No permitas que la depresión, los estímulos
artificiales, ni otros móviles negativos colapsen tu vida…
ENGANCHA TU LÍNEA DE VIDA A LO ESPIRITUAL
Jhonnier David Coronado Foto Publimetro |
¿Cuántos jóvenes en estos momentos
que escribimos esta nota están planeando o han planeado quitarse la vida?
Jhonnier David Coronado Vanegas de
Tame, Arauca. 19 años. El mejor Icfes del país. Sobresaliente
estudiante de sexto semestre de Ingeniería de Sistemas, materializó la
tenebrosa idea. Antes de hacerlo, se despidió de sus amigos, les pidió perdón, les deseo suerte por WhatsApp y les dijo que era el momento de partir… Y así lo hizo. No cuándo le tocaba por
designio divino, sino cuando él, movido por emociones incontrolables y desespero,
lo quiso.
Lo duro es que quiénes lo conocían,
jamás se figuraron su terrible determinación de detener el reloj natural de su
vida. Se
lanzó, desde un octavo piso de un edificio de la universidad donde estudiaba.
Dominado, no se sabe por qué
impulso o sentimiento negativo que lo llevó ciegamente a cometer tan rechazable acto, – doloroso secreto que él sólo conocía y que viajó con él a una instancia sin
retorno-.
Creemos que un joven como él, con todas las oportunidades del mundo a su
alcance, con las capacidades que lo destacaban como ejemplar estudiante, seguramente, años después, llegaría a ser un profesional
capaz, alguien que serviría a la gente, a la sociedad, a Colombia, además de
componer una familia hermosa si, en algún momento, se hubiera detenido a reflexionar
en el milagro de vida que él representaba.
Algunas personas por los medios de
comunicación y redes sociales hoy se preguntan: "¿Era un problema tan difícil de manejar, capaz de
doblegarlo hacia el suicidio? Pero… ¡Era joven! ¡Con buen puntaje en sus
estudios!” Otras, ante esta afirmación, refutan: “¡Pero noo! ¡Eso no basta! No es lo imprescindible: ¿Acaso, cómo estaba
su puntaje en valores espirituales? Estaba edificando muy bien su casa de
aprendizaje, basada en habilidades estudiantiles, pero ignoró o descuido sus
cimientos. No pudo levantarlos sobre fortalezas espirituales…, amor y respeto por la vida, esperanza. No estuvieron dentro de sus cálculos matemáticos, de estudiante.
Entonces, el edificio de su existencia se vino abajo”.
Esta es una invitación urgente y
amable para que todos – familias, educadores, sicólogos, siquiatras, grupos
vocacionales, directores espirituales, trabajadoras sociales, medios de comunicación, etcétera,- nos
esforcemos por proveer a las generaciones de ahora, las herramientas que los
ayudarán a fortalecerse ante los difíciles e inexplicables episodios que la
vida traiga consigo.
Para contribuir a que los jóvenes escojan caminos de luz, de fe, de amor
por la vida y no se dejen atrapar en el túnel oscuro de la no espiritualidad, encontramos
este artículo “Oración Contra los
Pensamientos Suicidas”, publicado en
Aleteia Team, portal espiritual. Algunos de sus apartes:
Oración
contra los pensamientos suicidas
“Mira mi aflicción y manifiesta tu
poder para auxiliarme, vence al detestable enemigo…”
Dios
omnipotente que refugias a los desolados y confortas a los prisioneros, mira mi
aflicción y manifiesta tu poder para auxiliarme; vence al detestable enemigo; y
haz que, superada la presencia del adversario, pueda recuperar la paz y la
libertad y así, sirviéndote con sincera piedad, pueda confesar que Tú eres
admirable y manifestar la grandeza de tus obras. Por Cristo nuestro Señor.
Amén.
Esta oración es la que los obispos de la arquidiócesis colombiana de Ibagué proponen rezar, en privado, como una de las soluciones a los
numerosos suicidios registrados en Tolima.
También proponen los sacerdotes rezar en misas dominicales
la oración de exorcismo a san Miguel
Arcángel del papa León XIII, y han invitado todas las
parroquias de Ibagué a celebrar Eucaristías
para orar por la vida y pedir a san Miguel la protección de los jóvenes y las
familias.
“Ante el doloroso hecho de suicidios en
el Tolima en los últimos meses, se
hace necesario desarrollar programas y acciones que enseñen la belleza y el
valor de la vida y frenen la continuación de este flagelo”, señalan
el arzobispo y su obispo auxiliar, Flavio Calle y Orlando Roa en un comunicado con fecha
del 31 de octubre de 2014.
Soluciones
Los obispos consideran “indispensable
que se unan todos los esfuerzos
posibles para atacar este mal social del suicidio”.
Y animan a ofrecer “soluciones de unidad familiar, de educación
con humanismo cristiano, de justicia y salud social, de equidad, de paz
interior, de obras de solidaridad y caridad cristiana, de buen uso de las redes
sociales”.
También alertan que el maligno pretende infiltrar sus
obras en los espacios existenciales que ocupamos, las relaciones humanas, los
medios de comunicación de que nos servimos y la misma cultura que creamos.
“En muchos casos de suicidio se
constata una relación con causas de origen satánico –constatan-. El demonio siembra división, envidia, odio,
hastío, guerra, muerte”.
“Por eso exhortamos a los fieles a
alejarse de lugares, ritos, música y signos satánicos para no dar entrada en
sus vidas a tales influencias”, continúan.
Y añaden: “La mejor forma de cerrar la
puerta al demonio es vivir en gracia de Dios y equiparse con las armas de Dios que menciona el apóstol san
Pablo en la Carta a los Efesios 6,10-20: la verdad, la justicia, el celo por el Evangelio de la paz, el escudo de
la fe, el yelmo de la salvación, la espada del Espíritu, la Palabra de Dios, la
oración”.
El
Magisterio ante el suicidio
La vida es un bien a agradecer y
defender. El Catecismo de la Iglesia Católica recoge en el punto 2258 una
verdad fundamental: “La vida humana es sagrada, porque desde el inicio es
fruto de la acción creadora de Dios…Sólo Dios es Señor de la vida desde
su comienzo hasta su término; nadie, en ninguna circunstancia, puede
atribuirse el derecho de matar de modo directo a un ser humano
inocente…”.
Un poco más adelante, el CIC destaca
que “somos administradores y no
propietarios de la vida que Dios nos ha confiado. No
disponemos de ella”.
“El suicidio contradice la inclinación natural del ser humano a
conservar y perpetuar la vida. Es gravemente contrario al justo amor de sí
mismo. Ofende también al amor del prójimo” (2281-2282).
Los obispos colombianos también
reconocen que “los trastornos psíquicos
graves y otras circunstancias que impulsan hacia el suicidio disminuyen
la culpabilidad del acto suicida”.
Y consideran
“indispensable cultivar las poderosas defensas que nos vienen de la Penitencia y la Eucaristía, la confianza en Dios, la intercesión de la
Virgen María, San José, los Santos y los Ángeles de Dios”.