miércoles, 28 de octubre de 2020

¿LA PANDEMIA DEL EXTERMINIO AMBIENTAL ACARREÓ LA PANDEMIA VIRAL? ¡LLAMADO URGENTE A SALVAR NUESTRA NATURALEZA Y NUESTRA ESPIRITUALIDAD!

 

EL HOMBRE, CORONA DE LA CREACIÓN, CEDIÓ ESTA NOTABLE POSICIÓN PROVIDENCIAL A  LA TERRIBLE ERA DEL ANTROPOCENO


¡Hasta cuándo...!!! Jaguar padece su cuerpo llagado por el fuego Foto Ailton Lara


DRAMÁTICA EXTINCIÓN DE LA BIOSFERA QUE SE CONSUME EN EL HORNO DE CATASTRÓFICOS INCENDIOS DE UN CLIMA INMANEJABLE

 Mientras el mundo se estremece por una nueva ola  del SARS COV-2, donde esta vuelve a embestir con mayor agresividad en el aumento de contagios y de muertes en Estados Unidos, España, Grecia, Bulgaria, Francia, Reino Unido, Alemania, Italia – este último país, que al,  parecer, tenía bien controlada la epidemia- y otras regiones del globo, el mortal patógeno enseña que, en el menor descuido, auto confianza o disipación humanas, propina su duro coletazo a quiénes abiertamente lo ‘torean’, llevándose consigo a todo el que puede vencer.

Es el enemigo moderno de la humanidad, que harto trabajo le ha dado al corazón científico, médico y gubernamental del planeta.

Hoy el género humano se sumerge en el fangal que el mismo generó. ¿Visión negativa? Pensarán algunos… Pero la realidad lo confirma, sin discusión.

Empantana el mundo que el gran Hacedor le cedió, con tan enorme e ilimitada generosidad, para destinarlo  como su eficaz administrador.

Un administrador de lo bello, lo único, lo inimitable. Lo que él jamás ni con  su grandiosa tecnología, ni con el sinnúmero de avances científicos, ni con todo el dinero del mundo podrá crear.

¿Cómo dar vida a las coloridas, frágiles y aladas avecillas que surcan el cielo embelleciéndolo? ¿A los variados mamíferos, y a los singulares e increíbles insectos que sustentan el equilibrio ambiental en el planeta, entre otras fabulosas especies?

EL FUEGO, DE ALIADO A OPONENTE DEVASTADOR


Miles de kilómetros devastados en el humedal más grande del mundo Foto Gustavo Figueiroa Facebook Sos Pantanal

El fuego que sirviera a su imaginación y  a las necesidades de los primitivos pueblos nómadas de la antigüedad, tan pronto el hombre lo descubrió hace 790.000 años, se convirtió en su fantástico aliado. En épocas duras de invierno para calentarse, alumbrar sus prehistóricas cavernas y para la cocción de sus presas de caza, sosteniendo así la fuerza de sus cuerpos.

Pero pasó de ser su ‘herramienta’ vital, no por el fuego en sí mismo, a convertirse, en estos tiempos, a causa del mal manejo humano sobre sus entornos naturales y de eventos atmosféricos extraordinarios – tormentas eléctricas, rayos- en verdadero tsunami incendiario.

No contento con eliminar la biosfera y los recintos sagrados de la naturaleza se ha dejado atrapar en la confusa telaraña de un espíritu violento y destructor, conduciéndolo ciegamente a profanar, mutilar y derribar, con el uso violento del fuego, los recintos sagrados espirituales, donde al igual que, en los parajes naturales, se refleja la luz del Creador. Así, no respeta ni el mundo creado, ni las intimas creencias de los pueblos, al vulnerar su magnífica cultura arquitectónica y sus  representaciones sacrosantas.


Iglesia de La Asunción incendiada foto Elvis Gonzalez Efe

En Chile, en este mes de octubre, quemaron dos de sus icónicas iglesias: San Francisco de Borja de los Carabineros, la Fuerza Policial Nacional de este país y La Asunción. Entre 2019 y 2020  cincuenta y siete templos de este país sufrieron las consecuencias de las temibles asonadas.    

