CONTRIBUYENTES: ¡A PAGAR MILES DE MILLONES DE
DÓLARES POR INCENDIOS EN
CHILE!
La Iglesia, las organizaciones de
administración y conservación de bienes culturales, los artistas, comunicadores y la
sociedad en general, ante los atentados de los últimos días en Chile, repudian los hechos y se
cuestionan: ¿Por qué destruyen los tesoros culturales y espirituales que son
orgullo y patrimonio de la cultura que
identifica a un pueblo, o a una civilización?
Si se lograra por el camino de la
violencia los propósitos que se persiguen como, por ejemplo, mejorar la
economía, hace tiempo que este sería el sendero victorioso para encontrar lo
anhelado. Pero la historia lo ha constatado cientos de veces: la
violencia es la vía por donde la derrota traza su camino y la pobreza es su
consecuencia inmediata.
¿POR QUÉ
DESTRUIR SU PROPIA CULTURA Y BIENES PATRIMONIALES?
Los incendios dolosos a bienes
públicos como la universidad Pedro de
Valdivia, cerca de la Plaza Italia y privados en Chile – profanando la Iglesia
de La Veracruz, en el barrio Lastiarra del Centro de Santiago, patrimonio
nacional, donde el fuego se inició en su interior, afectando su Frontis.
Ataques a los sagrarios y como consecuencia 16 compañías de bomberos de
Santiago luchando para combatirlos, corriendo por todos lados, porque aparecían
sorpresivos conatos incendiarios sin control en todas partes. Así mismo templos
Salesianos como el Santuario María Auxiliadora de la Ciudad de Talca y La
Asunción, además de una iglesia evangélica Bendecidos para Bendecir en la
esquina de las calles Santa Rosa y la Alameda, centro de Santiago-, fueron
impactados en los disturbios por las llamas, dejando un terrible malestar en
los creyentes y no creyentes. “Sentimos un gran dolor por lo ocurrido”, decían
testigos de lo sucedido.
Se ve con estupor en vídeos como
asaltaron, también, locales comerciales, un centro comercial con hotel, supermercados,
totalmente saqueados, además de la destrucción de las estaciones y el Metro de
Santiago de Chile, consumidos por el fuego intencional de los frenéticos disturbios.
En esta caótica situación ha habido muertes innecesarias, encontrándose, al parecer y según
informaciones de prensa chilena, una o dos personas calcinadas en uno de esos
edificios comerciales.
¿DÓNDE QUEDARON EL RACIOCINIO, EL EQUILIBRIO EMOCIONAL Y ESPIRITUAL?
Bomberos de Chile apagando incendio en Iglesia de La Veracruz |
Hoy ronda una preocupación en la población chilena que
se pregunta sobre ¿qué es lo que está pasando en el comportamiento de algunos
jóvenes y menores que se dejan arrastrar por el instinto y no la razón? Lo
cierto es que quiénes cometen tales actos, al parecer, han pasado o están
cursando estudios en aulas de instituciones educativas, colegios, universidades,
en donde se supone que se culturizan, buscan superarse… Entonces deberían ser
jóvenes o adultos que, aun teniendo distintas ideas, exponen sus pensamientos
con lógica, con meditación, raciocinio, equilibrio emocional y espiritual.
¿Si creo tener la razón, porque
expresarla de modo violento? Cuando los actos humanos no se rigen por la
sensatez, la madurez, la ecuanimidad, lo moral,
nos inclinamos por lo malo, lo tóxico, nos hacemos daño a nosotros
mismos y a los demás, sin importar los resultados de nuestro actuar.
La sabiduría popular apunta a
esclarecer que el uso de actos violentos, calumnias, injurias o expresiones
agresivas, para pretender con ello convencer o ganar credibilidad; son las
excusas de quiénes no tienen la razón.
Tarde que temprano los que
acometieron acciones de saqueo e incendio contra los patrimonios espirituales y
religiosos de Chile, dejándose llevar por sentimientos de furia descontrolados,
como se ve en un vídeo que muestra a menores de edad y jóvenes, a un niño de
catorce años que con furia pateaba y con
sus manos deseaba arrancar el torniquete de una estación del metro de Santiago,
se lamentarán por sus actos fuera de sí,
porque se dejaron influenciar o manipular por ideas de otros equivocadas,
instintos malos, de ira, y en donde ellos, con seguridad, no eran conscientes
de lo que hacían. Allí la razón y lo bueno no reinaron.
