martes, 14 de enero de 2020





¡FUEGO EN AUSTRALIA…!

EL INTRUSO PODEROSO QUE SÓLO EL CIELO PUEDE DERROTAR

La estructura social y gregaria del hombre se origina en su entorno familiar, enmarcado en un solo sentimiento: Amor. Si crecemos sin esa estructura, el grado de insensibilidad será tan grande que el día que nuestra Madre Tierra suspendida en el universo infinito desaparezca por falta de Amor, el único vestigio viviente será una sola gota de agua salada ocupando su lugar, la lágrima de Dios, nuestro Creador.




A raíz de los imparables y agresivos mega incendios forestales que para los meteorólogos, son originados por un fenómeno climático conocido como dipolo del Océano Indico –Niño indio- (IDC) donde la parte occidental del océano se calienta más que su parte oriental, produciendo la fuerte sequía y la devastación del suroeste de Australia, nos remitimos a un simpático relato que, alguna vez por curiosidad, llegó a nuestras manos sobre los datos increíbles de los coalas. Los animalitos de tupido y suave pelaje, ejemplares muy queridos por los australianos, tanto así que fueron declarados por ley: “especie rara de la fauna y patrimonio de la Corona”, lo que parece hoy no tener ninguna relevancia, dado que son el blanco mortal de las catástrofes ambientales producidas por fuego, partiendo el corazón de millones de personas en el mundo.

Y pensar que, junto a ellos, perecieron miles de zorros voladores de cabeza gris y otra inapreciable fauna nativa del continente austral entre mamíferos, aves, reptiles, insectos…, etcétera. Lista  a la que se suma el deplorable sacrificio de camellos que no es fauna nativa de ese país y, según los zoólogos, pueden consumir más de cien litros de agua en quince minutos si tienen mucha sed y durar, si hace mucho calor, hasta cinco días sin beber ni una gota. Pero, ahora, la buscan con desespero en esta hecatombe incendiaria. E, igualmente,  infinidad de cabezas de ganado que han muerto asediadas por el hambre y la sed, aparte de las millonarias pérdidas en la agricultura y la economía austral.

Pero volviendo a la historia de vida de los coalas, allí apreciábamos las cualidades de la singular especie y cada vez más comprendíamos lo mucho que podemos aprender los hombres de estos seres denominados salvajes pero que, en realidad, son todo lo contrario. Pese a la hostilidad del hábitat en que transcurren sus vidas. ¿Sabía Usted, querido lector, que la hembra coala como madre es solícita y a la vez severa cuando de corregir a sus crías se trata? Para disciplinarlas las coloca boca abajo y les propina sus buenas palmadas y de esta manera dejan de llorar. Palmadas o buenas zurras que deberían recaer sobre quienes siendo responsables de las áreas “verdes”, por negligencia o indiferencia descuidan, consciente o inconscientemente, los paradisiacos entornos naturales.

Según algunas voces acertadas o no, el problema radica, entre otros factores, en una serie de papeleos y requisitos dispendiosos, en donde la acción para proteger y realizar tareas de prevención de riesgos se estatiza en el tiempo, permitiendo al intruso fuego que, últimamente surge con anticipación a la temporada regular de verano, agreda parques y bosques de Australia y se propague, sin dificultad, en los parajes naturales devorando la vida de los seres que sostienen toda vida, en el ya muy azotado planeta llamado Tierra. 

Otro conmovedor detalle de los coalas es que son los animales más pacíficos de la naturaleza. No son amigos de peleas, son leales, cariñosos y no tienen habilidad para huir. Son mansos y confiados como ellos solos. Es más, cuando ocurre un incendio lo único que atinan a hacer es subirse a los árboles, de predilección  eucaliptos, porque buscan deleitarse con los retoños tiernos, el rocío de sus hojas, siendo poco bebedores de agua y allí esperan con resignación la muerte.

Terry Irwin, viuda del reconocido naturalista Steve Irwin, contó al programa matutino australiano Sunrise, que los instintos y el hábitat del coala juegan en su contra. “El instinto de los coalas es subir, ya que su seguridad está en la cima del árbol”, explicó Irwin. “Los eucaliptos tienen tanto aceite que se encienden y realmente explotan en los incendios”.

Pero, ¡cuánto no les costó llegar al territorio australiano! Al parecer por hipótesis científicas los antepasados del coala y otros primitivos marsupiales –canguro y ornitorrinco, con su pico de pato- debieron caminar hace millones de años por antiguos puentes intercontinentales que el mar luego cubrió, travesía que no compensa lo que han debido padecer en Australia hasta el punto de extinguirse a manos de cazadores y el fuego destructor.

Razón tenía aquel filósofo anónimo cuando decía que, por ejemplo, en lo que concierne a las especies y su perfecta armonía con la creación, su misterioso sistema de vida, cómo se defienden y se adaptan a su medio, cómo sobreviven ante los inmanejables eventos de la naturaleza, ¡si la vida de ellos, en realidad,  nos llegara a asombrar! ¡Los amaríamos, los apreciaríamos y lucharíamos por conservarlos!

