INCENDIO EN NOTRE DAME
¿PARTIRÁ EN DOS LA HISTORIA
DE LA SEGURIDAD DE LOS PATRIMONIOS CULTURALES EN EL MUNDO?
“Virgen María, desde el borde del Sena, te
pedimos por Francia.
Tú, Madre, enséñale la esperanza”.
San Juan Pablo II -1980, al
pie de la estatua de la catedral.
“Notre Dame de París no es un edificio, es
una persona. No basta con mirarla. Hay que amarla”.
Paul Claudel, escritor y diplomático
francés del siglo XIX.
Foto: Cortesía |
En reciente entrevista, los arquitectos
Benjamín Mouton y el exbombero teniente Coronel Roger Prunet, supervisores de
la seguridad contra incendios en la catedral de Nuestra Señora de París,
admitieron a la prensa que evaluaron mal la rapidez con que una llama se
encendería y extendería a lo largo de la catedral.
Notre Dame no estaba cubierta por un seguro.
Cuando estas valiosas herencias culturales no están aseguradas en Francia es el
Estado que asume los costos de los riesgos de los bienes desde 1905.
Hay quiénes se preguntan, ¿será posible que
exista un paralelo entre la semi-destrucción causada por el fuego en Notre Dame
con el ocaso y el relajamiento espiritual que padece la humanidad por su
alejamiento de Dios, debido a la evidente descristianización?
Los datos estadísticos demuestran un decrecimiento de la fe en por lo menos cincuenta mil personas al año. El
mundo asiste a una apostasía silenciosa. Una tibieza e indiferencia hacia todo lo
relacionado con Dios.
San Juan Pablo II, en su visita a Notre Dame
en 1980, dirigiéndose a la conciencia del hombre que este por su rechazo a Dios
estaba renunciando a sí mismo.
Los medios impresos destacan informaciones
alarmantes de cómo no hay respeto por el milagro de la vida. Al año en el
mundo, se producen cerca de 800.000 suicidios y alrededor de 55 millones de
abortos, sin contar los producidos por la píldora de un día después y los
ocasionados por el diu.
La catedral de Nuestra Señora de París es el
corazón espiritual de una nación. Desde casi cerca de nueve siglos es el
reflejo del alma del pueblo parisino del medioevo hasta nuestros días. Esta
obra irrepetible de la arquitectura
gótica revela el sentimiento caballeresco de la Edad Media. El artístico templo
le rinde Culto a la Virgen María, a lo femenino y al amor por la naturaleza.
FORTALEZA PETREA
Foto AFP |
Sólo el suceso inesperado del incendio que
destruyó las dos terceras partes del techo de la catedral de Notre Dame –el hogar
del alma de los franceses-, hizo que millones de personas en el mundo unidas se
paralizaran, lloraran, rezaran ante el sobrecogedor sentimiento de impotencia y
de dolor, al observar conmovidas que su
más antigua y majestuosa joya de la historia universal quedara en ruinas,
abrasada por el intruso ígneo. Por fortuna, no se afectaron sus torres gemelas y su
estructura, aunque si hay visibles daños en sus paredes y muros. Nuestra Señora
de París es considerada obra excepcional del ingenio gótico y atrae alrededor
de treinta mil turistas al mes.
Foto Reuters
En el conmovedor incidente del pasado
quince de abril - curiosamente día Mundial del Arte- se derrumbó su aguja central, corona del crucero, colocada en la restauración de la edificación
en el S.XIX y en la que participaron los arquitectos Eugéne Viollet-Le-Duc y su
colega Jean-Baptiste Lassus.
En razón de lo divino, y con el esfuerzo de
cerca de cuatrocientos bomberos, uno de los cuales resultó herido de gravedad, el
enemigo voraz no logró sus dañinos propósitos, pues la fortaleza pétrea de las
labradas piezas artísticas de Notre Dame batalló para mantenerse erguida.
Doscientos años, desde 1163 a 1345, se alza
ante el mundo la catedral. Maurice de Sully, obispo, determinó erigir un nuevo
templo, permitiendo el apogeo del arte gótico. Alejandro III colocó la primera
piedra del egregio templo francés. Cientos de arquitectos, algunos anónimos,
con el ingenio de artesanos, ornamentadores, escultores y conocedores de Las
Sagradas Escrituras se dieron a la tarea sublime de darle vida a la Basílica,
de la que se dice: “Era para el pueblo parisino su catecismo, hecho de piedra y
de luz”.
