LA AMAZONÍA, GUERRERA DE
CONTROLADOS INCENDIOS,
HOY SE RINDE VENCIDA POR LA SEQUÍA, LA DEFORESTACIÓN, Y EL FUEGO QUE LA EXTINGUE
Todo
incendio en su indetenible marcha destruye sin compasión patrimonios naturales,
culturales, e históricos de difícil o imposible recuperación. Para frenar su
acción devastadora hay que hacer ¡Prevención!
La Amazonía:
insondable selva tropical que cobija en si misma millones de surtidos árboles,
formando sendos hogares verdes y frescos, donde canturrean aves exóticas,
viajan peces multicolores por sus sonoras aguas y fantásticas fieras, mamíferos y reptiles caminan por sus misteriosos senderos, ofreciendo a los amantes de
este planeta, nuestra casa común, la visión más sublime de la obra creadora de
Dios, contra la que nadie en un mundo civilizado y consciente debería atentar,
labrando así su definitiva decadencia y extinción.
DATOS DE UNA CATÁSTROFE
Tala de bosques Getty Images |
*
Para ambientalistas e investigadores de bosques tropicales la selva amazónica
gozaba de dos estaciones la húmeda y la
más húmeda. Siempre como valiente guerrera vencía los incendios. Hoy, su
tradicional clima se ha visto modificado. Hay una notoria sequía, porque el
humo, el hollín, la deforestación y el fuego están afectando el ciclo normal de
la lluvia, convirtiéndose en el combustible que hace de la región, la zona roja
más vulnerable del planeta para incontenibles incendios forestales.
*En
un 83 por ciento aumentaron los incendios forestales en esta zona en 2019,
superando el mismo período de 2018.
*Los
estados más afectados en el mega desastre causado por acciones irracionales
humanas y acrecidas por el cambio ambiental son: Mato Grosso (14000 incendios),
Pará (9818), Amazonas (7150), Tocantins (5776) y Rondonia (5604). Mato Grosso y
Pará, estados agrícolas de Brasil, donde los incendios forestales se han manifestado
imparables. Allí se presenta una
actividad agrícola que llega a la cuenca hidrográfica del Amazonas con
alto impacto en la deforestación.
*Imágenes
satelitales dan cuenta de nuevos incendios, alrededor de 9507 que se extienden
al norte del Brasil, cerca de la cuenca del Amazonas, hogar del bosque tropical
más grande del mundo.
*Inadecuado
uso de las tierras y la tala ininterrumpida de árboles generan la pérdida de
más de sesenta millones de hectáreas de la selva amazónica brasileña en tres
décadas.
*Aun
cuando el planeta padece en estos momentos los estragos causados por incendios
en España, Portugal, Canadá, Australia, EE.UU, Grecia, China, Africa, India, Siberia, en el Ártico… Ahora los
ojos del mundo se enfocan en Suramérica, donde la situación del fuego es más
incontrolable: en la Amazonía Brasileña, considerada el Pulmón Verde del orbe y
esperanza en el equilibrio climático por la captación de dióxido de carbono que
realiza. Así mismo en la Amazonía Boliviana, Paraguaya, Peruana y la Colombiana.
Colombia, además, sufre los rigores de más incendios forestales que arrasan
vastas áreas naturales en los departamentos de Tolima, Huila, Cauca, Santander,
Norte de Santander, Boyacá, Cundinamarca, Antioquia, Pasto…)
*En julio
de 2019, Imágenes Satelitales del INPE – Instituto Nacional de Investigaciones
Espaciales brasileño- lanzaron una alerta, porque en lo que va corrido del año
se habían registrado 2254 kilómetros deforestados (una superficie mayor a la
isla de Tenerife).
Telón de humo oscurece en el día a Sao Paulo Foto Reuters |
*Mato
Grosso do Sul, Paraná y Sao Paulo se vieron afectados por una densa humareda
que anticipó la oscuridad de la noche, aun siendo de día.
