LA HISTORIA BOMBERIL SE REMONTA A VARIOS SIGLOS CON ANTERIORIDAD A LA ERA CRISTIANA
PRIMER BRIGADISTA DE INCENDIOS ROMA
(PUBLICACIÓN REVISTA LLAMAS No.12)
Por: R.P. José Miguel Miranda Arraiza.-
La revista LLAMAS se honra en presentar la interesante conferencia del Padre Miranda, Teniente Capellán del Cuerpo de Bomberos de la capital. Se trata de un documento sumamente ilustrativo sobre la Historia Bomberil.
El texto de dicha Conferencia es el siguiente:
DEBERES PERSONALES Y SOCIALES DE LOS BOMBEROS
INTRODUCCIÓN.
En las fiestas de Santa Isabel, en Coímbra, los bomberos portugueses quisieron realizar una exhibición de sus habilidades, y para ello organizaron una extraña hazaña.
Se propusieron nada menos que dar fuego a un edificio con gasolina. Y convinieron que, apenas estallase el fuego, se llamaría urgentemente por teléfono a una de las estaciones de bomberos, quiénes estarían preparados para el efecto, y en el término de la distancia se presentarían puntualmente en el lugar del siniestro para ahogarlo diestramente y consecuentemente apuntarse un triunfo ante la ciudadanía. Ninguna divergencia hubo entre los organizadores sobre el plan a realizar. En lo único en que no estaban acordes era en la circunstancia cuantitativa del combustible. Y así, unos decían que para tal simulacro bastaba emplear un bidón de gasolina, otros que era suficiente medio bidón, otros optaban por tres o cuatro bidones. Al fin prevaleció el parecer del Jefe Principal, quien por no ser menos que los demás y en la confianza de que todo iba a correr sin dificultades exclamó: "Emplearemos siete galones: cuatro en las escaleras y los tres restantes en los tres ventanales del edificio".
La proposición fue aceptada con un nutrido aplauso y se dieron a la tarea de los prepartativos.
Llegó la hora señalada y estalló el incendio. El encargado tomó instantaneamente el teléfono, llamó a la estación de bomberos, y ¡oh contratiempo!: el aparato telefónico estaba ocupado. Volvió a llamar con impaciencia una y dos veces hasta que al fin logró comunicarse. Acudieron enseguida a la cita, pero desgraciadamene habían pasado unos minutos y ya era tarde... Y todos cuántos estaban dentro del edificio perecieron devorados por las llamas. Al día siguiente, el gobierno portugués declaraba luto nacional por el imprevisto siniestro.
Esta anécdota trágica y cómica a la vez, me va a dar pie para hablaros del tema señalado.
Pero antes hagamos un breve recuento histórico.
l. HISTORIA.-
La historia bomberil se remonta a varios siglos A.C., y fueron Grecia y Roma las que dieron a este Cuerpo una forma organizada.
En Roma existían unos vigilantes nocturnos que vigilaban la ciudad para dar la señal de alarma y auxiliar a la población en caso de incendio.
Estos guardianes nocturnos permanecían en las órdenes de tres jerarcas o jefes, llamados en latín "triunviri nocturno".
Como la población fue creciendo y los siniestros multiplicando, hubo necesidad de aumentar los vigilantes y consiguientemente los jefes hasta en número de diez, tomando el nombre de "descemviri nocturno". Más tarde, en tiempo de Augusto César, el Cuerpo de Bomberos encontró una organización, casi podríamos decir, perfecta. Fue creada por el Emperador el año A.C. y se componía de 600 esclavos. Este sistema de esclavos bomberos funcionó hasta seis años después de Cristo en que Augusto creó un departamento u organización mejor entrenado, más a tono de las necesidades y el prestigio de una ciudad que era la capital del mundo. Esta organización rindió espléndidos servicios hasta la caída del Imperio Romano (376 D.C.).
La nueva organización creada por César Augusto estaba compuesta por diez mil hombres, con equipo adecuado y suficiente y eran miembros de una organización semi-militar con divisiones y sub-divisiones similares a las del Ejército Romano, establecidas primera en residencias privadas y después en edificios propios.
Cada cohorte -y hemos dicho que eran diez,cada una con su jefe-, disponía de dos "Siphona" o máquinas, escaleras, escobas de metal, picotas, mallas, palas y otros equipos. La protección la lograban con mantas impermeables.
El personal era seleccionado ordinariamente por el Emperador entre la aristocracia romana. Había distintos rangos jerárquicos, incluyendo un prefecto, sub-prefecto, diez tribunos, cien centuriones y un número indeterminado de bomberos de distintas clasificaciones, denominados "aquarii" y "siphonarií" y otros más, cargos que correspondían más o menos a nuestros grados de comandantes, tenientes, sargentos, cabos, etcétera.
Los bomberos romanos recibían paga y una pensión al retirarse después de haber servido por más de veinticinco años. En Egipto,país de los viejos faraones, se ha encontrado recientemente un papiro, de dos siglos anteriores a Cristo, donde se habla ya de unos hombres destinados a apagar incendios y salvar a los ciudadanos de las llamas.
