viernes, 21 de mayo de 2021

LA PANDEMIA EN SU TERCER PICO: A PROPÓSITO DE LOS DISTURBIOS EN COLOMBIA ESTA VERDAD SIEMPRE ACTUAL: 'UN REINO EN GUERRA CIVIL VA A LA RUINA Y SE DERRUMBA CASA POR CASA'

 

¿ ‘LA LEY DEL MÁS FUERTE’… NO ES ACASO LA LEY DEL MÁS DÉBIL ?


 


El volcán Pacaya de 2.552 metros de altura y situado a unos 25 km al sur de Ciudad de Guatemala, es uno de los más activos de ese país centroamericano. Imagen de archivo (25.07.2020)

Dado que el planeta tierra es, hoy por hoy, el blanco de incontables desastres naturales entre inundaciones, huracanes, tornados, tsunamis, movimientos sísmicos, erupciones volcánicas,  como las ocurridas recientemente en Guatemala con su volcán Pacaya y el Etna, en Italia, e incendios forestales, las poblaciones más expuestas han aprendido a ser resilientes, preparándose conscientemente para evacuar o para hacer de sus viviendas refugios seguros donde preservar sus vidas, por encima de sus posesiones materiales.

Es claro, que los albures y riadas que, frecuentemente, golpean nuestro planeta son un desahogo de la energía concentrada en este pequeño globo terráqueo. Producen mucha destrucción pero su acción no está determinada por un cálculo racional, premeditado. ¡Noo!!! Es la liberación propia de sus incontenibles fuerzas naturales.

La naturaleza es sabia. Se convulsiona, pero se reconstruye. La naturaleza y sus embates salen indemnes de cualquier juicio, de cualquier señalamiento humano. No así las actuaciones salidas de  manos humanas.

¿Qué nos conduce a esta reflexión? Los hechos rechazables que llevan a algunos a lesionar la libertad de sus congéneres, sin siquiera conocerlos y sin motivo alguno más que el uso desbocado de la fuerza. Su lema es sin lugar a dudas: aquí vence ‘LA LEY DEL MÁS FUERTE’. Siendo seres racionales provocan acciones irracionales, fríamente calculadas y premeditadas. En donde algunos hombres están a un nivel por debajo de cualquier fiera salvaje, porque el animal obra por instinto y por sobrevivencia.

¿QUÉ CONDUCE AL HOMBRE A  ACTUAR ASÍ?

Saqueos en el Puerto de Buenaventura. Foto Redes Sociales

Entonces impulsado por sus descontroladas inclinaciones, en donde prevalece un ser sin sentimientos, sin corazón, sin buen uso de razón y sin alma. ¿Qué conduce al hombre a actuar así? Esto nos contesta el profesor en Humanismo y Ciencias Religiosas, Teodoro Núñez: “Pienso cuando nuestros antepasados primitivos arrastraban a sus mujeres por los cabellos para llevarlas a sus cuevas. Lo hacían porque era su forma de reafirmar su supremacía ante su pareja y el entorno natural hostil que lo rodeaba. Son cientos de años que nos separan de estos nuestros antepasados, pero el comportamiento actual de algunos hombres es peor, es del todo censurable, cuando estamos en una era cultural, tecnológica  y educativa sin precedentes.

“Con el tiempo, para hacerse a terrenos y asentar allí su vida y la de sus clanes guerreaba para disputarse esas tierras. Luego las técnicas bélicas se sofistican  entre países para ostentar su poderío reinante y armamentista. Sus enfrentamientos no son desiguales.  

“Pero, mirando lo que pasa aquí en Colombia es más duro e inaceptable cuando las hostilidades se producen entre hijos de una misma nación, haciendo uso de las armas menos convencionales, más artesanales, pero no menos letales. Es el pueblo contra el mismo pueblo. Dañando con sevicia lo que es de utilidad y servicio para toda la comunidad.