EPIDEMIAS VÍRICAS: VIOLACIONES A LA MADRE TIERRA

Por eso, ante los complicados retos que el hombre enfrenta, hay otro que se erige amenazándolo con diezmar todo su universo natural.

Visiones de expertos ambientales creen que el despertar de epidemias víricas como la actual son el resultado de las repetidas violaciones a la Madre Tierra, cuando se altera su clima por causa del efecto invernadero –emisión de gases contaminantes hacia la atmósfera-, la excesiva contaminación del aire y del agua, además de la tala indiscriminada de bosques.

Igualmente, la codicia desmedida de urbanizar los sagrados reinos selváticos y de extender por parte de hacendados, granjeros y colonos, sus cultivos y ganadería, realizando sus habituales ‘quemas’ para despejar  terrenos,  derivándose de ello  catastróficos incendios que se avivan y se  extienden debido a  temporadas de largos veranos, escasas lluvias, disminuyéndose las  fuentes hídricas, dínamo por donde fluye la energía que sustenta la vida de la compleja y variada red de minerales, compuestos orgánicos, vegetales, animales y humanos de la biosfera terrestre.

Y ¿quiénes pagan con su vida? Los raros y únicos ejemplares que la Casa Natural está perdiendo. Mencionamos el reciente ecocidio que padeció el mayor humedal del mundo, El Pantanal.

Es cierto que, al parecer, a los animales no los alcanza la pandemia del Covid-19, pero otra es la pandemia mortal que los está consumiendo.

La indiferencia, abandono y equivocada explotación de los recursos naturales, por parte del hombre, hacia la defensa y conservación de la milagrosa Creación que su Hacedor le donó con amor para su inteligente administración.

LA ERA DEL ANTROPOCENO


Fuego encendido ilegalmente en la selva Amazónica provoca gran conflagración Fuente Afp

A tanto ha llegado el exterminio del universo terrenal que científicos del mundo coinciden en afirmar que “estamos atravesando una nueva era ecológica, parecida  a la  catástrofe ambiental que extinguió los enormes dinosaurios en la Tierra y que se califica como la época del Antropoceno –impacto negativo global producido por las actividades humanas sobre los ecosistemas terrestres-.

Según el reciente informe denominado Planeta  Vivo 2020 de WWF que, desde 1998 y cada dos años, emite un diagnóstico sobre la biodiversidad. Los resultados no son halagüeños para la humanidad. La tierra gime y se asfixia entre estertores mortales.   

Su primer consolidado salió a la luz en los años noventa. El Fondo Mundial para la Conservación del planeta y su biodiversidad, WWF, hizo una alianza con la Sociedad Zoológica de Londres.

El reporte de 2020 registra la mayor pérdida de biodiversidad de toda la historia humana. Es dramático.Hemos perdido cerca del 70 por ciento de la fauna silvestre.

Desde 1970 se inició el análisis, seguimiento y cálculo de las condiciones climáticas, ambientales, faunísticas y vegetales mediante el Índice Planeta Vivo, IPV, haciendo un seguimiento a las casi 21.000 poblaciones de mamíferos, aves, peces y anfibios de la tierra.

En contraste con la gran  pérdida negativa de la fauna, estudio afirma que se han hallado 400 especies nuevas y 4870 nuevas poblaciones. Pero de seguir como vamos, con los efectos nocivos del imparable calentamiento global también se acusa un acelerado y triste final para la supervivencia del planeta del sistema solar que registra vida.

Especialistas ecólogos advierten que la conciencia ambiental global está siendo sacudida por plagas de langostas, incendios devastadores, gases invernadero, desastres extremos, deforestación irrecuperable y comercio de vida silvestre transmisora de pandemias víricas como la actual y el hombre, promotor central de la hecatombe ambiental.

Los científicos en prácticas sostenibles consideran que la suma de pequeñas acciones contribuye a detener la brecha de la extinción. Por ejemplo, racionalización en el consumo de energía. En la alimentación del consumo de productos locales.