Reflejo del sentimiento caballeresco que
afloraba en esa época. Notre Dame es la Virgen María. Le rinde Culto a Ella, a
La mujer, a la madre y a la naturaleza.
EL FUEGO DEVORA LAS MARAVILLAS DEL MUNDO
Lo cierto es que, recientemente, los
tesoros más preciados de la humanidad entre museos, bibliotecas, iglesias,
catedrales, entre otros, únicos e irrepetibles y de difícil, sino imposible, recuperación,
han quedado reducidos a cenizas ante la mirada atónita del ciudadano común,
quien perplejo ve esfumarse lo que una vez fue orgullo de las civilizaciones.
Pareciera que, aun cuando nos encontramos
en un período de repunte tecnológico, la era que predominara fuera la de la
destrucción, contrario a lo vivido por las generaciones medievales, ya que
siendo sinceros, ¿seremos capaces hoy de dar vida a portentosas Basílicas como
la de Notre Dame? Es allí donde confluyen la inspiración sobrenatural, la
belleza, la paciencia y el cuidado en cada detalle, para eternizar con
magistralidad en las esculpidas figuras pétreas narraciones de extraordinaria longitud, en la brevedad de
un espacio. Muros, contrafuertes, arcos ojivales, empinadas puertas, vidrieras
en flor, rosetones, tímpanos, arquivoltas, cúpulas, follajes de piedra, con
aves en enramadas y capiteles, escenifican en piedra la Historia Sagrada que
caracteriza a Nuestra Señora de París.
Por ejemplo, cuando el visitante llega al templo
de Notre Dame se encuentra con las tres portadas o puertas de acceso. La del
norte: la alba escultura de la Virgen con el Niño Jesús, da la bienvenida a
cada peregrino. En el sangriento episodio de la Revolución Francesa los agitadores
destruyeron una galería de los reyes de Judea, salvándose la Virgen,
reconstruida después. Arriba del destacado portón se observan en su tímpano
ojival tres escenas: el arca de la alianza con las tablas de la ley; la
dormición de la Virgen y en la tercera su coronación. En la puerta central se
relata en piedra el Juicio Final –aparecen los bienaventurados y los
condenados-, y, en la puerta sur, Santa Ana, mamá de María.
Asimismo hay esculturas de apóstoles,
santos, mártires, vírgenes, ángeles y profetas, sacerdotes del Antiguo
Testamento, agrupados en torno a un Cristo apocalíptico. En el pórtico de la
Virgen llama la atención San Dionisio, el santo que carga su cabeza en las
manos.
Vitrales de Notre Dame Foto Getty Images |
Las vidrieras policrómicas del siglo XIII
representan en el centro a la Virgen rodeada de medallones, donde predominan
los tonos azules y una refulgente luz tornasolada aviva el fervor del visitante
ante los luminosos espacios artísticos. También presenta adornos vegetales y
capiteles con ornamentos pictóricos alusivos a la naturaleza. La base o planta
de la construcción tiene forma de cruz latina.
PERÍODO DE MÍSTICOS
Es de anotar que, en el período en que se
construye Notre Dame, surgen personajes místicos que tendrán gran influencia en
la fe del medioevo como San Francisco de Asís, Santo Tomás de Aquino, Santo
Domingo de Guzmán, Santa Catalina de Siena, San Bernardo de Claraval, entre
otros.
Mientras los escultores labraban la
iconografía de la Basílica de Nuestra Señora de París, Santo Tomás se sumerge
en su Summa Theológica. Roger Bacon
investiga los fenómenos luminosos. La Escuela Franciscana de Oxford crea la
Metafísica de la Luz y, franciscanos y dominicos fundan sus conventos en las ciudades.
Era la arquitectura y el arte, como el alma
del hombre. Reflejaba su ser trascendente. El arte gótico religioso con sus
arcos y ojivas apuntaba su “mirada” hacia el cielo y el hombre respetaba la
Creación. San Francisco de Asís fue el exponente defensor de la naturaleza.