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SIPHONA |
Los hebreos y griegos no fueron tampoco a la zaga de los romanos, precisamente, las máquinas modernas que hoy vemos avanzar triunfantes por las calles de las ciudades, no son en realidad más que ediciones ampliadas y mejoradas de las máquinas llamadas "siphona", inventadas por dos griegos, el ingeniero Ctesibius, y el no menos ilustre Herón.
Esto sucedía doscientos años Antes de Cristo. Hasta ellos no se conocía ningún aparato extintor, a no ser el cubo de cuero, hecho de los intestinos y del estómago de los bueyes. Los intestinos servían de mangueras y el estómago de tanque o recipiente. Más tarde apareció la "jeringa", que consistía en un pistón para imprimir presión; en un extremo del cilindro se ajustaba "un reducidor" se llenaba el cilindro de agua y haciendo presión con el pistón se obligaba al agua a salir por el pitón con relativa fuerza; este tipo de "extintor" se usó en Roma 300 A.C.
Pero quienes dieron la pauta para los aparatos modernos fueron en realidad los dos ingenieros griegos citados.
No podemos olvidar, el aporte que la Iglesia ha ofrecido a la Institución bomberil en una u otra forma.
Un ejemplo de espíritu bomberil, sin haber hecho nunca profesión de bombero fue sin duda el de San Juan de Dios, fundador de la Orden Hospitalaria en la Granada Española.
Un día se incendió un hospital, y al oir los tremendos y lúgubres lamentos de sus enfermos, en su mayoría locos, que ya iban siendo presas de las llamas, se avalanzó sobre el interior del edificio, y fue sacando, aupados en sus hombros, a todos los dementes. Y esa hazaña la logró sin uniforme especial, ni guantes, ni impermeables, ni cascos refractarios, ni telones especiales de deslizamiento, ni escaleras de garfios, ni extintores de ninguna especie; con sólo sus brazos y su intrepidez ante los desvalidos que iban a ser devorados por el fuego; para que veaís lo que puede un ideal de amor al prójimo.
En París gozaron de mucha fama los capuchinos, quienes ante una alarma incendiaria, salían con sus luengas barbas y sus pies descalzos arredados de unas bombas rudimentarias y unos baldes o pozales de cocinas, dispuestos a apagar las llamas de cualquier lugar de la ciudad.
Cuentan las crónicas que en más de una ocasión tuvieron que volver los frailes de San Francisco, después de la faena lograda,con las barbas chamuscadas por el fuego y los pies quemados, ya que las sandalias de poco o de nada les defendían.
En nuestros días, aún la Abadía Trapense de Getsemaní, en el Estado de Kentucky. E.E.U.U., dispone de un Cuerpo de Bomberos propio.
(...)
2. DEBERES DEL BOMBERO
Y hecho este ligero preámbulo, hablemos un poco de las obligaciones del bombero.
El día 27 de julio de 1952, fue un día muy honroso para todos los bomberos del mundo. Mil setecientos alumnos de la Escuela Central de Bomberos, acudieron al Vaticano para visitar a Pio XII, el Papa que habló a todos los profesionales, y dirigiéndose a todos ellos, con palabras paternales de cariño y estimación, les habló así:
"De todo corazón os saludamos, amados hijos, alumnos bomberos de la Escuela Central Anti-Incendios. Sabeís que vuestra profesión exige una profunda y vasta preparación para PREVENIR y PARA APAGAR LOS INCENDIOS, para estudiar los métodos de salvación y de sanidad; presume también especiales cualidades personales, exige hombres fuertes de nervios sanos, buenos gimnastas que mantengan sus cuerpos en una severa discíplina, hombres tales, que aún en los ejercicios físicos y militares arriesgados, se pueda confiar en ellos; hombres de buen golpe de vista, presencia de espíritu, rapidez de acción; hombres valerosos y dispuestos a las pruebas más arduas.
Todo esto os lo deseamos, esperando que tengaís un éxito feliz en vuestras futuras pruebas. Pero si quisiéramos daros también algunas enseñanzas para vuestra vida, os recomendariamos de modo especial dos puntos:
1. DAD A VUESTRO SERVICIO UN SENTIDO SOCIAL.-
Es un sentido que ya lo tiene por si mismo como pocas profesiones. Os obliga a socorrer a las personas en peligro, a salvar de la destrucción violenta del fuego las personas mismas, sus casas y sus bienes. Conviene, pues, que en vuestro trabajo os dejeís llevar por este sentido y por este ideal: ayudar al prójimo, incluso y principalmente por amor a Jesucristo.
2. EN ESTO MISMO ESTA COMPRENDIDA YA NUESTRA SEGUNDA RECOMENDACIÓN
Sed hombres religiosos. Vuestra profesión es de aquellas cuyo ejercicio, sino siempre, por lo menos no raramente incluye graves peligros. Creed pues, en Dios y confiad en Él. y no olvideís de orar todos los días.
