¿SERÁ OTRO MAGNICIDIO SIN CASTIGO?
“Es muy lamentable la partida, el asesinato de Miguel. Esto rompe el alma de la colombianidad, pero su sacrificio no puede quedar en el aire. No puede ser en vano. Hay que salvar este país. Hay que reconstruirlo y castigar a los autores materiales e intelectuales del asesinato de Miguel Uribe Turbay. Esto es un crimen de Estado. El régimen, asociado con sus cómplices: el narcoterrorismo. Por eso, hay que enfrentarlos, derrotarlos y castigarlos”. (Abelardo de la Espriella, Defensores de la Patria)
Un gesto que nos conmovió a todos. Es la acción espontánea, juguetona de la inocencia infantil, cuando Alejandrito, el pequeño querubín, corriendo va y coloca rosas blancas sobre el féretro de su padre Miguel. Es el sentimiento de un alma pura que, con un lenguaje sencillo, sin palabras, pone un sello de victoria frente a la muerte premeditada de mentes siniestras, desquiciadas que, deambulan en los nauseabundos ‘subterráneos’ del bajo mundo, porque Miguel triunfó sobre la muerte planeada que, recordemos, mata el cuerpo, más no el alma.
Alejandro, es un colombianito apenas despertando a la vida, que sin saberlo, él, ni, tal vez, tampoco sus hermanitas María, Emilia e Isabela, no fue la sombra de una muerte natural, aquella que sobreviene por enfermedad o vejez, como es de esperarse, la que cegó la dinámica y fructífera vida de su padre, Miguel, sino la muerte maquinada, sin anunciarse y soterrada, tejida con los hilos tenebrosos del submundo, en las profundidades viscosas del averno, la que dejó a estos hermosos pequeños en la cuerda floja de un destino inmerecido, de orfandad paterna, que sólo Miguel podía llenar.
La crueldad y la vileza a la que puede llegar el ser humano les negó una vida con Miguel. Buen esposo y padre, ante todo, con alma de niño y espíritu de gladiador, cuando las circunstancias así lo requerían.
A medida que avanzaban sus exequias en la Catedral Primada de Bogotá, los colombianos fuimos espectadores de la actuación espontánea, acorde con la corta edad de Alejandrito, quien era, quizá, el único, blindado contra el dolor. ¡Eso, nos compungió el alma!
Un pequeñito que, con sus gestos, habló más sin articular palabras, ya que a sus cuatro años, ignoraba porque, en este mundo, hay gente mala, vacía de amor y su mamita, María Claudia, haciendo un esfuerzo mayúsculo, le reveló, días atrás, que Miguel, se había puesto ‘malito’, porque alguien que no lo conocía, varias veces, lo baleó. Y tal, como se relata un cuento infantil de terror, llegó a sus oídos esta terrible noticia y, por eso, ‘papito’ ya no se podía levantar. Ahora, estaba ahí, dormido, porque las balas asesinas se lo habían llevado muy lejos, para no volver jamás.
Y sí, ‘papito’ Miguel yacía allí, en ese brillante y frio cajón de madera, arropado por la bandera colombiana. ¿Sería, entonces, que la imaginación del pequeño que, aún no llega a diferenciar entre la realidad y la fantasía, se inquietó, creyendo este sería un nuevo y extraño juego, con muchas preguntas?: “Mamita, ¿de qué se trata todo este nuevo juego, con tanta gente mirando ese cajón? ¿Por qué todos están tan tristes, mientras yo, todavía brinco, corro, salto, hago muecas...? ¿Y cuándo sale mi papá, Miguel, de ahí, para que juguemos, riamos, cantemos y toquemos juntos el piano, porque esto está muy aburridor...? ¿Para dónde voló tan lejos? ¿Cuánto más tengo qué esperar por él...?
Entonces, llegaron a mi memoria las palabras de fuego, de ultimátum, del Mártir del Gólgota: “Pero el que escandalice a uno de estos pequeños que creen en mi, más le vale que le cuelguen al cuello una de esas piedras de molino que mueven los asnos, y le hundan en lo profundo del mar”. (Mateo 17: 6,9)
LAS DOS CARAS DE LA ROSA
Esas son las dos caras de la rosa, cavilaba, mientras escribía esta sentida nota. Este era el mensaje de las rosas de Alejandro, que conmovió a Colombia y al mundo. Por un lado, sus pétalos representan la ternura, el amor, la inocencia, lo bello y lo bueno de la vida. Por el otro, las espinas son el dolor. Lo que hiere, lo que mata, lo que destruye, el odio y el desamor. Lo feo de la vida. Lo que los colombianos de bien, sus familias perseguidas y sufridas por la guerra sinfín, entre el bien y el mal, rechazan tajantemente.