LA AGUJA COMO LA FE DEL HOMBRE, ¿SE
DESMORONAN?
Fuente AFP |
Es increíble observar como el
desprendimiento de la flecha o aguja central envuelta en llamas en Notre Dame produjo
inesperadas reacciones que no tardaron en expresarse en las redes sociales.
Algunos escribían comparando su caída con que parte de la humanidad ya no le interesa fijar
su vista hacia el cielo, es decir reconocer la existencia de Dios. Decían:
“Notre Dame, llama la atención a todos y expresa que así como la flecha se
desprendió del templo sagrado, el hombre de hoy, sin remedio, ha querido
desprenderse de su origen divino,
trascendental. Se evidencia un mayor alejamiento de Dios. No quiere reconocer
con humildad a su Creador. La naturaleza lo percibe y se resiente, porque el
hombre sin espiritualidad, se deshumaniza. El bien de los demás no está en sus
prioridades. Su finalidad primera y última es él y sus propios intereses, sin
importar los medios para conseguirlos. Un hombre desconectado de Dios se
destruye a si mismo y todo lo Creado”.
Opiniones no apartadas de la realidad. Hoy
se vive un secularismo, donde la humanidad se aleja de Dios y la familia se ve
amenazada.
UN HECHO SORPRENDENTE
Foto ABC |
Corría la noche de 1886, un joven francés de dieciocho años, Paul Claudel, asistía a una Misa de Navidad en la catedral. De un momento a otro fue sujeto de un sentimiento indescriptible, que lo llevó a un cambio interior, a su conversión. ¿Cómo sucedió esta asombrosa experiencia? Claudel se hallaba frente a la hermosa imagen de la Virgen y el Niño Jesús, asentada sobre una columna de Notre Dame, ante la cual se detienen numerosos turistas de todas partes, en ese momento escuchó un bello canto religioso, así manifiesta el milagro sucedido: “estaba entre la multitud, muy cerca de la Virgen, en la segunda columna a la entrada del coro, a la derecha del lado de la sacristía. Fue entonces (durante el canto del Magníficat) que se produjo el suceso que ha dominado toda mi vida. En un instante mi corazón fue tocado y creí”.
Sin
embargo, a lo largo de su vida no faltó quiénes lo señalaran tildándolo de
intransigente por su convicción religiosa. Ni las adversidades, ni las
dificultades le quitaban su alegría de profesar su fe en Cristo. Como todo
cristiano auténtico, ser humano con debilidades, reconocía su fragilidad y que
su fortaleza para levantarse después de alguna caída provenía de su invariable
fe.
Paul Claudel, escritor y diplomático, antes
de su transformación espiritual había sido formado en el marco de una educación
racionalista de estrechos límites en el entendimiento humano. Vivía sumergido
en la tierra dedicado a estudios científicos. Y según lo describe más tarde:
“Ni todos los libros, ni todos los argumentos ejercieron en mí el disuadirme de
mi envolvente fe”.
“CUANDO LA MADERA EMPIEZA A ARDER ES
IMPOSIBLE APAGARLA”
Los expertos arquitectos que tuvieron a su
cargo la supervisión del diseño del sistema de seguridad contra el fuego de Notre Dame, entre los años 2000 al 2013,
Benjamín Mouton y el exbombero, teniente coronel, Regis Prunet, Asesor en
Seguridad Contra Incendios del Ministerio de Cultura Francés, en entrevista con
The New York Times admitieron haber evaluado mal la rapidez con que una llama
se encendería y extendería a lo largo de la catedral.
“Quedé impactado por la velocidad con la
que se quemó el roble en Notre Dame”, indicó Mouton. “El roble de tantos años no
pudo quemarse como un fósforo. Resulta absolutamente incomprensible”.
Foto Getty Images |
Expertos en el tema señalaron que Mouton y
su equipo subestimaron el riesgo y, que la respuesta al fuego que diseñaron era
demasiado lenta para combatir el incendio a tiempo.