Mantener y limpiar las zonas boscosas de los deshechos ambientales y detener la tala de árboles. Así los incendios no encontrarán espacio para hacer de las suyas. Igualmente vigilar que manos criminales o acciones malintencionadas hagan arder la vida.

¿QUÉ HACER?

Revelación que nos invita a los habitantes de la Casa Natural, académicos, científicos del mundo, líderes mundiales, sin excepción y, con la mayor celeridad, a adelantar todos los esfuerzos necesarios para que las catástrofes ambientales no nos arrebaten los reinos pilares de la vida en el orbe, en este  inmenso universo,  e invertir, sin mezquindad, para preservar el único Hogar común a todos.

El 28 de septiembre de este año Naciones Unidas se reunió con los líderes mundiales para determinar los puntos con el fin de revertir el colapso ambiental a sobrevenir, entre los que se tienen sostenibilidad y reducción de sus causas. El cuidado de la agricultura –transformación de nuestro sistema alimentario actual-, conservando los beneficios de la naturaleza. Reducción de la contaminación del aire. Inversiones en salud –detener y revertir la mejor protección que exista para la salud humana-. Derechos del mar…

EL PANTANAL, RESERVA DE LA BIOSFERA, PRESA DEL FUEGO


Mapache rescatado por biólogos en el estado de Mato Grosso, Brasil. Fuente Afp

El Pantanal -24.000 kilómetros de extensión y en un 95 por ciento es de propiedad privada, donde el pastoreo y el ganado son su principal actividad- es  considerado Reserva de la Biosfera por la Unesco, el mayor humedal tropical del planeta.

La reserva comprende el estado brasileño de Mato Grosso y una menor extensión por el de Mato Grosso y áreas vecinas de Bolivia y Paraguay. Se esfuma y con él la vida en su interior. Allí cientos de especies no pudiendo huir del abrasador siniestro, entre osos hormigueros, erizos, jaguares, caimanes, anfibios, aves, insectos,  murieron carbonizados. El Parque estatal Encontro Das Aguas y la Hacienda Sao Francisco, al extremo norte del Pantanal, quedaron hechos cenizas.

En la Hacienda Sao Francisco, donde reinan altivas palmeras, habitación de miles de guacamayas azules, las aves debieron emigrar con rumbo desconocido y algunos de sus pichones permanecieron vivos en sus nidos, sin su fuente de alimentación.

Desde junio de este año, los incendios le declararon la guerra a este renombrado paraíso natural y a sus miles de habitantes de la reserva. En septiembre de 2007  y en el mismo mes  de 2020, los focos de calor marcaron un incremento.  En 2007, 5498.  Ahora,  5603 –datos del Instituto Nacional de Investigaciones Espaciales, INPE-.

Hoy, como nunca, la planicie húmeda el Pantanal presentó 15756 focos de calor. En el 2005, 12535 focos. Los incendios aumentaron en 230 por ciento en relación con 2019, de acuerdo a datos del Laboratorio de Aplicaciones Satélites Ambientales (LASA).

A raíz de la mayor estación de sequía que viene padeciendo el bioma, y la disminución de precipitaciones, el humedal quedó a expensas de las tempestades ígneas, con las cuales debieron luchar por varios meses cientos de bomberos, rogando al cielo que lloviera para poder contener el macro desastre.

El río Paraguay bajó su nivel de agua, lo que agravó aún más la situación. La propagación de incendios es propiciada por las ‘quemas’ incontroladas en el Pantanal y en la Amazonía.

El gobierno del presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, decretó su prohibición en junio de 2020. La Policía Federal (PF) de Brasil confirmó a medios de comunicación que “los incendios que se iniciaron en junio y julio sólo pudieron haber sido ocasionados por humanos”.

