EL FRACKING EN COLOMBIA
(Fuente: Blog Boletín Brújula Energética del Instituto de
Hidrocarburos, Minas y Energía de PRIME Business Scholl Universidad Sergio
Arboleda)
Sergio Cabrales
Investigador
Investigador
El fracking o fracturamiento hidráulico es un tema polémico y
controvertido a nivel nacional e internacional. Fracking es una técnica de
extracción consistente en fracturar rocas que tienen petróleo y gas atrapados en
su interior. Mientras los hidrocarburos provenientes de yacimientos
convencionales fluyen a la superficie, los hidrocarburos contenidos en
yacimientos no-convencionales requieren de la inyección a alta presión de
fluido de fractura con el objetivo de fracturar la roca para permitir que
fluyan los hidrocarburos atrapados en ella.
Es común pensar que el fracking – que ha revolucionado recientemente la
industria de los hidrocarburos – es una técnica nueva. Pero la verdad, el
fracking es la combinación de dos técnicas, perforación horizontal y fracturamiento
hidráulico, que se han utilizado desde mediados del siglo pasado en Colombia.
Lo que realmente generó el uso intensivo de esta técnica en países como Estados
Unidos, fue su viabilidad económica con precios del petróleo que rondaban los
US$100 por barril. Empero, no se pueden negar los recientes avances técnicos en
perforación horizontal, completamiento y fracturamiento hidráulico, que han
reducido los riesgos potenciales del fracking y han generado eficiencias
económicas que permitieron reducir el costo de producción a menos de US$40 por
barril.
Una de las principales preocupaciones de implementar el fracking en
Colombia es el consumo y contaminación del agua. La cantidad de agua requerida
para desarrollar un pozo de hidrocarburos no-convencionales por medio del
fracking oscila entre 2.5 y 7.5 millones de barriles. En términos simples, se
requiere aproximadamente el agua de media piscina olímpica para fracturar un
pozo. Esto puede ser un tema muy sensible en zonas donde los recursos hídricos
sean limitados y es la principal razón para vetar esta técnica en zonas
específicas, a pesar de que aproximadamente el 60% del agua utilizada en el
fracturamiento hidráulico regresa a la superficie y puede reciclarse para ser
utilizada en la fractura de otro pozo.
Por otra parte, la segunda preocupación respecto al agua es la
contaminación por los químicos utilizados en el proceso de fracturamiento. El
proceso de fracturamiento hidráulico requiere del fluido de fractura que es
99.5% agua y propante, y 0.5% de aditivos químicos. Por un lado, el propante es
básicamente arena o partículas similares que ayudan a mantener la fractura o
fisura de la roca abierta para que sigan fluyendo los hidrocarburos. Y por el
otro lado, los aditivos son químicos que generan una alta viscosidad en el
fluido de fractura para poder transportar el propante.
Figura 1. Diagrama de la fracturación hidraúlica Fuente: US Departmente Of Energy (DOE) |
Otra de las preocupaciones es la contaminación de aguas subterráneas.
Las fracturas se realizan a más de 2 kilómetros (7.100 pies) de profundidad,
generando una diferencia de más 1.5 kilómetros entre la fractura y las aguas
subterráneas que se pueden utilizar para consumo humano. Esta distancia es un
poco menor a la altura de un avión cuando el piloto del vuelo anuncia que se
debe regresar a su silla y abrocharse el cinturón para proceder a aterrizar. Al
ser esa misma distancia la que existe entre la fractura y la superficie, es
casi imposible una contaminación cruzada. De ahí que en la literatura
científica se han documentado solo contaminaciones producidas por fallas en los
pozos o en los recubrimientos de las tuberías pero no por el fracturamiento.
Por último, el incremento de sismos en las zonas donde se realiza la
extracción de hidrocarburos no-convencionales puede ser significativo. La razón
fundamental para el aumento de los sismos es el incremento de energía sobre una
falla geológica. Dicho en otras palabras, si se fractura cerca de una falla
geológica, esta reacciona al aumento de energía mediante pequeños sismos. La
solución básica es hacer estudios sísmicos para evitar fracturar cerca de una
falla geológica. Al igual sucede cuando se inyecta fluido de fractura para su
disposición final. El incremento de fluido en una formación genera aumento de
presión que puede terminar generando sismos.
Figura 2. Formación la Luna -Magdalena Medio, Colombia. Fuente: Ecopetrol (2017) |
Según Arthur Little (2017), en Colombia la formación geológica La Luna
puede tener un potencial de reservas de más de 5.000 millones de barriles
equivalentes (BOE), correspondiente a más de tres veces las reservas actuales
del país, 1665 millones de barriles. Solo el desarrollo de la formación La Luna
puede representar entre 100.000 y 350.000 barriles de petróleo por día (BOED),
casi la mitad de la producción actual de Ecopetrol.
En los últimos 10 años, Ecopetrol ha transferido $195 billones a la
Nación en regalías, impuestos y dividendos pero sus reservas actuales de
hidrocarburos no alcanzan para más de 6 años. A pesar de que la respuesta más
fácil y menos arriesgada es decir no al fracking en Colombia, se deben
contemplar los beneficios que puede traer el fracking en términos de empleo,
desarrollo de nuestras regiones, aumento de competitividad de nuestro país,
educación gratuita, planes de salud, y planes sociales, sumado a la seguridad
energética, autosostenibilidad, aumento de la inversión nacional y doméstica,
entre otros beneficios generales que se darían a las poblaciones directa e
indirectamente ubicadas en zonas de exploración y explotación de hidrocarburos
no convencionales. Por dar solo un ejemplo, Ecopetrol ha estimado que los
aportes en impuestos, regalías y dividendos de estos desarrollos podían ser
entre 500 y 3.000 millones de dólares por año para los próximos 25 años. No nos
debemos dejar embaucar por personas mal informadas o populistas, la decisión
del presente y el futuro de la industria minero-energética de Colombia está en
nuestras manos.
sergiocabrales@gmail.com
@SergioCabrales
@SergioCabrales
No hay comentarios:
Publicar un comentario