jueves, 16 de febrero de 2012

REVISTA LLAMAS INCENDIO DE AVIANCA

EL INCENDIO DE AVIANCA O UNA EXPERIENCIA QUE DEBE APROVECHAR EL PAÍS...
(REVISTA LLAMAS No.49 -1975)





foto: Nelly Zamora Velandia, julio 23 de 1973

foto: Manuel H. Rodríguez


El doctor Ramiro Ramírez Trujillo, director de Construcciones de Avianca y Asesor de dicha empresa aérea, viene haciendo importantes declaraciones a la prensa en relación con la reconstrucción de la Torre incendiada en 1973 -hace dos años- y dada al servicio después de su rehabilitación acelerada a un costo de algo más de cincuenta millones de pesos.

De acuerdo con estas importantes declaraciones la Torre sufrió sustanciales reformas, en cuanto a Seguridad Contra el Fuego y Movimientos Sísmicos, con sujeción a las más modernas técnicas conocidas, entre otras la dotación de un sistema automático de rociadores de agua que operan automaticamente al elevarse la temperatura por encima de los setenta grados. De estos rociadores se instalaron 60, cada uno de los cuales cubre hasta diez metros de superficie con lo cual se alcanza a proteger los 650 metros que tiene cada piso. Se instalaron, un monitor, independientemente de los teléfonos para dar las alarmas en cada piso, en caso de que ello sea necesario. Fuera de estos nuevos sistemas de control se dotó la Torre de Avianca con siete salas de máquinas que atienden permanentemente funcionarios capacitados para ello, dotadas cada una de ellas con placas antisísmicas. Estas máquinas se encuentran en los pisos 2, 10,20, 27, y 35.

Anotamos, con respecto a esta muy importante información, que los ingenieros no hablan en las declaraciones que comentamos del Reglamento Interno a que deben someterse los dueños de pisos, como Proexpo, Incomex, IFI, Federación de Arroceros y Caja Agraria, a fin de que al acometer el acondicionamiento de sus respectivos pisos para ocuparlos nuevamente, tengan que someter necesariamente los respectivos proyectos a la aprobación de la administración del edificio y del Cuerpo de Bomberos de Bogotá para evitar que vuelvan a funcionar los tapetes, las cortinas y los enchapados de madera y de plásticos combustibles que provocaron en 1973 un incendio que le costó a la economía del país $150'000.000, sin contar el lucro cesante. Hay, por consiguiente, que ponerle vallas al despliegue fanfarrón de ejecutivos irresponsables que comprometen la seguridad con fabulosas inversiones a cargo de un pueblo miserable.

Y por último, queremos insitir en que este Reglamento Interno de la Torre de Avianca, debe adoptarse por medio de decreto de la Alcaldía, como obligatorio para la totalidad de las Torres construídas o que se construyan en el Distrito Especial de Bogotá. La supervigilancia de este Reglamento, desde el punto de vista técnico, debe quedar a cargo del Cuerpo de Bomberos de Bogotá.-



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