Mientras, afuera, de la Catedral, colombianos de toda edad y condición -empleados públicos, población civil, policías, veteranos de la Reserva Activa del Ejército, padres que, también, en medio de lágrimas y dolor reclamaban, con el corazón en la mano, a los hijos de la Patria, los soldados, policías, secuestrados por la narcoguerrilla- se dieron cita, ese triste día, en la Plaza de Bolívar, para darle el último adiós a un nuevo Mártir de esta segunda Independencia, quien, con fuego en el alma, lideraba las banderas de la LIBERTAD, LA SEGURIDAD Y LA DEMOCRACIA.
Entre tanto, el cardenal Luis José Rueda, centró parte de su homilía en el amor y el valor infinito que tuvo la Virgen María, La Dolorosa, que, al ser testigo de la tortura y muerte ignominiosa de su hijo, Jesús, en la Cruz, quiso transmitir a esas mujeres y esposas, como la resiliente María Claudia Tarazona, cónyuge del inmolado Miguel Uribe, que hoy, en sus silencios mudos, lloran lágrimas de sangre, por sus buenos amados que ya no están.
Pero, es ahí, en ese doloroso y desolador escenario, donde la Virgen María es el modelo de valor a seguir para las cientos de mujeres que, como la admirable María Claudia, de manera intempestiva les han ‘robado’ su amor y su completo hogar.
Destacamos estos pasajes de las palabras de Monseñor Luis José Rueda: ... “Necesitamos la valentía de la Virgen María en medio de la crisis. La Virgen supo asumir todas las crisis que tuvo en su vida de mujer, desde el momento de la Anunciación, hasta el dolor de la cruz y en la espera de la resurrección de su hijo. Ella, descubrió en su vida que decirle sí a la voluntad de Dios nos lleva a salir de nuestras seguridades. Que confiar en los planes de Dios no nos exime de las pruebas, de las persecuciones y de la cruz”...
...“María de Nazaret es madre y maestra, amiga y compañera en medio de nuestras crisis, porque permaneció como la esposa junto a su amado, con valentía, en vigilia fiel, esperando escuchar su voz. Porque ella permaneció con valentía de mujer peregrina de esperanza.
“Ella, permaneció con la valentía de la mujer misionera de la vida y hoy esa mujer es cada familia que educa niños, adolescentes y jóvenes en los valores que fundamentan la convivencia social y en paz”.
COLOMBIA, PAÍS QUE AMÓ Y POR EL QUE ENTREGÓ SU VIDA
Y, entonces, esas hermosas y humildes rosas blancas sobre el ataúd vuelven a recordarnos: allí, donde alguna vez hubo espinas, renacerán de nuevo la esperanza e inmensos jardines de rosas brotarán en los corazones ´rotos’ y en María Claudia que inicia el camino de sanación del dolor, y ella lo confirmó en sus conmovedoras palabras en las exequias de su esposo, cuando mencionó que el milagro de resistencia, ante esta espada de dolor, había comenzado a gestarse en su corazón.
Ese fue su sí, al igual que el fiat de María, de continuar el camino, junto con sus hijos, de la mano de Dios y de la Virgen. ...“Durante estos dos meses recibí a Dios en mi corazón, lo conocí y aprendí la paz de su presencia y la compañía de la Virgen María. Entregada por completo a ellos, me pude preparar para el momento más desgarrador de mi vida, sin la presencia de Dios en nuestras vidas hubiera sido imposible soportar este terrible dolor...
...”La muestra de amor más grande de Miguel hacia mi es haber resistido a semejante brutalidad, para darme el tiempo necesario de prepararme con Dios y la Virgen María en mi corazón para su muerte. Dios se lo concedió y hoy habita en mi de la manera más plena. Ese es el verdadero milagro. Por eso, colombianos no pierdan la fe, fortalézcanla...