Los granjeros del lugar, para limpiar el terreno de cultivos y pastizales, crean incendios planificados, donde surgen los focos que propagan las imbatibles conflagraciones, según versiones periodísticas.-

Los dueños de construcciones turísticas y residenciales cuentan con una brigada privada para evitar que el fuego consuma las propiedades. Cuando se presentan holocaustos incendiarios en un área tan extensa, donde se intercambian eventos climáticos, físicos y bióticos, el bioma el Pantanal es el hogar natural del mayor número de jaguares y, de al menos, cien millones de caimanes del mundo.

Posee 159 especies de mamíferos,  659 de aves, 325 de peces: además de 98 reptiles, 53 de anfibios y alrededor de 3500 familias de plantas.

El ministerio brasileño de Defensa, en un comunicado oficial a los medios, informó que cerca de 400 hombres de las fuerzas armadas, se dispusieron para confinar los focos incendiarios. Se levantó un Centro de Coordinación de las Operaciones en el Aeródromo de Sesc Pantanal, en Poconé, a cien kilómetros de Quiabac, capital de Mato Grosso.

La mega diversidad quedó en cenizas. La deplorable realidad se evidencia cuando se observa al transitar los ciento cincuenta kilómetros de la carretera transpantanera entre Poconé y Porto Jofre.

RESPETO DE LA INTEGRIDAD DE LA CREACIÓN


"Dios creando los animales" Pintor Brueghel El Viejo

En las actuales condiciones en que múltiples voces ambientalistas del mundo se unen para reparar nuestro envejecido planeta, es apocalíptico reconocer que este es el tiempo de la era del Antropoceno, en contraposición a lo inspirado por el Espíritu Santo en las Sagradas Escrituras, donde se afirma que el hombre es corona de la Creación.

“Creó, pues, Dios al hombre a imagen Suya: a imagen de Dios lo creó los creó varón y hembra. Y echóles su bendición, y dijo: Creced y multiplicaos, y henchid la tierra, y enseñoreaos de ella, y dominad a los peces del mar, y a las aves del cielo, y a todos los animales que se mueven sobre la tierra. Y añadió Dios: Ved que os he dado todas las hierbas, las cuales producen simientes sobre la tierra, y todos los árboles, los cuales tienen en sí mismos simiente de su especie, para que os sirvan de alimento a vosotros, y a todos los animales de la tierra, y a todos cuantos animales vivientes se mueven sobre la tierra a fin de que tengan que comer. Y así se hizo”. (Cf. Gn , 1 al 31).

“Yo contemplo tus cielos, obra de tus dedos, la luna y las estrellas que tú creaste, y exclamó: ¿Qué es el hombre para que tú te acuerdes de él? ¿O qué es el hijo del hombre para que vengas a vistarle? Hicístele  un poco inferior a los ángeles, coronástele de gloria y de honor, y le has dado el mando sobre las obras de tus manos”… (Sal. 8: 4-7)

Por su parte el Catecismo de la Iglesia Católica en el Artículo 7: El Séptimo Mandamiento, capítulo primero El Destino Universal y la Propiedad Privada de los bienes en su numeral 2415 El respeto de la Integridad de la Creación, dice: “El séptimo mandamiento exige el respeto de la integridad de la creación. Los animales, como las plantas y los seres inanimados, están naturalmente destinados al bien común de la humanidad pasada, presente y futura (Cf. Gn, 28-31). El uso de los recursos minerales, vegetales y animales del universo no puede ser separado del respeto a las exigencias morales. El dominio concedido por el Creador al hombre sobre los seres inanimados y los seres vivos no es absoluto; está regulado por el cuidado de la calidad de la vida del  prójimo incluyendo la de las generaciones venideras; exige un respeto religioso de la integridad de la creación”. (Cf. CA 37-38).

El numeral 2516 afirma: “Los animales son criaturas de Dios, que los rodea de su solicitud providencial (Cf. Mt 6,16). Por su simple existencia, lo bendicen y le dan gloria (Cf Dn 3 57-58). También los hombres le deben aprecio. Recuérdese con qué delicadeza trataban a los animales San Francisco de Asís o San Felipe Neri”. (Por Editores Llamas)



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