*El
INPE informó que los focos de incendio afectaron 68 reservas ambientales o
indígenas en la Amazonía.
*El
Parque Nacional de la Chapada dos Guimaraes, en Mato Grosso, perdió al menos
doce por ciento de su vegetación. La cobertura vegetal de la Reserva Indígena
Parque do Araguaia, del estado amazónico de Tocantins fue devastado por el
fuego.
*Las
quemas, actividad tradicional de colonos y agricultores para despejar el
terreno después de la tala de árboles, propiciaron el desastre incendiario de
la Amazonía.
MANOS CRIMINALES, COMÚN DENOMINADOR
Voces
de expertos ambientalistas aseguran que después de someter a la limpieza los
terrenos, estos quedan estériles, desolados e inservibles para el cultivo.
Asociando
tales prácticas con actos vandálicos, donde las zonas afectadas se demoran
veintenas de años y centurias para ser reforestadas.
Lo
curioso es que la naturaleza en su sabiduría, se expresa con señales, imágenes,
sitios, nombres…, perceptibles para
algunos. Es así que nos muestra como
carga con el insoportable peso de la violación de sus entornos, del irrespeto,
la ignorancia, la indiferencia, del actuar ilegal, el sin sentido humano, y en
el dolor de sus indefensas criaturas ella misma exclama: ¡No más! ¡No continúen derribando
con el hacha criminal árboles y prendiendo fuego a la vegetación!
Santa Cruz, Bolivia, devastada por incendios forestales Foto AFP |
Santa
Cruz, Bolivia, sufre los rigores del devastador crimen con los famosos “chaqueos”
–quemas- que hambrientos calcinan más 500.000 hectáreas de bosques y pastizales,
a lo que las autoridades cruceñas califican como “desastre departamental.
Perú
no se escapa de esta “ola” de fuego, con 98 incendios forestales, en 18
regiones del país. El Instituto Nacional de Defensa Civil (Indeci) cree que los
focos incendiarios son acciones humanas.
El
INPE – Instituto Nacional para las Investigaciones Espaciales- explica a la
prensa mundial que, cuando iniciaron en el 2013 los registros de incendios,
2019 se presenta como uno de los años con el pico más alto -74.155, con 40.000
incendios más que en el 2018.
Para
Carlos Durigan, experto conservacionista en Brasil, Director Nacional del
Programa de la Sociedad de Conservación de la Vida Silvestre, WCS, en
entrevista concedida al portal ambiental Mongabay, "hay una asociación criminal
que prende fuego creando enormes áreas de expansión para la agricultura y la
ganadería a gran escala, principalmente en el sur de la Amazonía en el gran
arco de deforestación brasileña…”
En el
panorama asfixiante que sufre la
Amazonía, como siempre en esta clase de situaciones se buscan culpables.
Entonces, salen a relucir acusaciones de uno y de otro lado. Del gobierno
brasileño de Jair Bolsonaro contra las ONG’S y de estas contra el gobierno. Lo
cierto es que mientras tanto el bosque tropical amazónico acusa una peligrosa
extinción, sin que se produzcan soluciones definitivas a la vista. Por ejemplo,
que el mundo aporte ingentes presupuestos para un patrimonio natural que es de
todos. Asimismo que se impida se tumbe un árbol más en este suelo y se
reforeste. Que se activen programas de monitoreo, de vigilancia permanentes y
efectivos, con el fin de prender las alarmas de autoridades ambientales,
bomberos forestales, guardabosques, y de policía para proteger los sitios de mayor deforestación.
Diseñar
campañas educativas dirigidas a pobladores y agricultores para hacer respetar
las zonas de reserva ambiental, a la vez aplicar duras sanciones penales y
económicas a los depredadores del ambiente.