“Miguel tenía el corazón más generoso, generoso para amar y para perdonar. En él nunca existió ni odio, ni rencor, ni venganza. Por el contrario, un corazón lleno de amor por su familia y por Colombia, país que amó y por el que entregó su vida.
“Creía en la seguridad y la justicia como pilares fundamentales para conseguir la paz, pero no como fuentes de venganza u odio, sino como instrumentos necesarios en un país que tiene que fortalecer la democracia para poder ser el lugar en donde todos quepan y todos puedan vivir”...
... “SIGAMOS VIVIENDO CON LAS ENSEÑANZAS DE MIGUEL”...
Otro corazón ‘roto’, ‘rotísimo’, es el del papá de Miguel Uribe, Miguel Uribe Londoño y tiene que ser así, porque este resistente hombre fue a la vez padre y madre del hoy asesinado héroe y patriota, Miguel, quien de nuevo viene a padecer otra inmensa pérdida, porque primero fue la de su esposa Diana Turbay, en manos del narcoterrorismo, y, ahora, la de su entrañable hijo.
Extractamos algunos apartes de su intervención en las exequias de su hijo: ... “Gracias a la comunidad internacional por su atención, especialmente al gobierno de los Estados Unidos, en Colombia, perdón, a su embajador McNamara, quienes han estado de manera constante y solidaria pendientes del caso de Miguel y a la orden de nuestra familia. Al Subsecretario de Estado y al senador Berny Moreno por estar aquí con nosotros. Los apreciamos mucho y somos amigos de los Estados Unidos de América.
... “A todo el querido personal de la Fundación Santa Fe, gracias, quienes con tanto amor y dedicación cuidaron de mi hijo hasta su último aliento...
...”Gracias, querida María Carolina. Gracias, porque se que en tu casa has tratado a tu hermano como si fuese tu propio hijo y creo que ahí se resume todo el amor y la relación entre ustedes...
... “Miguel, querido hijo, le dejas muchas enseñanzas a los colombianos y al mundo. Yo les pido a todos que sigamos viviendo con las enseñanzas de Miguel y que al actuar pensemos siempre: ¿Qué haría Miguel en esta situación?”...
... “SACRIFICARON EL ÁRBOL FRESCO DEL JARDÍN DE LA DEMOCRACIA”...
Foto Teleantioquia.co
Seleccionamos algunos párrafos del mensaje del expresidente de la República, doctor Álvaro Uribe Vélez, presidente fundador del Centro Democrático y leído por Gabriel Vallejo, director de esta colectividad, en la Eucaristía fúnebre del baleado Senador Miguel Uribe.
"Miguel Uribe, sacrificaron el árbol fresco del jardín de la democracia. Dispusieron de la vida de un gran patriota, de quien dedicó su vida a amar a Colombia. Martirizaron a su familia. Eliminaron al gran esposo, al gran padre, al gran hermano, al gran hijo. Nos quitaron al joven estudioso de carácter firme, de crítica argumentativa, de proposición soportada en razones.
“Nosotros no decidimos quién tiene derecho a vivir. Nosotros reclamamos la protección de la vida de todos los colombianos...
“A las Fuerzas Armadas pedimos protección para todos los colombianos y, también, para los nuestros.
“Confrontar al crimen no necesita un acuerdo nacional. Basta con la Constitución que fue fruto de un gran acuerdo nacional...
... “Necesitamos que los órganos de Inteligencia de países amigos como los Estados Unidos, el Reino Unido e Israel ayuden a la Inteligencia Militar y Policiva, a los jueces y fiscales a esclarecer este magnicidio. Esclarecer la autoría intelectual de este crimen. Es una necesidad que no devolverá a Miguel, pero ayudará a aterrar al delincuente.
... “Este magnicidio no puede quedar simplemente con los autores materiales, como hasta ahora se ha pretendido que quede el magnicidio del doctor Álvaro Gómez Hurtado.
“Asesinaron a Miguel, que ejercía la oposición crítica y razonada con la instigación de la venganza inducida por el presidente de la República, que encontró como muletilla acusar de asesino y torturador al expresidente Turbay, abuelo de nuestro mártir.
... “En su señalamiento rabioso, el presidente de la República quiso ignorar la contribución que al proceso de paz con el M19 dieron el expresidente Turbay y Diana, la madre de Miguel, asesinada por el narcoterrorismo...