“Unos movidos por intereses nada altruistas como saquear, incendiar, bloquear y sembrar el terror y el temor. Otros impulsados por su loable tarea de mantener el orden, la seguridad y la vida. Como nos enseñó el Maestro de maestros, cuando piso nuestro suelo hace dos mil años: ‘Un reino en guerra civil va a la ruina y se derrumba casa por casa’ (Lucas 11, 14-23) S. Biblia. Sabia expresión que nos confirma porque Jesús hizo Su alianza de Amor con los hombres, al donar su vida por amor a nosotros en la Cruz para salvarnos. Para demostrarnos que si en la vida sembramos lo contrario a su Ley de Amor, nos dejamos enceguecer por el odio, la venganza, lo malo, en ese momento nos deshumanizamos y convertimos nuestras vidas en verdaderos infiernos, donde más pierden quiénes se dejan dominar por tales inclinaciones. La historia así lo demuestra, la maldad nunca triunfa y los pueblos pudiendo desarrollarse en paz se pierden de esa gran oportunidad. La violencia y la tiranía son de hecho derrotas del hombre carente de toda espiritualidad”, concluye el académico.

¡SE ENGAÑAN!

 

    Foto El País de Cali

Aquí surge otra frase que nos hace reflexionar en si vivimos esta verdadera y estremecedora  afirmación: “En el ocaso de nuestras vidas seremos juzgados por nuestras obras de amor”. Y esta aplica tanto para ricos como para pobres,  feos y bellos,  altos y bajos, delgados o gordos, etcétera.

Y, aunque algunos crean saborear el valor de la victoria al ejercer la equivocada ‘LEY DEL MÁS FUERTE’, ¡se engañan! Por allá, esculcando en lo más profundo de sus conciencias,  lo divino que no es ajeno a nadie, porque todos, aun cuando algunos traten de negarlo, somos creación de Dios, no deja de perseguirnos y recordarnos que lo actuado sin dirección, con insensatez, causando todo el daño posible, ¡no está bien!

Tristemente, en estos momentos, vemos como Colombia se desmorona. Padecemos una verdadera intifada en la tierra que nos vio nacer. Donde, alguna vez, con nuestras sencillas familias respiramos y vivimos en libertad. Ahora nos sentimos encadenados porque nos duele cada golpe que recibe, porque lo recibimos todos los colombianos. Lo cierto es que hemos visto pasar nuestras existencias aportando con nuestra humilde labor diaria lo mejor y lo más bello para vivir en paz, seguridad y libertad.

Pero ahora manos inescrupulosas, pirómanas, sin dolor de Patria, no se levantan para bendecir, acariciar, amar construir, sino están dispuestas a lanzar la bomba incendiaria, la papa explosiva o la  piedra arreglada de pólvora gris, tachuelas y demás objetos cortantes. Instrumentos que cumplirán sus objetivos perversos de herir o matar, dizque a un enemigo desconocido, a un inocente. ¡A un hermano colombiano!  

En este oscuro escenario surgen los potentes chorros  maniobrados por las  manos de los bomberos que salvaron la vida de miles de habitantes de Yumbo, Valle del Cauca, porque en medio de  las revueltas se produce la explosión de un cilindro de gas, cerca a la subestación Primax, amenazando con alcanzar los tanques de almacenamiento de combustible y gas de Ecopetrol.

Bogotá, no es ajeno a los disparatados ataques. Sin embargo el corazón se regocija cuando un noticiero colombiano en su franja del medio día emite una nota que nos llena de alborozo, de esperanza. Desearía uno que, en momentos como estos, fuera la información de apertura de todos los noticieros. Se trata de una mujer menuda, de edad mediana, madre cabeza de familia de cinco hijos, que va por las calles de la capital, con su escoba y bote de basura. El periodista y su camarógrafo la siguen, entusiasmados, porque ella es la cara positiva en medio del desorden y los destrozos.

A las tres de la mañana comienza su faena de limpieza.  Cantando depura las calles del peso de tanta iniquidad. Ella nos deja una lección. Asegura que mientras unos destruyen, otros como ella se preocupan por construir con su humilde trabajo. “Sudando de verdad”, dice. Convencida de que todo lo bueno que uno quiera lograr en la vida, lo puede realizar. “Jesús nos ayuda y nos bendice”.


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