COMBATIENDO EL FUEGO TRES BOMBEROS MURIERON 


Samuel McPaul y su esposa Megan NSW RFS

Por si fuera poco, 27 personas perecieron en estas emergencias y tres jóvenes bomberos voluntarios de la NSW  (Nueva Gales del Sur) RFS (Rural Fire Service) murieron atendiendo las duras jornadas de estos fuego rurales. Uno de ellos es Samuel McPaul -28 años-. Mientras estaba en el campo de fuego, el camión de bomberos desde el que operaba Samuel y la tripulación estuvo involucrado en un vuelco causado por vientos extremos asociados con el incendio forestal, donde él murió y los otros dos compañeros sufrieron lesiones no mortales.  

Geoffrey Keaton y Andrew O'Dwyer NSW RFS

Los otros dos bomberos, Geoffrey Keaton y Andrew O’Dwyer -36 años- también perdieron la vida trágicamente al volcarse y abandonar la carretera el vehículo de bomberos a causa de la caída de un árbol.  Hoy sus familias los lloran. Jóvenes esposas, una de ellas dará a luz en mayo de este año y las otras dos aún tienen niños de brazos.

Australia padece los peores momentos ante la presencia de cientos de focos ígneos a un tiempo en Canberra, regiones de Nueva Gales del Sur como la costa norte y norte central, Hunter, Hawkesbury y Wollondilly en el extremo oeste de Sídney,   Victoria, Sydney, Montañas Azules, Illawarra y la Costa Azul,  además de Aelaide  Hills e Isla Canguro



¿A QUÉ NOS ENFRENTAMOS?

Bombero enfrentando incendio en Nueva Gales del Sur, Australia Reuters


Para algunos expertos ambientales las labores relacionadas con la extracción o explotación de los recursos mineros como el carbón y la actividad industrial contaminante, o el transporte, incrementan el efecto invernadero que desemboca en desastres naturales como los incendios forestales. –Tema que genera mucha controversia, porque hay quiénes están del lado de la industria extractiva e industria en general y se defienden implementando prácticas amigables con el ambiente, avances tecnológicos y licencias ambientales demostrables.-    


Cuando los informes aterradores presentados por la Plataforma en línea Global Forest Watch y publicados en los diarios impresos y digitales, además de las cadenas de televisión o de la Organización Metereológica Mundial, OMM, nos dicen que entre enero y noviembre de 2019 se perdió ¡el 80 por ciento! de los bosques en el mundo, debido al incremento brutal de los incendios forestales nos parece una pesadilla. Y que podemos esperar ver arder los bosques en el hemisferio norte como nunca lo han hecho en los últimos 10.000 años. ¿No es una noticia alarmante que nos advierte que el final de la vida está cerca, que nuestro querido planeta está a punto de colapsar y no hay nada ni nadie que lo pueda detener?

Otro dato que nos deja perplejos es que, durante el 2019, hubo más de 4.5 millones de incendios forestales en todo el mundo, mayores de un kilómetro cuadrado, aumentando en 400.000 las conflagraciones más que en el 2018.

Los científicos, expertos en temas meteorológicos y el clima, consideran que hay una relación directa entre el incremento de los incendios y las temperaturas oceánicas más cálidas, a causa del cambio climático.

Aseguran, además, que los gases de efecto invernadero, ocasionados por el hombre, han elevado la temperatura promedio de la tierra en un grado Celsius, estimado desde el siglo XIX y que la superficie del mar también se ha calentado en 0.8 grados centígrados. Cuando la temperatura del océano se calienta menos energía y CO2 de la atmósfera es capaz de absorber y almacenar el agua. “El océano es como el aire acondicionado del planeta”, explica Karen Witshire, subdirectora del Instituto Alfred Wegener de Investigación Marina y Polar. La angustiosa situación se une a los análisis de estudios ambientales que arrojan con qué rapidez se está presentando el deshielo en los polos árticos y antárticos de la tierra. Entonces, cabe preguntarnos, ¿será el fuego el responsable de la destrucción de nuestra casa común?

REDUCCIÓN DE RIESGOS

Bomberos conteniendo los incendios Getty Images


La reducción de riesgos es un conjunto de acciones aplicadas en temporadas carentes de incendios, en donde se sabe que el combustible es el peligro y por lo tanto hay que reducirlo.

Uno de estos métodos es la quema prescrita. Las autoridades identifican áreas de riesgo cercanas a los  desarrollos o sitios donde aparecen incendios grandes y “reducen” la carga con la quema controlada. Pero hay un inconveniente, se busca reducir el combustible con la quema, pero esta acción genera humo que amenaza la salud y la vida de las personas.

Otra técnica es crear cortes de combustible, conocidos como cortafuego, donde se talan árboles que puedan alimentar el incendio y proteger así la infraestructura cercana. Esto también se ejecuta alrededor de las líneas eléctricas.

