sábado, 22 de marzo de 2025

¡POR NUESTRA LIBERTAD! ES LA ENVIDIA DE LAS TIRANÍAS EL CÁNCER DISOCIADOR QUE DESTRUYE LA DEMOCRACIA Y HACE INFELICES A LOS PUEBLOS…



ADMINISTRADORES CON LA ARMADURA DE LA FE Y LA ORACIÓN NOS SALVARÁN DE ESTE PAÍS CIDIO



Jesús es Condenado por el Sanedrín, Martín schongauer


Un relato de la Historia Sagrada  nos devela los estragos causados al alma cuando, combatida por tentaciones, termina siendo atenazada por uno de los más deleznables sentimientos humanos  que, en el lenguaje popular, se le conoce como ‘la pecueca del alma’. Sí, así, en esos  términos despectivos, califican la envidia.

¿Cuántas vidas sacrificadas, cuántas carreras frustradas, cuántos reinos y gobiernos justos han pasado por el fuego abrasador de su afilada y punzante espada? 

Por envidia los envanecidos sabios del Sanedrín llevaron al patíbulo de la Cruz a Nuestro Salvador y Maestro Jesús y a José, el hijo de Israel que arrebató su corazón de amor, porque nació de Raquel, la mujer amada y cuando estaba bien entrado en años, sus hermanos quisieron quitarle la vida. 

Fue el undécimo hijo de doce hermanos. El de los proféticos sueños y su descifrador. Malquerido por sus hermanos de sangre, cuyo corazón fue carcomido por este cáncer demoledor, se retorcían al ver como su progenitor sentía especial predilección por José, al ser uno de los menores del clan familiar.



José es vendido como esclavo por sus hermanos

Y como una actitud muy natural, pero no menos culpable, fruto de los celos, la mayoría, lo querían, coloquialmente, borrar del mapa, mientras otros, se inclinaban por venderlo como esclavo y desaparecerlo para siempre de la vista de Jacob.

Habían planeado engañar a su padre, y le inventaron el cuento que había perdido la vida a causa de una fiera que se lo había devorado en Dotayin, cuando, en realidad, lo arrojaron a un pozo sin agua, en medio del desierto, para luego venderlo como esclavo a los mercaderes  ismaelitas que lo condujeron a Egipto.

!Qué horror! Pero, así actúa la envidia. Lo grave es que hunde en las tinieblas y mata al alma de quién sucumbe en sus tenebrosos brazos.

Aparentemente, no descansa, deseando lo peor a su desprevenida víctima y quién la sufre es inoculado por un sentimiento ruin, innoble, desgastador y, sin saberlo, lo va consumiendo,  poco a poco,  deteriorando su sistema psíquico y espiritual. 

EFECTO BUMERÁN




Pero, !cuánto daño no hace, más al victimario que a su víctima! Por qué? Porque este padecimiento tiene un efecto bumerán. Tarde o temprano, se devuelve contra su artífice, causándole, según la ciencia médica mayores estragos no sólo en su salud mental, sino en su mundo corriente, que al receptor de sus malvados planes .

Porque, aunque su presa es atacada, se resiente, más la culpa no la persigue. Gracias a ello descansa en su burbuja de tranquilidad de conciencia, vuelve y se levanta, respirando paz y armonía en su vida interior y exterior.

José, que llegó a ser, sin ser egipcio, faraón de Egipto, logró alcanzar  bienaventuradas alturas, porque no permitió que su corazón cayera en la pudrición de la envidia ni el resentimiento. El sólo se desvivía por servir y hacer el bien al pueblo que lo acogió, no sin antes haber pasado por el cedazo del sufrimiento, sin jamás perder la fe por su Guía y su Luz: Dios.

¿Qué aprendemos con este maravilloso modelo de vida? Que Dios a cada uno de sus hijos, sin discriminación, nos otorga condiciones, aptitudes para  no estar tratando de ‘quitarle’ la silla a otros, porque mientras nos dedicamos a esa triste tarea, dejamos pasar las oportunidades de oro que Dios pone a cada uno en el camino. 

Así, en el ambiente dónde nos desenvolvemos tenemos la ocasión única de producir los frutos de bien y de construcción que Él espera de nosotros.

Entonces, no enterremos los tesoros que el Buen Hacedor nos ha legado con amor, colocándole zancadillas a otros. 

Recordemos, somos el Cuerpo Místico de la Iglesia, donde la cabeza es Cristo y cada uno somos sus miembros, con una función especial, inaplazable en este viaje fugaz por este mundo. No perdamos esta especial y gran ocasión!


LA DISOCIACIÓN, MAL QUE DIVIDE Y DESTRUYE





Por ejemplo, según la sicología conductual, la persona disociadora lanza de su corazón, dardos incendiarios no de amor, sino de desamor. Con ese veneno divide, separa y destruye lo que alcanza. 

No sopesa, siquiera, que al emanar sus enfermizas maquinaciones, mañana, sin dudar, la vida se encargará de cobrarle con creces su malsano actuar.

El envidioso es maquiavélico. Pero sus réditos, a la larga, son muy pobres. Porque, aquella afirmación de “Divide y vencerás”, siendo una sentencia  veraz, le damos otra lectura: “Divide y te auto vencerás y te auto destruirás, tú más que nadie o, ¿no has observado, cómo han terminado los dictadores o los autoritarios? Pues, ciertamente, no son seguidos por su anti liderazgo, sino mediante cobardes amenazas, artimañas, intimidaciones y violación a los derechos humanos, se anclan, por término sinfín, débilmente al poder”.

Y es que la ley de la vida presenta una verdad infalible: el bien siempre busca rescatar, unir. Se alegra con los logros ajenos. Construye.

