Arquitectos licitó y adjudicó obras para unos 63 centros
educativos en el departamento del Quindío, por un valor de ocho mil millones de
pesos, beneficiándose así 50.000 alumnos.
Expertos
ingenieros y arquitectos del renglón de los Ajustes en seguros como el profesional Antonio
de J. Hernández, gerente de una reconocida empresa de ajustadores de la
capital, aportaron sus conclusiones, después de detalladas inspecciones de
cerca de 8000 viviendas, sus falencias y sus aciertos constructivos. La
investigación se realizó por encargo de las compañías de seguros afectadas, con
el fin de indemnizar adecuadamente a los
propietarios damnificados, así como de la asesoría prestada al FOREC para el
control y avalúo de las cerca de 60.000 viviendas que por conducto de las
diferentes gerencias zonales fueron atendidas por este organismo.
Foto La Crónica del Quindío |
Estos
son algunos de los resultados:
¿QUÉ
ARROJARON ESTAS INSPECCIONES?
*Se
encontraron instalaciones eléctricas, hidráulicas y sanitarias diseñadas con
materiales de baja calidad, mal ubicadas y que las hizo colapsar antes del
seísmo y después de éste.
*Las
instalaciones deficientes, según estos expertos, pueden producir riesgos de
incendios, contaminación, humedad y generan altos costos en su reparación.
*Las
construcciones deficientes afectaron los suelos y las cimentaciones. En los
casos de taludes agravan la inestabilidad, produciendo derrumbamiento sin haber
tenido lugar el sismo.
RECOMENDACIONES
CONSTRUCTIVAS
Advierten
los ajustadores que el constructor debe contar con experiencia suficiente para
edificar de forma segura, aún cuando los procedimientos no aparezcan explícitos
en los planos de construcción, tal hecho no
los exime para cumplir normas y
códigos de obligatorio conocimiento y cumplimiento.
Estructura de estación de bomberos en Armenia se derrumbó y perdió la vida un bombero. Foto La Crónica del Quindío |
HALLAZGOS
Se
encontraron estructuras colapsadas que combinaban mampostería estructural con
bloques de arcilla reforzada con acero y columnas de confinamiento. Para los
expertos arquitectos y ajustadores el problema fue que las columnas fueron
fundidas previamente a la construcción de los muros y no a la par con estos, lo
que hizo que las columnas no reforzaran la mampostería y actuaran como una
frágil estructura independiente que produjo el derrumbe total de edificios.
Según
los ajustadores de seguros no hubo interventoría y supervisión en las edificaciones
colapsadas, siendo probable que las fallas de procedimiento constructivo, en
muchos casos, hayan sido porque no se ciñeron a lo estipulado en el proyecto.
Señalan,
además, que un buen número de construcciones sufrieron daños mínimos en su
estructura, demostrando su buena calidad.
ENTRE
ESCOMBROS SURGEN LAS ESPERANZAS
Al
cumplirse cerca de dos décadas del mega terremoto del Eje Cafetero, el diario
de provincia La Crónica del Quindío se sumó a la dolorosa efemérides del
terrible episodio con el artículo “197 Proyectos de Reconstrucción de Templos
se hicieron en el Eje Cafetero” en el que se señala la empeñosa labor de
recuperación que adelantó la delegación diocesana del Eje Cafetero.
En
ese entonces, nombró como delegado diocesano al profesional Héctor Alberto Marín Ríos ante el Fondo de
Reconstrucción del Eje Cafetero, FOREC, para la recuperación de iglesias. Estas instituciones se dieron a la
gratificante tarea de levantar, a partir de 197 proyectos, varios templos del
Quindío, Risaralda, Caldas y norte del Valle del Cauca, católicos y no
católicos.
En
la nota periodística Héctor Alberto Marín Ríos, hoy Secretario del Interior del
Quindío, expuso que la tarea de reconstrucción brindó un mayor reconocimiento a
las diócesis de Pereira y Cartago, y ayudó a gestionar las labores para la
catedral de Chinchiná. “Trabajamos con la unión de pastores del Quindío.
“Realmente
fue muy bonito, las iglesias y los templos fueron la primera iniciativa de
reconstrucción que hizo el FOREC. Trabajamos no sólo en el ámbito de
infraestructura, sino en lo social. Cada uno de los sacerdotes, la pastoral
social y juvenil, los pastores y todos los fieles participaron”.
En
la mencionada entrevista del reconocido tabloide quindiano, al funcionario
Héctor Alberto Marín Ríos, reviste
especial importancia el hecho de que, según el funcionario, al tiempo que se reconstruían los templos,
iban resurgiendo los barrios y, fue la
primera vez, que un estado laico se ofreció a aportar parte del dinero para
volver a la vida estas infraestructuras.
“Creo
que fue uno de los más grandes y exitosos proyectos. Nos ganamos un premio a la
excelencia y a la transparencia”.
En
este esfuerzo de recuperación también participaron ONG’S, sacerdotes e
instituciones como el Minuto de Dios.
(Editores Llamas)