La nota periodística advierte que las
alarmas de fuego no notificaron a los bomberos de inmediato. Sólo una vez se
descubriera el incendio, se notificaría y desplegaría a la dirección de
bomberos. Eso significa que hasta una respuesta sin fallas, entraña una demora
de veinte minutos, desde el momento en
que suena la alarma hasta que los bomberos lleguen y, asciendan una escalera
empinada hasta el ático, cargando cientos de kilos de mangueras para comenzar
la batalla contra el fuego, lo que fue devastador.
“No tiene ningún sentido”, dijo Jonathan
Barnett, experto contra incendios de Basic Expert, Australia. “Que el personal
involucrado intervenga veinte minutos después
es un retraso enorme. Cuando la madera pesada empieza a arder, es
imposible apagarla. No entiendo por qué diseñaron el sistema con ese retraso”.
Científicos consultados por The New York
Times conceptuaron que la dinámica propia del fuego indica que si bien las
gruesas vigas de madera podían tardar en quemarse por completo, las llamas
tenderían a extenderse naturalmente por el esqueleto de madera del techo de la
catedral, asumir lo contrario, dijeron, fue un error.
En otro aparte del reportaje, el exbombero
Prunet aceptó que no se instalaron rociadores porque “hubieran anegado toda la
estructura”.
El equipo de seguridad contra el fuego de
la edificación explicó al diario norteamericano que se
inclinó por la prevención y la detección. En el lugar había dos guardas
día y noche, como en la bóveda de un banco, para monitorear la estructura del
techo. La catedral está íntegramente cubierta de detectores de humo y de calor.
Tres veces al día, alguien subía a verificar el funcionamiento de los sensores.
El artículo menciona que, al parecer, falló
el sistema de alerta, empezando por la respuesta a la primera alarma. El
guardia que ascendió no vio fuego y no le puso atención a la alarma y bajó.
“Nadie investigó correctamente esa primera alarma y probablemente haya sido el
error más grave, según Glenn Corbett, profesor de ciencias del fuego de la
Universidad de Justicia Penal John Jay de Nueva York.
Sin embargo, se le abona a los supervisores
de protección contra el fuego de la catedral, de acuerdo a lo manifestado en
esta entrevista que, antes de hacerse cargo de la seguridad del Templo, no existía
ninguna protección seria contra el fuego, ni implementación de muros antillama
en otros lugares de la Basílica y ningún plan de evacuación de fieles y
turistas.
EL ESTADO FRANCÉS PROTEGE PATRIMONIOS
CULTURALES
Incendio en Museo Nacional de Brasil en Río de Janeiro, octubre 2018. Leo Correa AP |
Un informe anual de la Organización de las
Naciones Unidas para la Educación la Ciencia y la Cultura, Unesco, publica el
estado actual de las condiciones de los monumentos más valiosos de la
humanidad, en donde el lugar común es
que estos bienes desaparecen o sufren daños irreversibles, sobre todo por falta
de recursos y del impacto del turismo globalizado.
Además, advierte, que hay carencia
generalizada de planes para gestionar siniestros en edificios y patrimonios de
alto valor histórico. Falta una acción real en la práctica para que los gobiernos
protejan las riquezas patrimoniales y culturales de un pueblo.
En Francia, cuando los bienes culturales no
están asegurados, es el Estado, desde 1905, el que asume los costos de estos
patrimonios, respondiendo por las pérdidas por daños en edificios y monumentos
religiosos; aunque si la fiscalía comprueba que el accidente se debió a la
imprudencia en las obras de las compañías, también deberían compensar. Las
cinco empresas que trabajaban en la renovación estaban cubiertas por aseguradoras.
Entre tanto, Nuestra Señora de París con
daños irreversibles debidos al
siniestro, deberá someterse a una larga reconstrucción, invitando al hombre a
que también realice una reconstrucción en su interior... A un acercamiento
saludable en su relación con Dios. La
Revolución francesa pretendió que en Notre Dame se cambiara el Culto a Dios por el culto a la
razón y a un ser supremo. El corazón del
pueblo parisino se resistió a ello, porque su espíritu se anclaba en la defensa
de su fe, la cual persiste en el corazón de la catedral y del mundo creyente,
como lo vimos el día en que el fuego quiso consumir el gótico recinto
espiritual. (Textos: Ivo Fleury, Investigación para revista Llamas.)