... “El mundo debe saber que Miguel era un ejemplo de oposición democrática leal. Él, como nuestro partido y las fuerzas democráticas de Colombia, nunca apeló a la combinación de las formas de lucha a diferencia de algunos miembros de la Unión Patriótica...
... “Silenciaron la voz de Miguel, que hoy retumbaría por dentro y allende de las fronteras para denunciar la nefasta alianza con la narcotiranía de Maduro.
“Quisiera interpretar el pensamiento de Miguel sobre este peligroso episodio del modo siguiente: el presidente Petro propone a nuestras Fuerzas Armadas a correr el riesgo de defender la tiranía narco comunista de Maduro, que puede ser objetivo de la acción armada de los Estados Unidos.
“Y ya que se habla de ejércitos hermanos, es muy importante que el ejército de Venezuela no corra ese riesgo y saque definitivamente a Maduro.
“Que nuestras Fuerzas Armadas hagan una reflexión para no participar en ese riesgo. Esa área ya ha abierto corredores al ELN para ingresar a puntos al interior del país, dónde no habían podido llegar.
“El gobierno nacional alega que para atacar a un estado de la región se requiere autorización de los demás estados.
“Lo anterior no es aplicable en este caso, porque no se trata de una amenaza a un estado, sino a la defensa frente a unos criminales como Maduro, Diosdado y compañía, cabezas de una organización terrorista que son victimarios de los pueblos de Venezuela, de los Estados Unidos, de Colombia y otros que, también, sufren el flagelo de la droga.
... “Las campanas que anuncian su prematura partida, también, son las dianas que nos convocan para dar las batallas que él libraba.
... “Que Dios ilumine, guíe y proteja a Colombia”...
¡GRACIAS, MIGUEL!! ¡GRACIAS, MIGUEL!!
Miriam Páez Cárdenas, una mujer que, como muchos otros colombianos, vinieron a despedirse de Miguel Uribe Turbay y quien desconsolada por su partida no paraba de llorar.
Nos acercamos a ella y esto nos contó sobre la personalidad de Miguel, pues lo acompañó en su quehacer político, por cerca de diez años.
LL: ¿Perteneces a la Reserva del Ejército?
M.P.C: Yo soy Reserva por parte de mi esposo. Soy enfermera jefe, cuando él murió hice el curso y le juré a la Patria que, en caso que me necesitara para defender la Soberanía aquí estaba y aquí estoy defendiendo Soberanía.
LL: Doña Miriam, ¿cómo conoció al Senador Miguel, qué referencia tiene de él?
M.P.C: La referencia que tengo de Miguel es muy hermosa. Yo quedé viuda de un señor del Das y mi corazón estaba tan dolido que Cartagena quedaba tan pequeño, dónde quiera que iba lo veía, entonces me trasladé a Bogotá con mis hijos. Mis hijos se hicieron profesionales. Aquí trabajé hasta que me pensioné por el ministerio de Salud.
Con el senador Miguel, empecé a acompañarlo en su proyecto político, desde cuando él era edil. Voté por él para el Concejo, para la alcaldía, el Senado y siempre estuve con él en la campaña, porque me pareció un joven con buenas ideas, que viene de una tragedia para nuestro país, que la sufrió en carne propia. Que a la misma edad, donde hoy su hijo está llorando la partida de su padre, él también lloró la partida de su madre.
Se nos repitió la historia en Colombia y aquí tenemos que cerrar ese capítulo de masacres. A los ediles de los pueblos, a las personas que quieren ayudar en las veredas, ese capítulo debe de pasar ¡ya!
LL: ¿Cómo sería, mi señora linda, qué podríamos terminar con esta ola de violencia que tiene llorando a Colombia?
M.P.C: Dando amor, como Miguel decía. La consigna de Miguel era: “no le paren ‘bolas’ a lo que nos digan. Nosotros, tenemos que demostrar que hay amor para darle a nuestro país”. Y ese fue el legado que él nos dejó, como lo dijo su esposa María Claudia, de paz y amor, como siempre lo ejercía. Sin dejar de hacer justicia con razón.
LL: ¿Era muy sincero en las cosas que él decía?
M.C.P: Era concreto.
LL: ¿Eso, le costó la vida?
M.C.P: Totalmente. Es que aquí, en Colombia, la transparencia es colgarse una lápida. A los jóvenes, hoy les quiero decir: ¡Vean la realidad! No se dejen llevar por la película que les ‘monten’ en la cabeza.
