miércoles, 15 de noviembre de 2017

TERREMOTO EN LA FRONTERA MONTAÑOSA DE IRÁN E IRAK...
PERENNE DANZA DE MUERTE Y DESTRUCCIÓN

Personas de rescate buscan supervivientes junto a varios soldados iraníes. Edificios dañados en la ciudad de Pole Zahab (Irán) Abedin Taherkenareh (EFE)
Al día siguiente de ocurrido el terremoto -13 de noviembre- en la frontera montañosa entre Irán e Irak, con magnitud de 7.3 grados en la escala de Richter y que ocurrió en la localidad iraní de Azgale, en la provincia de Kermanshah, a once kilómetros de profundidad, según informe del Centro Sismológico de Irán, la Agencia de Noticias de la República Islámica, (IRNA), informó en su página al mundo que, el presidente de la República Islámica de Irán, Hasan Rohani, ordenó al primer vicepresidente de su gobierno la movilización de todas las instalaciones y capacidades para rescatar a los compatriotas víctimas del terremoto que se encontraran atrapados debajo de los escombros y la evaluación del estado de los damnificados.

Después de concluidas las labores de rescate el saldo final, de acuerdo con lo señalado por el vicepresidente de la Organización de Gestión de Crisis de Irán, es de más de 500 muertos y cerca de 7400 heridos.

Una de las poblaciones más devastadas por el seísmo es Kermanshah, oeste de Irán. Kuwait -ciudad un poco más distante del evento-, además de Teherán y Bagdad sintieron el temblor. Ghasr, Shirin, Sarpul y Azgala, también, resultaron afectadas.


Edificaciones hechas de barro cayeron en Kermanshah (Foto Agencia de Noticias Irna)

En Kermanshah, las imágenes fotográficas enseñan la magnitud de la destrucción. Numerosos  edificios de cinco o seis pisos, sus fachadas se vinieron abajo, mientras sus pisos y estructuras se negaron a derrumbarse. Son edificaciones de irregular construcción y la vivienda rural en esa región es hecha de barro, por lo que muchas de estas estructuras se desplomaron. Viviendas multifamiliares inhabitables, a punto de caer. 

Asimismo, mujeres iraníes desconsoladas lloran la pérdida de sus familiares y amigos. Otras, resignadas, con el sufrimiento dibujado en sus fatigados rostros, se sientan sobre los escombros de lo que fueran sus acostumbradas hogares. En estas regiones habitualmente telúricas nada se escapa al movimiento mortal de un terremoto.

¿POR QUÉ ES UNA ZONA EN CONTINUO MOVIMIENTO?




Oriente Medio tiene un pasado sísmico. Este trepidar de la tierra se debe a cuatro placas tectónicas (Arabia, Eurasia, India y África) y de un bloque tectónico de tamaño menor –Anatolia. De ahí que  los temblores son habituales en esta zona. Por su corteza terrestre pasan estas placas tectónicas. La Arábiga y la Eurásica en permanente movimiento, superponiéndose la placa de Arabia sobre la Eurásica produciendo el fenómeno de subducción –movimiento por el cual una placa se sumerge debajo de otra.-

Así, la placa Arábiga es una placa tectónica que ocupa la península arábiga y parte del Oriente Medio. En ciertas zonas de Turquía, donde se halla el límite entre esta placa y la eurasiática son frecuentes los terremotos.

La placa Eurasiática es una placa tectónica continental que abarca Eurasia, excepto el subcontinente Indio, Arabia y parte de Siberia, al este de la cordillera Verjoyansk.

La tectónica de placas explica la estructura y dinámica de la superficie terrestre, en donde la litósfera es la zona dinámica y superior más externa y rígida de la tierra. Está fragmentada en una serie de placas que se desplazan y operan por medio de un sistema de convección sobre la astenosfera –zona superior del manto terrestre que está debajo de la litósfera, aproximadamente entre 30 y 130 kilómetros de profundidad.

La astenosfera se compone de materiales en estado sólido y semifundidos que permiten el desarrollo o la formación de la deriva continental y la isostasia. Promueve la renovación y expansión del fondo oceánico. Está compuesta por el basalto, una roca ígnea que, por medio de un proceso de extrusión, fluye por las dorsales oceánicas. Es una capa muy caliente, cuya presión la mantiene como un plástico de densidad muy baja. Las ondas sísmicas pasan de la tierra a través de ella, ya que es una zona de baja velocidad.

ASÍ ES KERMANSHAH

Kermanshah, ciudad capital de Kermanshah, ubicada en la zona occidental de Irán, a 525 kilómetros de Teherán, está a 80 kilómetros de la frontera con Irak. Sus habitantes hablan persa y kurdo. Su población, en su mayoría, es musulmana y chií.

Es una provincia muy antigua, tan antigua que su origen data de la prehistoria. Es un pueblo neolítico, con un importante centro industrial, refinería petroquímica, manufactura textil, procesamiento y conservación de alimentos, fabricación de alfombras, refinación de azúcar y producción de equipos y material eléctrico.

GRIETAS EN LA CENTRAL HIDROELÉCTRICA DE DARBANDIJÁN





En Irak, el gobierno de la región autónoma del Kurdistán dijo que, en la provincia fronteriza de Suleimaniya, hubo un número no precisado de víctimas mortales, al igual que en la localidad de Darbandiján, localizada a pocos kilómetros de la frontera.

De acuerdo con un comunicado, el ayuntamiento de la ciudad de Halabya, no declaró ninguna víctima mortal pero si más de un centenar de heridos.

Autoridades locales y televisores kurdoiraquíes enseñaron imágenes de edificios, entre ellos hospitales, colapsados, supermercados averiados en Darbandiján, a pocos kilómetros con la frontera de Irak.

El terremoto abrió grietas en la superficie de la presa de la Central Hidroeléctrica de Darbandiján, hecho confirmado en un comunicado por su director, Rahman Jai.




Estando Irán e Irak sobre fallas eminentemente telúricas, siempre han acusado seísmos con un alto porcentaje de muertos, heridos y viviendas, lo mismo que edificios de importancia destruidos. Los más recientes acaecidos, uno, en junio de 1990, donde perdieron la vida cerca de 50.000 personas, alrededor de 60.000 heridos y 600.000 habitantes sin hogar. Y otro, en noviembre de 2003, con más de 30.000 muertos.  

Lo cierto es que la danza sismica de las placas es un baile continuo, mueve a los habitantes de  la Tierra a prevenir. La perenne amenaza es un desafío para la ciencia arquitectónica del mundo, con el fin de que se apliquen las más modernas técnicas y materiales novedosos y económicos  de construcción,  en donde no se mire la  riqueza o la pobreza de los pueblos más vulnerables, sino que se busque la defensa y conservación de la vida, frente a las sorpresivas y destructivas manifestaciones del planeta Tierra que a todos nos quebranta por igual.  La ciencia debe trabajar por conservar la vida esté donde esté, sirviendo a los pueblos y evitando que, el próximo o los próximos terremotos, sepulten el derecho a la vida de todos. (Textos: Armando Férrez)









   




 








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