PROTECCIÓN DE LA VIVIENDA

Las pérdidas económicas aumentan con la catástrofe the Guardian


Investigaciones en la protección contra incendios demuestran que al eliminar toda fuente de combustible que se encuentre a una distancia de 40 a 50 metros puede ser la diferencia entre que la casa se conserve o se pierda en el fuego. En la tragedia incendiaria en Australia 2000 viviendas fueron arrasadas y reducidas a cenizas diez millones de hectáreas, la superficie de Portugal o Corea del Sur.

“ESTE ES EL FIN DEL PRINCIPIO”

A más de tres mil bomberos se les ha dificultado la extinción a causa de los fuertes vientos que van a velocidades de 80 kilómetros por hora, y han debido detener las operaciones de los helicópteros que arrojan agua. Al verse impotentes los escuadrones de bomberos de cada Estado afectado por el fuego han sido reforzados por bomberos voluntarios, soldados y ayuda internacional, fuera de donaciones realizadas por actores, músicos y deportistas famosos de nacionalidad australiana, como también personas filantrópicas de otras regiones del mundo y organizaciones protectoras del ambiente, fauna y flora.  

Según algunos medios locales australianos el riesgo de estos cataclísmicos incendios de 2019 era bien conocido por los jefes de bomberos de este país, quienes desde abril buscaron reunirse con el primer ministro australiano Scott Morrison pero, al parecer, no se pudo lograr.

Los equipos de bomberos han utilizado duchas dispersas y condiciones más frías con buenos resultados en los últimos días, manifestó un portavoz del Servicio de Bomberos Rurales de Nueva Gales del Sur al medio The Guardian Australia.

El ministro de Servicios de Energía de NSW, Nueva Gales del Sur, expresó a The Guardian, al comienzo del mes de enero de este año, que la situación de los incendios puede complicarse debido a que nos encontramos en el período de su mayor actividad, “este es el fin del principio”.

El primer ministro Daniel Andrew llamó a la población a permanecer vigilante, ya que la crisis de los incendios –iniciada en septiembre- “está lejos de haber terminado”.

CUANDO LAS CONDICIONES RETROCEDEN SE REDUCE LA PROPAGACIÓN DEL FUEGO

Comisionado Shane Fitzsimmons del Servicio de Incendios Rurales entrega casco a  Charlotte la hijita del bombero Andrew O'Dwyer muerto en su noble misión Reuters


El comisionado del Servicio de Incendios Rurales, RFS, Shane Fitzsimmons informó a la ABC News que el RFS ahora está logrando hasta el 90 por ciento de su programa anual de quema de reducción de riesgos. Que la reducción de riesgos es importante cuando se trata de manejar el fuego, pero no es la panacea para el riesgo de incendios forestales y tiene “muy poco efecto” sobre la propagación del fuego en condiciones climáticas severas o extremas.

“Es sólo cuando las condiciones retroceden un poco, que realmente tienes la posibilidad de reducir la propagación del fuego”.-
El Presidente Ejecutivo del Centro de Investigación Cooperativa Bushfire y Riesgos Naturales, Richard Thorton sostuvo a la prensa local  que la reducción de riesgos era parte de todo el panorama. “Con el cambio climático sabemos que las temporadas de incendio están comenzando antes y terminando más tarde. El peligro de incendio acumulado es mayor.

“Sabemos que esto significa que obtendremos más de estas situaciones climáticas que hemos visto en los últimos meses. Por lo que debemos considerar cada parte de todo el proceso de gestión de incendios”.

Concluyendo: los estudiosos de los incendios forestales, coinciden en afirmar que la labor de reducción de riesgos, como se ha venido aplicando, debe evolucionar para estar a tono con los desafíos presentes en los fenómenos atmosféricos y en el incremento de los incendios forestales por manos criminales e inescrupulosas que, de acuerdo a estadísticas, llegan a ocasionar el 96 por ciento de los incendios catastróficos en nuestro orbe.

La desazón de algunos residentes del territorio del continente Oceánico es experimentar cómo se ha acelerado el problema de la temperatura mundial. En las redes sociales se observa la preocupación de los pobladores de estas zonas, quienes manifiestan que los gobiernos, están dormidos, y se olvidan de activar la prevención ante de las emergencias. “Hay que ejecutar planes, para proteger a los ciudadanos residentes en áreas cercanas a los sitios vulnerables de conflagraciones. Los bomberos lo hacen, pero las sorpresas climáticas les llevan ventaja y se les dificulta controlar estos nuevos retos de la naturaleza. Las viviendas deben construirse con la tecnología que impida que el fuego las destruya”.

Otros tuiteros dicen: “Esas construcciones deberían planearse en sitios muy alejados de los ambientes rurales, pero a la larga con esfuerzo y  tiempo las casas se pueden reconstruir. Lo que no tiene reemplazo es la vida de las personas y de las especies únicas y diversas del continente austral, “esto tiene consecuencias irremediables en el equilibrio ambiental de la humanidad”. (Por Editores Llamas)