MILES DE AÑOS ATRÁS… ERUPCIONES VOLCÁNICAS FORMARON EL SUELO ARCILLOSO QUE HOY ESTREMECE A MÉXICO
Por Felipe Galves
¿Fueron las antiguas erupciones volcánicas las causantes que ciudad de México repose sobre suelo arcilloso?
¿Fue el drenaje de sus acuíferos subterráneos, la tala de sus reservas naturales, los cultivos y la expansión urbanística, por parte de los conquistadores españoles, lo que convirtió a México en un terreno inestable y peligroso ante un inesperado movimiento telúrico?
En la época de la conquista de México por parte del caudillo español Hernán Cortés, en el siglo XVI, la región azteca que conmocionó a los expedicionarios españoles, era una ciudad lacustre de cerca de 300.000 habitantes. El Valle de México tenía cinco grandes lagos de los cuales sólo existe el Xochimilco. Sus lechos son hoy el suelo de la Ciudad.
El terreno de México se caracteriza por ser un terreno arcilloso. ¿Cuándo surgió esta característica geológica? Lo explican en su trabajo investigativo los científicos de Enciso (1968) y De Pablo (1990) en el que indican que México estuvo sujeto a una gran actividad volcánica en los períodos Oligoceno- Mioceno, formando enormes depósitos de rocas vidriosas, lo que originó la mayor parte de las arcillas que encontramos en el país.
Geológicamente el suelo mexicano como el bogotano están constituidos por depósitos de arcilla originadas por la desecación de antiguos lagos. La enciclopedia técnica define las arcillas como un sedimento o depósito mineral que es plástico cuando se humedece y consta de un material granuloso muy fino.
El Investigador Geofísico del Servicio Geológico de Estados Unidos, doctor Gavin Hayes, hablando a los medios de comunicación del mundo, explica que, Ciudad de México, por situarse en una cuenca sedimentaria, este tipo de circunstancia amplifica el movimiento de un terremoto, distinto al que se produce en un terreno más rocoso
.Al ubicarse esta región centroamericana en una zona de subducción la hace proclive a fuertes seísmos. Las zonas de subducción son partes de la tierra donde una placa de la corteza terrestre se desplaza lentamente debajo de la otra. En México, la Placa Oceánica, la de Cocos, se desliza gradualmente bajo la Placa Continental, la de Norteamérica.La fricción entre las placas genera tensión, al punto que la energía reprimida se libera y ocasiona el movimiento telúrico.Los dos recientes terremotos que padeció México son producto de su zona de subducción que va a lo largo de la Costa Centroamericana, desde el centro de México a Panamá, afirmó a los medios impresos Gavin Hayes.
LOS CONQUISTADORES ESPAÑOLES EXTRAEN RESERVAS ACUÍFERAS DEL SUELO AZTECA
En el año 1500, para expandir su dominio en el nuevo reino conquistado los españoles trazan ambiciosos desarrollos urbanísticos y para ello tendrán que talar enormes reservas naturales y drenar ricos acuíferos subterráneos en el antiguo mundo azteca. Entonces, estas acciones denominadas procesos exógenos –causadas por la mano del hombre- fueron una de las razones de la desestabilización del terreno mexicano, esto sumado a procesos endógenos – ocasionados por la naturaleza- miles de años atrás las erupciones volcánicas convirtieron el suelo azteca en un terreno arcilloso. De ahí que, cuando se mueve la tierra, los daños son mayores y destructivos, como la caída de edificaciones, algunas de las cuales aún no cumplen con normas de construcción que contemplen la calidad del suelo mexicano.
Para algunos expertos geólogos, el problema comenzó cuando los españoles en su período de la conquista, al drenar las reservas de agua subterránea secaron lagos y al correr de los siglos el suelo mexicano vino presentando un hundimiento entre 30 centímetros y un metro cada año. Lo que no permite que el terreno se compacte, se estabilice y existan ondulaciones en las calles y en los edificios. Anomalías que aumentan con los sismos.
Pero la explotación del subsuelo en sus aguas subterráneas no es un hecho de tiempos de la conquista en México, ha sido y es una práctica muy común por parte de algunos de sus pobladores que ha dejado sentir sus consecuencias negativas, minando el subsuelo y generando hundimientos y fisuras poniendo en riesgo a sus habitantes.
La sobreexplotación de los acuíferos nacionales provoca la ruptura del ciclo del agua y con ello el agotamiento de muchos acuíferos que dificulta el crecimiento de las regiones productivas mexicanas.
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