jueves, 16 de julio de 2020

EN TIEMPOS DE COVID: LA TRAGEDIA DE TASAJERA RECUERDA LA DE TACOA


En Tasajera: como un "mini Tacoa" sumió en el llanto a cientos de familias…

IMPRUDENCIA Y  TENTACIÓN QUEMARON LA VIDA DE CUARENTA JÓVENES



En el corregimiento de Tasajera, en el municipio caribeño de Pueblo Viejo en Magdalena, Colombia,  ocurrió el doloroso siniestro.  Población ubicada en la isla de Salamanca, una delgada división entre la Ciénaga Grande de Santa Marta y el mar Caribe, hoy acusa un lamentable atraso y  pobreza, en donde la gente se ahoga en sus basuras, esparcidas por todas partes. No hay agua potable, ni sistema de alcantarillado.

En este lugar, en tiempos de pandemia, sucedió un hecho por el cual la alcaldía del Magdalena declaró un mes de luto en la región. El día seis de julio, cuando varios de sus pobladores, entre niños y jóvenes, al menos ochenta, apareciendo a pie y  en moto, cerca al  peaje de  la carretera que conduce a Santa Marta, fueron atraídos por el volcamiento de un camión cisterna que estrepitosamente se sale del camino llevando gasolina en su interior.

¿Qué hacían allí? Para muchos de ellos esta vía, en la que la concesionaria Ruta del Sol II es responsable de su operación, es el lugar donde obtienen el pan diario en ventas de alimentos y otros artículos. Sin embargo para otros, tristemente mal acostumbrados, significa la oportunidad para mediante acciones delictivas “pescar”  la mercancía transportada o hurtar los automotores accidentados, con la excusa inaceptable de estar pasando por una mala situación, en donde su trabajo como pescadores, vendedores y moto taxistas no está en su mejor momento.

Aun así, pese a las necesidades, por fortuna, algunos de estos jóvenes se niegan a participar de estos nada lucrativos ilícitos, pues reconocen que pueden terminar muertos a manos de las víctimas o de sus mismos compañeros y piensan que… “Más vale mi vida que ir a perderla en semejantes aventuras y  mi pobreza no es sinónimo de delincuencia”.  

Sin embargo, ese día seis de julio, la tentación peso más sobre la mayoría de estos muchachos y jóvenes inclinándose en su errada decisión de “ordeñar” el líquido prohibido que, irremediablemente, los atrapó en un infierno, en donde al menos a siete de ellos, ni sus restos encontraron. La mayoría pereció en el escenario dantesco calcinados o por quemaduras insalvables.

Así que ese funesto día un camión cisterna que transportaba gasolina, según versiones a la prensa de su conductor Manuel Cataño, se salió de la vía y dio dos botes, volcándose  al tratar de desviarse para no atropellar una babilla que pasaba por allí.

Él pudo salir ileso del vehículo, mientras el desorden se formaba y los infortunados amigos de lo ajeno que, en dichas circunstancias, nunca faltan, arrancaron la batería del automotor, lo que, al parecer, produjo la chispa que prendió el camión, versión que todavía es motivo de verificación.

Entre tanto, el tumulto descontrolado saqueaba con pimpinas la gasolina, haciendo oídos sordos a los llamados angustiosos de la policía que les advertía no saquearan el combustible y se retiraran del camión, porque era peligroso y podía incendiarse o explotar. Pero su reacción fue exaltarse e iban a agredir a las autoridades y como quién no quiere oír es como quién no quiere ver, pudo más la tentación de extraer el combustible, sin importar el riesgo que corrían  sus vidas.

¡JUGARON CON FUEGO Y SALIERON QUEMADOS!

Y así fue. No salieron bien librados de esta nueva jornada de asaltos. ¡Jugaron con fuego y salieron quemados! Al menos más de cuarenta son las víctimas mortales del trágico evento,  siendo abrazados por la peor de las muertes. ¡Morir quemados! Envueltos en un mar de fuego. Bañados en el líquido inflamable. Semidesnudos. Sus ropas fueron disueltas al instante, al igual que sus ojos, su cabello y su piel, con quemaduras de primer y segundo grado, afectando desde el sesenta, setenta y hasta el ochenta por ciento de sus cuerpos.

Hoy, los que sobreviven lloran el episodio. Entre ellos un joven de 24 años, Cristian Maldonado, moto taxista, padre de un hermoso niño que, en entrevista a los medios de comunicación, asegura estar arrepentido del mal cometido. Recuerda que introdujo sus manos para cometer el ilícito y vio, de un momento a otro, una llamarada. Sintió como el fuego lo sorprendió y le quemó no sólo las manos, sino el cuello y otras partes de su cuerpo. Marcadas heridas que le causan mucho dolor. Huellas indelebles de un forzoso aprendizaje que le cambió el camino, enseñándole que obrar mal siempre se paga  muy caro.

Desde esta tribuna virtual destacamos la oportuna labor de traslado de nueve pacientes sobrevivientes de la tragedia a la capital, por parte de la Fuerza Aérea Colombiana que, por su experiencia, adecuó un avión C-295 en avión ambulancia para cuidado crítico, disponiendo de monitores, signos vitales, ventiladores, desfibriladores, bombas de infusión, oxígenos e insumos y medicamentos, con la atención especializada de médicos, anestesiólogos, emergenciólogo, enfermeros, técnicos en atención pre hospitalaria e ingenieros biomédicos.

Igualmente valoramos la labor profesional del Hospital Simón Bolívar adónde llegaron los heridos de gravedad, reconocido por contar con la Unidad de Quemados más especializada de Latinoamérica.

ACTUACIÓN DE BOMBEROS DE CIÉNAGA, MAGDALENA

Según la Comandante del Cuerpo de Bomberos Voluntarios de Ciénaga Magdalena,  Lourdes Peña, en diálogo con un medio de comunicación aseguró: “Los bomberos trabajaron hasta altas horas de la noche en el lugar para reducir el incendio y remover los restos del camión”.

Doce bomberos atendieron la emergencia. “No nos informaron que había un accidente en el momento. No nos dijeron que hubo un volcamiento del vehículo, sino un incendio”.

“Los bomberos llegaron y efectivamente se encontró el vehículo en llamas. Iniciaron el control y reducción del fuego. Ellos estuvieron allí como hasta el mediodía. Luego llegaron unos ingenieros para atender esa fase del derrame de combustibles”.

La comandante Lourdes confirmó que se envió otro camión cisterna para hacer el trasbordo el material combustible, porque en el carro incinerado quedo el producto”.

¿QUÉ RIESGOS TÓXICOS TRAE LA CONTAMINACIÓN POR GASOLINA?

Según los expertos en la prevención de los hidrocarburos absorber, ingerir o quemarse con gasolina implica para la salud de quién está expuesto a un accidente con este combustible: conjuntivitis, irritación de la nariz y garganta, dermatitis seca, dolor de cabeza, vértigo, somnolencia y confusión mental, tos, disnea, bronquitis, pneumonitis, naúsea y vómitos, nerviosismo e irritabilidad, visión borrosa, ataxia y convulsiones. En el caso de un incendio con gasolina ocasiona provoca quemaduras de primer y segundo grado o la muerte por la gravedad de las mismas.






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