El uso de la palabra, del diálogo
inteligente no riñe con nada. Pero en estos desmanes y asonadas no fueron los protagonistas. Aquí
hubo más daño y ruido, que convincentes argumentos. ¡¡Que pesar!!
La palabra bien entretejida,
convincente, estuvo por debajo del caos reinante, en donde perdieron tú, yo, él, nosotros, ¡todos! Y, por
supuesto, quiénes lo ocasionaron. ¿Por qué? Porque además de existir pobreza en
los argumentos, pobreza en los actos delictivos y de piromanía, se suma esta
otra pobreza, derivada de los
descalabros sociales: las graves afectaciones de sus joyas
arquitectónicas, culturales y espirituales que, en alguna medida, atraen la
piedad de los creyentes y el turismo a sus pueblos y ciudades.
“QUIÉNES DAÑEN BIENES COMPROMETERLOS A REPARARLOS”
Cuerpo de Bomberos de Santiago de Chile, apagando incendio en la Iglesia de La Veracruz |
Consultamos con el Jefe de
Seguridad de una institución educativa colombiana, Edison Castaño, quien nos
comentó que no se debe ser débil a la hora de hacer cumplir la ley para que el
caos no reine y la gobernabilidad no sea debilitada, claro está, sin el uso de
la violencia. “Quiénes dañen bienes privados o públicos la autoridad debe comprometerlos
a repararlos, así aprenderán la lección que las cosas tienen un valor, cuestan
y que ellos deben ser responsables de respetarlas y cuidarlas. Con los
violentos motines los primeros afectados pueden ser ellos, causando, también,
como es natural, graves daños a otros, agregó el experto.
Se preguntó también a la gente del
común qué pensaba sobre lo vívido en Chile y la señora Ana Rodríguez opinó: “Las
catedrales e iglesias nos recuerdan lo trascendental de nuestra existencia. Que
no somos sólo materia, también somos espíritu. La materia con la muerte, algún
día, se vuelve polvo. Desaparece. En cambio nuestro espíritu se eleva, se va,
es eterno. Para los creyentes en Dios, hay otra vida que nos espera y que
también debemos respetar, allí seremos juzgados según lo que hayamos hecho
bueno o malo en esta vida material, porque sólo Dios conoce nuestras acciones y
sabe con qué intenciones obramos".
¿CAMBIO DE CONSTITUCIÓN: RESPUESTA A TODOS LOS PROBLEMAS?
El economista Eduardo Rojas opina: “Chile está preparando un plebiscito para el mes de abril de 2020, con el
fin de que el pueblo acepte o no el cambio de su Constitución, que fue aprobada
en 1980 en el gobierno de Augusto Pinochet. En mi opinión, si el cambio de
Constitución fuera la fórmula mágica para resolver los problemas económicos,
sociales y ambientales de un país, esto ya habría funcionado en otros países
del continente y del mundo”.
LA IGLESIA Y LOS BIENES TEMPORALES
Entonces, ¿cuál es el camino?
Hablamos con autoridades eclesiásticas, quiénes nos remitieron al Capítulo III
de la Solidaridad Humana del Catecismo de la Iglesia Católica, en donde ellos
consideran está la respuesta a los problemas que agobian a la sociedad actual,
con una visión netamente cristiana al servicio del bien común. Por ejemplo el
numeral 1940 dice: “La solidaridad se
manifiesta en primer lugar en la distribución de los bienes y la remuneración
del trabajo. Supone también el esfuerzo en favor de un orden social más justo
en el que las tensiones puedan ser mejor resueltas, y en donde los conflictos
encuentren más fácilmente su salida negociada.
El 1941 afirma. ”Los problemas socio-económicos sólo pueden
ser resueltos con la ayuda de todas las formas de solidaridad: solidaridad de los pobres entre sí, de los
ricos y los pobres, de los trabajadores entre sí, de los empresarios y los
empleados, solidaridad entre las naciones y entre los pueblos. La solidaridad
internacional es una exigencia del orden moral. En buena medida, la paz del
mundo depende de ella”.
Y el 1942 expresa: “La virtud de la solidaridad va más allá de
los bienes materiales. Difundiendo los bienes espirituales de la fe, la Iglesia
ha favorecido a la vez el desarrollo de los bienes temporales, al cual con
frecuencia ha abierto vías nuevas. Así se han verificado a lo largo de los
siglos las palabras del Señor: “Buscad primero su Reino y su justicia, y todas
esas cosas se os darán por añadidura” (Mt 6, 33).
(Colaboración de Magnolia Patricia Rivas)