La Providencia y la gracia divina hagan de vosotros, al mismo tiempo, verdaderos cristianos y valerosos bomberos en los que puedan confiar el Estado, la ciudad y el pueblo".
En estas palabras del Papa Pío XII se encuentra concentrado todo el ideal del bombero perfecto, es decir, todas las cualidades de que debe estar adornado para cumplir los deberes para consigo mismo y para la sociedad.
TRATEMOS DE SUBRAYARLAS
CUALIDADES PERSONALES.-
EL QUE CREYERE QUE PARA SER BOMBERO BASTA CON DAR SU NOMBRE A LA INSTITUCIÓN BOMBERIL Y VESTIR UN UNIFORME ESTÁ EQUIVOCADO DE MEDIO A MEDIO. EL BOMBERO VALEROSO NO SE IMPROVISA. Y NO SE IMPROVISA PORQUE NECESITA CUALIDADES ESPECIALES, QUE SON MUCHAS, Y QUE ESTÁN BASADAS EN ESTAS DOS GENERALES:
VOCACIÓN Y APTITUD.
LA VOCACIÓN ES AQUEL LLAMAMIENTO PARTICULAR QUE UNO SIENTE HACIA DETERMINADA PROFESIÓN. EN NUESTRO CASO, A NUESTRO CUERPO BOMBERIL. ES UN ATRACTIVO NATURAL, UNA AFICIÓN ESPONTÁNEA, UNA INCLINACIÓN HACIA LAS ACTIVIDADES PROPIAS DE ESTA INSTITUCIÓN, LA CUAL NO ES OTRA COSA QUE LAS DISTINTAS CUALIDADES QUE TODO MIEMBRO DEBE TENER.
HELAS AQUÍ:
A) CUALIDADES INTELECTUALES.-
UNA PROFUNDA Y VASTA PREPARACIÓN PARA PREVENIR Y APAGAR LOS INCENDIOS Y PARA ESTUDIAR LOS MÉTODOS DE SALVACIÓN Y DE SANIDAD.
ESTO INDICA QUE EL BOMBERO DEBE TENER UNA PREDISPOSICIÓN CULTURAL ORDINARIA POR LO MENOS. UN CORTO ANALFABETO NO PODRÍA NUNCA SER BOMBERO.
B) CUALIDADES FÍSICAS:
SER HOMBRE FUERTES, DE NERVIOS SANOS. BUENOS GIMNASTAS QUE MANTENGAN SU CUERPO EN UNA SEVERA DISCÍPLINA.
QUE OFREZCAN GARANTÍA Y CONFIANZA EN SUS EJERCICIOS FÍSICOS Y MILITARES.
C) CUALIDADES SÍQUICAS:
HOMBRES DE BUEN GOLPE DE VISTA. DE PRESENCIA DE ESPÍRITU ANTE EL PELIGRO. DE RAPIDEZ EN LA ACCIÓN.
D) CUALIDADES MORALES:
HOMBRES VALEROSOS Y DISPUESTOS A LAS PRUEBAS MÁS ARDUAS, HOMBRES RELIGIOSOS, LLENOS DE AMOR A CRISTO.
HOMBRES LLENOS DE UN ESPÍRITU INMENSO DE CARIDAD Y DE AYUDA AL PRÓJIMO.
Sin estas cualidades personales, el bombero será un elemento mediocre, y lejos de dar gloria a la Institución, lo que harán es rebajarla.
2. OBLIGACIONES CON LA SOCIEDAD.-
De la misma profesión nacen las obligaciones para con la sociedad, para el servicio de la ciudadanía. Sin esa finalidad, no se concibe la Institución bomberil. "Es un sentido, dice el Papa, que lo tiene por sí mismo como pocas profesiones".
Puesto que es de su esencia "socorrer a las personas en peligro, salvar a la destrucción violenta del fuego a las personas mismas, a sus casas y a sus bienes".
Esto requiere: a) ANTE TODO, TENER UNA COMPLETA RESPONSABILIDAD DE ESE DEBER SOCIAL.- El bombero no es sólo. forma parte muy importante de ese conglomerado social de la ciudadanía, y si fallase en el momento oportuno, fallaría también gran parte de ese mecanismo.
b) CORRESPONDENCIA A LAS LLAMAS Y PRONTITUD EN ACUDIR A LA CITA.-
Una tardanza voluntaria o involuntaria, puede acabar con muchas vidas y muchos bienes de fortuna.
c) CONSAGRACIÓN
Pero supongamos que el bombero ha llegado con puntualidad al lugar del siniestro. ¿Qué es lo que todavía se le exige?
- ES EXACTITUD, GENEROSIDAD, ARROJO, VALENTÍA, O INTREPIDEZ Y EN FIN, TODO ESE CÚMULO DE CUALIDADES FÍSICAS, SÍQUICAS Y MORALES QUE ANTES HEMOS SEÑALADO Y QUE AHORA DEBE PONERLAS EN PRÁCTICA...
INCENDIO EDIFICIO JOELMA, SAO PAULO, BRASIL 1974