La democracia no es como la ‘pintan’. La democracia es poder absoluto para los pueblos. No pueden acabar con las empresas privadas, porque esas son las que generan empleos. No pueden acabar con Ecopetrol, porque se acaba el subsidio que se le da a los jóvenes, a la tercera edad y a los niños de las madres gestantes. Entonces, son muchas cosas que nosotros no podemos permitir que se acaben en este país.
LL: Nos decía que tiene hijos, ¿cuántos son?
M.C.P: Tengo cuatro hijos, cinco nietos y dos bisnietos. Y por ellos estoy aquí, defendiendo la Patria.
LL: ¿Qué últimas palabras le diría, Usted, a Miguel que, seguramente, la está escuchando?
M.C.P: A Miguel, que me conociste, cuántas veces caminé, casi diez años, de los veintitrés que tengo de vivir en Bogotá y diez años caminando con él parejo.
Me dio muchas oportunidades para mí, para mis hijos. ¡Era un gran ser humano! Sólo me resta decirte: ¡GRACIAS, MIGUEL!! GRACIAS, MIGUEL!! Fuiste ejemplo para muchos. Recordémoslo con amor para nuestro país.
PADRES QUE, TAMBIÉN, CLAMAN LIBERACIÓN
Foto Revista LLAMAS
En la gran Plaza de Bolívar, acompañando el último adiós a Miguel, se encontraban dos humildes campesinos, adultos mayores, padres adoloridos, que reflejaban en sus rostros, curtidos por los años y el sufrimiento que, hoy, hace gran mella en sus corazones, el que su joven hijo, de treinta y seis años, de profesión policía, esté secuestrado, alrededor de un mes, y no sepan todavía que ha sido de él y qué va ser de él.
LL: Don Francisco Hoyos, padre del sub-intendente Frank Enel Hoyos, nos contaba que su hijo fue secuestrado el 20 de junio en la Vía a Arauca, ¿continúa en forzado cautiverio?
F. H: Sigue secuestrado. Ya va para un mes y no nos dan ninguna razón. Nos dieron una pequeña prueba de su supervivencia, pero no nos han vuelto a dar ninguna razón más.
LL: ¿Cuántos años tiene su hijo?
F.H: Tiene treinta y seis años. Tiene esposa y un niño. Y los hermanos, papá, mamá, estamos sufriendo mucho por él.
LL: ¿Es el único hijo agente de policía en su familia?
F.H: Tengo dos hijos policías. El otro se llama John Alejandro Hoyos, técnico de aviación del aeropuerto de Guaymaral.
LL: ¿Qué piensa del magnicidio del senador Miguel Uribe?
F. H: Esa es una ‘vaina’, muy imposible. Un hombre que iba como el cuento, con toda a arreglar este país, a echar pa’lante Colombia. ¡Pero vean...! Los que quieren ser buenos no los dejan.
LL: Pero, la muerte violenta de Miguel le dice, a usted, algo, ¿y qué podemos hacer los colombianos por nuestro país?
F.H: Unirnos a ese pueblo colombiano. A echar a Colombia pa’lante. No más masacres, no más secuestros, no más asesinatos.
LL: Usted, ¿alguna vez pensó que su hijo podría estar en peligro?
F. H: Él estaba radicado en Arauca, como investigador técnico de criminalística. Tengo toda la esperanza. Mi esposa y yo acudimos a Papá Dios, a todas las oraciones y a todos los amigos que oremos y yo sé que mi hijo va regresar otra vez.
LL: ¿Qué le dice a los padres que están sufriendo por el secuestro y la muerte violenta de sus hijos soldados y policías.
F.H: ( Derrama lágrimas don Francisco) Ellos están sufriendo lo mismo que nosotros y quiero que se unan a esta causa. Y lo único que ‘pidimos’ es su liberación.
LL- ¿Qué cree que deja el magnicidio de Miguel? Porque, el era solidario con las causas de los soldados y policías
F.H: La muerte de él nos deja tristeza en el corazón. El iba a ser un hombre echado pa’lante. Le ‘pidimos’ al gobierno y a los grupos que tienen a mi hijo le den liberación pronto y que le respeten la vida, lo mismo a todos los secuestrados, los soldados, los de la fiscalía... (Textos Revista LLAMAS)