EL JUSTO ADMINISTRADOR

José, fue el innato y justo administrador, don conque Dios lo dotó. Sabía por un sueño que le reveló el Faraón, que Egipto pasaría por unos años de abundancia y escasez. Así, que  le aconsejó,  al alto Soberano, almacenar el grano suficiente para esos momentos de las vacas flacas. Lo que acató de inmediato. Fueron obedientes al mandato divino.


GOBIERNOS SIN LA DIRECCIÓN DIVINA




Pero, cuando los gobiernos sucumben a su misión loable de servir, sinceramente, a sus pueblos, sin otros intereses mezquinos y egoístas, disfrazados de una faz engañosa, maquillada de altruismo y bondad, influenciados por el aguijón de la envidia, de negar a su gente el progreso y los beneficios de una bien intencionada administración, fracasan en su espíritu de dirigir con justicia a sus comunidades.

Es notorio ver con qué desfachatez rompen y violan las abultadas arcas de los tributos ciudadanos, llenando los bolsillos sin fondo de sus adoctrinadas milicias, afectos a sus oscuras intenciones. 

Mientras, que las Defensas Soberanas de la Patria, con respaldo Constitucional, son derribadas, desfinanciadas, desarmadas y el pueblo, su democracia agoniza, en medio de este planeado y bárbaro aniquilamiento, disculpas, lectores, si lo enunciamos así, país cidio, en que el comunismo envidia a las naciones libres, pujantes y felices.

Sintetizando, la división nos postra. Nos quiere quitar la paz. El progreso en los pueblos. Y hasta los tiranos parecieran estar inmunizados contra sus despóticos y anárquicos mandatos, pero, indudablemente, recogen el rechazo, la insatisfacción total de sus desgobernados que, pudiendo estar tranquilos con mandatos que los aman, defienden y amparan, claman al Cielo, todos los días, para que caigan y desaparezcan de la faz de la tierra.


EL AMOR DE CARIDAD




La envidia es la cara opuesta de la moneda, contraria a esa Fuerza vivificante que todo cuanto toca lo revive, lo impulsa, lo edifica y ese es el amor de caridad.

El amor, que quién lo transpira por todos sus poros, no es ostentoso. No busca su propia figuración.  Sólo le anima el darse a los demás. Servir a costa de su propia vida.

Sí, es amor que se sacrifica, que ofrece lo mejor de sí, sin esperar nada a cambio. Es Cristo en acción.

En las dictaduras el amor es aplastado, tanto así, que vemos en las informaciones de prensa como los ciudadanos a diario se lamentan. Mueren sin remedio y, en la mayor desidia estatal, sin los remedios para salvar el hilacho de vida que les queda por su enfermedad grave o terminal.

LAS GUERRAS QUE NADIE CONTROLA

Los habitantes inocentes caen en medio del fuego cruzado de los grupos criminales que buscan, sin permiso de nadie, hacer suyos, sin serlo, los terrenos estropeados por la guerra que nadie controla y la seguridad, junto con los habitantes nativos, hace tiempo, fueron desalojados por la demencial violencia en esas parcelas colombianas sin paz.

LOS BOMBEROS VOLUNTARIOS MÁS DESAMPARADOS QUE LOS ECOSISTEMAS

 



Y los compatriotas que, por amor y espíritu de servicio, los Bomberos Voluntarios, entregan sus noches y días para servir a sus comunidades en un voluntariado que, aunque pasa desapercibido para ciertas autoridades locales nacionales, al no celebrar  convenios justos con los organismos bomberiles, sin tener en cuenta que, sin su concurso, las comunidades serían asaltadas por los furtivos percances por incendio, desastres naturales, accidentes en carretera, incidentes con materiales peligrosos que disparan las estadísticas por muerte, lesiones, destrucción y pérdida total de bienes y del recurso ambiental.

Pero, lo irónico es que están más desamparados que los mismos ecosistemas o las estructuras en medio de un desastre ígneo. 

Y, en algunos municipios, sus autoridades burlan la sobretasa bomberil y no buscan aportarles ningún incentivo importante para su supervivencia. !Este sí es un real e inaceptable desastre! 

Y la platica se diluye financiando no lo apremiante, como las  temidas primeras líneas y las consentidas mingas indígenas que perciben ingentes recursos, a veces, no para el orden y la paz, sino para los inconsecuentes disturbios sociales. Sin contar, se presume, con los doce billones que costaría una consulta popular propuesta por el actual gobierno, para aprobar una reforma que, de acuerdo con los expertos en derecho laboral, académicos y gremios empresariales, en vez, de impulsar la oferta laboral, le pone un candado a la dinámica empresarial y al trabajo formal, incrementando la desbordada informalidad y así lo concluyó el legislativo, el Congreso, en su Comisión séptima, en el Senado, archivando la discutida reforma laboral.

Así las cosas, los desequilibrios y la injusticia siguen galopantes.


LA FUENTE DEL PROGRESO Y LA PAZ



El corolario es que la política basada en la división, en el odio de clases, donde el amor enseñado por el Mártir del Gólgota en la unidad, no es la fuente del progreso.

La corrupción y la ilegalidad flagela a la gente buena y pervierte el corazón del hombre,  desmorona los pueblos y, es en ese punto, donde seguir a Jesús – Camino, Verdad y Vida- cobra verdadera importancia. 

En esta época de Cuaresma, tomar su Cruz de amor y de libertad, nos lleva a ser más justos, a liberarnos de la mezquina envidia y en la grandeza del amor darle a cada quién su lugar, su consideración, porque, quizá, sólo así, iremos por caminos de paz. Toda lágrima de injusticia y temor cesarán y los incendios de la premeditada maldad, serán vencidos en las infinitas fuentes rebosantes de los manantiales de la caridad. (Textos revista LLAMAS)



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