lunes, 21 de junio de 2021

PANDEMIA: PROMEDIO SETECIENTOS MUERTOS DIARIOS. EN COLOMBIA, EL FUEGO DE LA DESIDIA ESPIRITUAL NOS CONSUME EN UN MUNDO DE CAOS

 

¿COLOMBIA EN MANOS DEL CAOS…?

PUEBLOS SEDIENTOS DE DIOS, DESCONOCEN EL ORDEN SOCIAL


Foto Getty Images

De acuerdo con los últimos sucesos acaecidos en nuestro vapuleado suelo colombiano somos como algunos edificios en los que  sus administraciones se han preocupado más por restaurar, cuidar y conservar su fachada exterior de los inevitables deterioros del tiempo y de los caprichosos cambios del clima –vientos, lluvias, calor, tempestades…-  Es el caso de la famosa Torre Grenfell, en el Reino Unido, en donde sus paredes exteriores exhibían paneles aislantes (cladding, en inglés) de materiales inflamables de aluminio y plástico que, a primera vista, no ofrecían peligro inmediato.

La evidencia demuestra que existió un mayor interés  por la protección de su cascarón exterior, descuidando, en gran medida, su parte interior, ¿a qué nos referimos? A lo que denominaremos el alma, la supervivencia de toda estructura de concreto, en este caso el condominio Grenfell, su seguridad anti-incendios. Y así pasa con algunos seres humanos cuidamos más nuestro empaque exterior y nuestro espíritu muriendo de inanición.

Resultado de ello, el 14 de junio de 2017, el edificio de los años setenta se derretía como una vela ardiendo y alrededor de setenta y cuatro de sus ocupantes morían irremediablemente en este horno de 980° Celsius.

¿ROBOTS SIN CONCIENCIA?


Foto Reuters

Al igual que con este famoso condominio ocurre con el hombre contemporáneo, que dice vivir en la modernidad, dejando atrás lo que, en verdad, le da esa dimensión de inmortalidad, de eternidad, de vivencia espiritual, que transmite vida a su frágil envoltorio  carnal: ¡su alma! Cosa que hoy se desconoce, se niega o no se cree. Y el alma refrenda que somos algo más que materia. No robots sin conciencia. Somos creación divina. Imagen y semejanza de un Dios Todo Sabiduría, bondad, amor y magnanimidad.

Entonces nos preocupa más nuestra empaque exterior que, en algún momento, dejaremos en este ‘paseo’ temporal y el alma, sin saberlo, lo más valioso que poseemos, será aniquilada cediendo su paso, según nos vaya señalando nuestra naturaleza material, a insensatos y desenfrenados deseos  no gobernados por la sabiduría espiritual. Sólo el milagro de la conversión con la dirección del Espíritu Santo de Dios despertará esta auténtica verdad, para evitar que, en nuestro corto o largo peregrinar,  seamos consumidos, al igual que la Torre Grenfell, por el fuego de nuestras pobres e insensatas pasiones, condenándonos a una definitiva autodestrucción.

‘SIN DIOS Y SIN LEY’


Pexels.com

¿A qué nos lleva esta decadencia moral y espiritual? Le preguntamos a Francisco Castello, experto en religión, ética y humanidades y esto fue lo que nos dijo:   “A no reconocer como Primera Autoridad Universal a Nuestro Padre Dios. El Hacedor y Dueño de la Creación y si esto hacemos con el Dueño de la Vida, de ahí en adelante toda Autoridad legítima e instituida por una sociedad bien constituida correrá el mismo o peor riesgo.

“Ya estamos siendo testigos de ello. No hay respeto por la Autoridad. Así algunos hijos, carentes de dirección en valores morales y espirituales, los cuales surgen en la esfera familiar, se hallan muy bien ‘armados’ con altas dosis de prepotencia y de deseo de imponer a la fuerza, por medios agresivos e ilegítimos atropellando todo lo que les ‘huela’ a AUTORIDAD. De esta manera, desde la autoridad paterna pasando por la autoridad de  orientadores,   dirigentes,   educadores y aquello que represente orden, justicia y paz, son combatidos por las subculturas de las generaciones del caos.

“En Colombia, como espectadores pasivos, hemos visto expresiones enceguecidas tales como aquí hacemos lo que queremos, lo que nos da la gana, cuándo queremos y cómo queremos, herimos y dañamos lo que queramos, sin respetar a los Cuerpos de Seguridad ni mucho menos medir las consecuencias de tan irritantes actos.

“Como si fuera poco y, sin ser ejemplo de buen desempeño social, nos convertimos en verdugos del orden bien establecido, siendo que nuestras actuaciones no son para nada dignas de enmarcar. Señalamos, juzgamos, condenamos y los errores de unos pocos tendemos a generalizarlos, asumiendo que son cometidos por todos. Olvidamos que el daño ocasionado a nuestro prójimo tiene efecto ‘boomerang´, tarde o temprano se devuelve contra su emisor.

“Decimos con toda amplitud no creer en la existencia de Dios y, sin embargo, le echamos la culpa de todas nuestras desgracias.  

“Lo cierto es que no somos seres creados al azar. Dios nos confirió un alma racional e inmortal. Si fuésemos fruto del caos no tendríamos sociedades equilibradas y justas. La tiranía, la violencia y la injusticia harían invivibles nuestra fugaz existencia.

“En momentos como estos donde todo parece naufragar y la maldad se apodera del mundo, debe aflorar un espíritu de rescate hacia lo esencial: la familia. Así tendremos sociedades sanas, donde prime el respeto, el orden, la fe, el amor, siendo estos los auténticos soportes de una civilización feliz.”, concluye el pedagogo Castello.

Citamos la Palabra de Dios que nos enseña a ser reverentes, respetuosos y sujetarnos unos a otros: “Sométanse los unos a los otros, por reverencia a Cristo”. (Ef. 5:21 S. Biblia). “De la misma manera, ustedes los jóvenes sométanse a la autoridad de los ancianos. Todos deben someterse unos a otros con humildad…” (1 P. 5:5).

Porque el enemigo trabaja sin cansancio para conducirnos a rebelarnos contras las autoridades. Espera nos rebelemos contra Dios la más alta AUTORIDAD. ( Por Editores LLAMAS)

 

      

 

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