LAS FALLAS NOS MUEVEN... ¡A PREVENIR!
(Por Pilar Segura, revista LLamas, Edición No.91)
Era el año de 1995, un 19 de enero cuando Bogotá fue sacudida por un sismo de magnitud 6.5 grados en la escala de Richter. Por fortuna, el saldo de muertos, lesionados y daños a construcciones no fue lamentable, pues ocurrió a 120 kilómetros de la capital.
Los datos de esa época informaron que el temblor arrojó cinco muertos, 28 heridos, averías en 40 edificios, infarto en las comunicaciones, 30 accidentes de tránsito y dos incendios en la capital.
El proyecto Integral de Mitigación del Riesgo Sísmico para la ciudad en uno de sus componentes "Medidas de Mitigación Ejecutadas por Ejecutar por parte de los Entes de Prevención y Atención de Desastres", trabajo avalado por el gobierno nacional y distrital, Universidad de Los Andes e Ingeominas, describe la labor, de carácter permanente, que se está realizando para prevenir los efectos desastrosos de los eventos telúricos.
-Aporte metodológico para la elaboración de microzonificaciones sismogeotécnicas, estimación de daños y evaluación de vulnerabilidad y diseño de edificaciones indispensables, acogida por la Norma Sísmica Colombiana.
Instrumentación adicional con acelerómetros tanto en la superficie como en la roca a 200 metros de profundidad, con fines de calibración y seguimiento.
Evaluación de la vulnerabilidad sísmica de hospitales, colegios, inmuebles de patrimonio cultural, edificios públicos, y toda clase de construcciones, así como su diseño, su rehabilitación y reforzamiento estructural, no -estructural y funcional-.
Análisis de vulnerabilidad sísmica, diseño y construcción del reforzamiento de los edificios del Centro Administrativo Distrital.
Evaluación detallada de vulnerabilidad de puntos críticos de líneas vitales y creación de normas para el diseño de las redes de gas a nivel urbano.
Fortalecimiento de las actividades educación, capacitación y participación comunitaria.
Revisión del Sistema Unificado de Manejo de Emergencias SUME, con el fin de mejorar y complementar las medidas de respuesta y preparación para la atención de emergencias sísmicas.
EDIFICACIONES VULNERABLES
Sismo de 1917 en Bogotá |
Ante un posible evento sísmico en Bogotá, el estudio de Microzonificación sísmica, adelantado desde 1994, establece que sólo a partir de 1984, cuando se expidió el Primer Código Colombiano de Construcciones Sismo Resistentes CCCSR, las edificaciones, no en su mayoría, tienen algún grado de protección en caso de un terremoto, pero las anteriores a este año son vulnerables al fenómeno natural.
Principales cifras obtenidas del estudio para el inventario de las edificaciones y cada uno de los escenarios sísmicos hipotéticos considerados. A los valores estimados de muertos se sumaron los heridos muy graves, que no alcancen a ser atendidos por dificultades presentes derivados de la inmovilización del tránsito.
SISMO LEJANO
Según el análisis de Microzonificación, en caso de que el sismo fuese de aceleración del orden de 0.03g a nivel de basamento rocoso es probable se vieran afectados edificios altos; la mayor concentración de pérdidas serían en la zona norte. Daños de estructuras en algunas edificaciones y averías de menor consideración en las edificaciones de toda la ciudad.
Si el movimiento de tierra ocurriera de día, se cree arrojaría 300 muertos y 1600 heridos. Si fuese de noche, entre 350 muertos y 1900 heridos.
12.3 millones de metros cuadrados de edificaciones, el cuatro por ciento del área construida de la ciudad quedaría destruida. Al menos 27.000 de sus 270.000 habitantes tendrían dificultad de alojamiento.
Las rupturas de las redes serían despreciables. Las empresas de servicios públicos restablecerían el servicio en forma inmediata.
CONSECUENCIAS DEL EVENTO -SISMO CERCANO FUERTE-
Ante un sismo que se presente en la misma falla con aceleraciones del orden de 0.20 g, equivalente a un sismo de 475 años de período de retorno, presentará el siguiente panorama: pérdidas en las cercanías orientales y sectores del norte y, el sur de la ciudad. Su incidencia sería baja en la zona occidental. Si sucede en el día, habría 3500 muertos y 20.000 heridos. Si fuese en la noche, habría 4.500 muertos y 26.000 heridos. 33.8 de metros cuadrados de edificaciones, equivalente al 10.9 por ciento del área construida en la ciudad serían destruidos. Catorce millones de dólares en pérdidas por los daños. El diez por ciento de 738.000 habitantes tendrían problemas de alojamiento.
Entre 450 y 500 rompimientos en la red del acueducto. 60 daños en la red de gas natural. Cerca de seis kilómetros y medio de lineas de cables de alta tensión colapsadas. Igual sucedería con centrales telefónicas del norte, el centro, oriente y sur de la ciudad.
La pregunta que surge, pues nadie sabe su hora, pero sí su hora de prevenir es: ¿cuántos de los ciudadanos estamos preparados o no y cuántos edificios se encuentran bien reforzados en caso de presentarse un evento sísmico? ¡Hay que despertar un hábito prevencionista y de conservación de las edificaciones permanente!