SERVICIOS INVALUABLES
El
bosque tropical del Amazonas presta un invaluable servicio ambiental a la
humanidad, al constituirse en un laboratorio verde, único, siendo la farmacia
natural de donde surgen soluciones científicas para muchas enfermedades que
aquejan a la humanidad.
“LA AMAZONÍA Y LA AGENDA 2030”
Pedro Rivas Alves, Sargento de Bomberos, Mato Grosso, da de beber a armadillo BBC Brasil |
Consultando el documento de PNUD –Programa de
las Naciones Unidas para el Desarrollo- “La Amazonía y la Agenda 2030, en uno
de sus capítulos denominado “El Contexto del Desarrollo del Amazonas”, menciona
que el Amazonas alberga cerca de la mitad de la biodiversidad del planeta;
siendo un importante proveedor de bienes y servicios eco sistémicos, crítico a
nivel climático y, para el funcionamiento de los ecosistemas a nivel nacional,
local, regional y global. Sólo el río Amazonas proporciona el quince
por ciento del total de agua dulce en todo el mundo (SDSN Amazonía 2014)
También
menciona que la Amazonía cubre una superficie de 7.8 Kms cuadrados, consta de
doce macro-cuencas compartidas por 1497 municipios, 68 departamentos, estados,
provincias y nueve países: Bolivia (6.2%), Brasil, (64.3%), Colombia (6.2%),
Ecuador (1.5%), Guyana (2.8%), Perú (10.1), Surinam (2.5%) y Venezuela (5.8%), y la Guayana Francesa (1.2%).
El
informe aclara que estos países han adquirido el compromiso de implementar
actividades sostenibles para frenar el problema de la deforestación en la
región.
Asimismo,
cita un estudio elaborado por un grupo de científicos internacionales en el que
se concluye que la selva tropical del Amazonas es la segunda área más
vulnerable en el mundo después del Ártico.
El
documento de la PNUD indica que el cambio climático y el aumento de la
intervención humana está acercando a la Amazonía a un punto de no retorno, por
sus altas tasas de deforestación, migración y contaminación de la región.
Subraya,
además, que la región amazónica de Brasil representa más del sesenta por ciento
del bioma amazónico, y su reto es limitar la deforestación a gran escala, a
partir de la expansión de la frontera agrícola y de industrias extractivas.
En el
caso de la Amazonía colombiana, Colombia ha hecho importantes promesas para
frenar la deforestación con su “Visión Amazónica”.
EXPERTOS OPINAN
Raul
Silva Telles do Valle, Director de Justicia Socioambiental del Fondo Mundial
para la Naturaleza en Brasil declaró a medios periodísticos internacionales que
los municipios más deforestados es en donde se ve la mayor cantidad de fuego.
Fernando
Valladares, profesor de Investigación del CSIC y miembro de la Fundación Gadea
Ciencia en artículo titulado “Lo Peor está por Pasar”. “Todo lo que se Esconde
Tras los Incendios del Amazonas” -publicado en internet- presenta una visión
pesimista pero real, respecto a lo que podamos encontrar cuando las llamas
pasen: “Estos ecosistemas necesitan décadas para recuperarse de algo así. El
fuego acaba con la vegetación, pero también con todo lo que hay bajo ella y
convive con ella. Para recuperar lo que al día de hoy se está quemando,
tendríamos que cuidar minuciosamente la zona durante quince o veinte años, pues
deben recuperarse los árboles, los organismos del bosque, la fertilidad de la
tierra…”
Por
lo pronto, la selva con su multicolor verdor y especies inimaginables ¡se quema!
Las causas suelen ser antrópicas o naturales. El hombre se enfrenta a indomables
incendios con los equipos y tecnología de que dispone, pero se ve reducido ante
la fuerza propagadora que han alcanzado en los últimos tiempos. Los ecosistemas
como el amazónico son diezmados, poniendo de presente que en estas condiciones
lo que se prende ¡se pierde! Y se pierde, ¡Para siempre! (Editores Llamas)