domingo, 26 de noviembre de 2017

Llamas ante los Incendios Forestales reconoce el reto que tienen las Autoridades en Prevención Contra Incendios para que las construcciones no sean consumidas por el fuego

 INCENDIOS DE NAPA, SONOMA Y MENDOCINO EN CALIFORNIA…

¿ SERÍA QUE NI EL ARANCEL PARA LA MITIGACIÓN Y PREVENCIÓN DE INCENDIOS FORESTALES, NI EL CERTIFICADO FIRESMART PUDIERON CONTRA LA FURIA DE LA NATURALEZA?





Cerca de 4.177 casas parcialmente quemadas, 601 inmuebles comerciales afectados y 5.449 estructuras incineradas por el fuego entre chalets, mansiones, industria vitivinícola, comercio, oficinas y viviendas de barrios enteros como Coffey Park  en la localidad de Santa Rosa. Es el increíble saldo desolador que dejó el, hoy considerado, mayor siniestro forestal más grave y costoso de la historia de los incendios en Estados Unidos, el de Napa, Sonoma County, Mendocino y otros condados de California.

La agencia estatal de seguros de este país estima que las pérdidas cuantifican más de cien mil millones de dólares. Las preguntas que, en la actualidad,  inquietan en el mundo a expertos en atención de emergencias, aseguradores y prevencionistas son: ¿Cuántas de estas propiedades tenían certificación Firesmart que las ubicara entre seguras, medianamente seguras o inseguras frente a un riesgo de incendio de  gran envergadura? ¿Y si la calificación arrojada para la obtención de dicha certificación, por ejemplo, situaba a algunas de estas estructuras en un nivel de riesgo bajo o moderado y, aun así, el poder destructor de la mega-emergencia,  desafiando los cálculos y esfuerzos de autoridades en prevención, de los ciudadanos y propietarios o administradores de las construcciones, quiénes preocupados por proteger debidamente sus inmuebles, no obstante se hubieran encontrado, después de transcurrido el desastre, con la desagradable sorpresa de no hallar más que escombros y cenizas?

Estos Interrogantes quizás concluyan sorprendentes resultados y, posiblemente, darán la razón a quiénes suponen que algunas de estas estructuras, como las denominan los expertos, se encontraban “endurecidas” ante un posible desastre, como también les reflejarán cuántas no estaban reforzadas.   

Al decir de los profesionales en prevención de incendios forestales y comportamiento de las construcciones en caso de incendios como los ocurridos  en California, la certificación Firesmart no es la fórmula infalible para creer que tal o cuál construcción certificada pueda sobrevivir a  sucesos catastróficos como los ocurridos, en los últimos años, en ese Estado. Según los especialistas en estas materias, más vale blindar los inmuebles que dejar de hacerlo, pues ha quedado demostrado que quiénes así lo han hecho  se encontraron con  que sus propiedades  no fueron quemadas por el fuego.

Según las mismas autoridades, en el último mega incendio la destrucción rompió los récords históricos de anteriores sucesos pues, al parecer, las temperaturas se incrementaron más de lo normal y la naturaleza reservaba un comportamiento inesperado y terrible para quiénes, aun previniéndolo, jamás pensaron que tuviera tales alcances apocalípticos.    

ARANCEL PARA LA MITIGACIÓN Y PREVENCIÓN

FOTO AFP

Experiencias de incendios forestales ocurridos en el siglo XX, y en este siglo XXI que devastaron millones de acres en California y otros estados como Florida, New Jersey, Maine y Tennessee,  sin contar con el más destructor en la región noroeste de Wisconsin en 1871, dieron pie para que el gobierno promulgará, hace más de un lustro, la ley  que creó un arancel anual, no muy bien recibido por los ciudadanos por considerarlo injusto, con el que se recaudarían dineros para invertir en la mitigación, prevención y control de incendios forestales en las zonas más propensas a los incendios, consideradas “áreas de responsabilidad del estado”. Ley que se cumple en la mayoría de estados de los Estados Unidos.

El Departamento Forestal y de Protección contra Incendios de California CAL FIRE ha informado a los distintos medios de comunicación norteamericanos que, gracias a lo colectado por el impuesto, se ha extendido y educado mejor a la población en la mitigación y prevención de los fuegos rurales. No obstante, las autoridades de protección contra incendios consideran que todavía tienen un gran reto para enfrentar en el futuro inmediato, evitar que las estructuras continúen saliendo mal libradas de los “ataques” de los cada vez más frecuentes y furiosos incendios forestales, ahora urbanos.


FESTÍN ÍGNEO INIMAGINABLE


GETTY IMAGES

En los últimos años, el mundo, los ecologistas, y expertos ambientalistas, además de organizaciones de emergencia , han asistido y enfrentado, unas veces venciendo y otras no, luego de extenuantes días y hasta meses de enfrentar temibles incendios, en los que después de extinguir las gigantes conflagraciones, repentinamente, increíbles vientos se confabulaban con pequeños conatos de fuego y humo de la biomasa, resucitando lo que los bomberos forestales creían haber conjurado con esfuerzos sobrehumanos, pero que, sin ninguna tregua, volvían a erigirse como temibles columnas ígneas.

Hasta ahí, el incontrolable panorama parece aceptable en la reacción de la naturaleza frente a los cambios climáticos. Sin embargo, últimamente, los elementos que contribuyen a trasladar el fuego de las reservas naturales - viento y el anormal aumento de la temperatura- han contribuido a que el fuego rural viaje hacia las zonas urbanas.

Entonces, como misiles teledirigidos por la castigada naturaleza de brasas, ramas, tallos y cortezas resecas encendidas, caen con calculada precisión sobre techos, tejados, terrazas y se alojan en las grietas o fisuras, mobiliario de madera,  material combustible, además de chatarra metálica, entre otros objetos, dando origen al festín ígneo inimaginable, como el ocurrido en  Fort McMurray -2016- originado en un pantano cercano a esta población, reconocida por ser un centro de producción petrolera en Alberta, Canadá.  Catástrofe que fue bautizada con acierto “La Bestia”,  contenida por los bomberos forestales dos meses después.

Pero, hubo otro incidente que la sobrepasó, por la hecatombe que produciría.  42 muertos, y más de una treintena de  empresarios vitivinícolas y residentes vecinos lo perdieron todo. El incendio forestal y urbano de Napa y Sonoma, se conocerá en la historia como  “Vientos del Diablo”. Los habitantes de California le claman a Dios para que no ocurra otra tragedia igual, o que la supere. (Por: Jhon Paul Cortés –Analista Ambiental-)


   

No hay comentarios:

Publicar un comentario