martes, 23 de noviembre de 2021

¿ES LA "REVOLUCIÓN VERDE" UNA NUEVA MÍSTICA? ¿UNA RELIGIÓN INMANENTISTA QUE ADOPTA UN CULTO PANTEÍSTA A LA NATURALEZA?

 

PENSADORES REFLEXIVOS CREEN QUE CON LA “LA REVOLUCIÓN VERDE”

 

¿VAMOS HACIA UNA NUEVA RELIGIÓN INMANENTISTA?

 




Sea coincidencia o no, es curioso observar como un segmento destacado de  intelectuales entre escritores, filósofos, periodistas, científicos, ambientalistas, profesionales de todo orden del mundo tienen casi una misma percepción acerca de la Cumbre COP 26 de las Naciones Unidas para el Cambio Climático que tuvo lugar a finales de octubre, comienzos de noviembre, en Glasgow, Escocia, Reino Unido. Ellos estiman que el aumento de la temperatura resulta hoy asunto muy trillado, llegando al punto del desgaste, y del escepticismo para buen número de regiones de la Tierra. Tanto así que ya no desborda la atención, expectativa y euforia que, en un principio, tuvo en el público, como cuando arrancaron estas reuniones en la Cumbre de la Tierra en Estocolmo -1972- y en Río de Janeiro, Brasil en 1992.

La prueba de ello es que países como Arabia Saudita, Rusia y Brasil se mostraron reticentes a adoptar nuevos compromisos en la disminución de emisiones de dióxido de carbono para finales de 2022.

Estados Unidos, Australia, España, Japón e India en la COP 26 no fueron muy partidarios en disminuir su producción de carbón, actividad que les genera buen número de empleos y recursos.

Pero más allá del escepticismo existente, lo que en artículos de prensa se devela, con marcada ironía, es como algunos de los promotores de la “revolución verde” y países participantes a la COP 26 que suelen, con tono de preocupación, afirmar: ¡Ya no hay tiempo. ¡Estamos en las últimas para salvar la Tierra de los inminentes estragos climáticos! Se presume que, la mayoría de estos delegados, no hayan hecho uso del transporte “amigable” con el medio ambiente. ¡Eso sería de no creer…! Durante su estadía en Glasgow no se les vio moviéndose ni en bicicletas, bici taxis, patinetas o en los famosos y clásicos carruajes ingleses tirados por caballos, o en coches que funcionaran con gas natural, desde sus hoteles hasta el lugar del evento u otros sitios de la ciudad, sino en los habituales autos de combustión, que ellos tanto rechazan, pero abordan sin ningún problema.  Y así como llegaron se fueron de la localidad anfitriona, en cómoda flota de nada menos que 400 jets privados que, según versiones periodísticas, generaron más de 15.000 toneladas de emisiones de CO2, equivalentes a la cantidad producida por más de 1600 pasajeros.

También, señalan destacadas notas periodísticas como algunos de los afortunados hombres que se proclaman defensores del ambiente, invitados a esta convocatoria global, dedican parte de sus acaudaladas fortunas en empresas que impulsan la energía nuclear o la industria cárnica, de las que  también se dice que contaminan.

Al tiempo que tenía lugar el suceso climático, pensadores bien informados lanzaban esta otra “perla” reflexiva: Si lo que buscan es bajar las emisiones de CO2, ¿acaso no saben que el hombre al respirar emite CO2? ¿Y si el orbe tiene millones de habitantes, entonces la atmósfera debe estar altamente contaminada? ¡Ah, sin contar, además, que los animales también respiran! Y, además, subrayaban: el CO2 no es el problema ambiental más severo, como si lo es la cantidad de plástico que se desecha en el mar continuamente.

…”ESOS CARROS NO SON PRÁCTICOS…”



Otro, al parecer, despropósito de las conclusiones del Acuerdo de Glasgow y que exponen algunos de sus contradictores es la propuesta de cambios de autos de combustión por vehículos eléctricos con plazo hasta el 2045, porque aseguran que, estos últimos, contaminan más que los movidos a base de combustibles fósiles. Es mayor el gasto de combustible para generar la energía eléctrica y la cantidad de CO2 que se desprende en la producción de dicha energía eléctrica y, ¿qué va a pasar con todas esas montañas de baterías cuando estas terminen? Y, enfatizan: “Esos carros no son prácticos y su precio es el precio de la batería. Cuando esta termina el carro no sirve para nada”.

Piensan, además, que para cumplir con el objetivo calificado de “loable” e inminente de proteger el clima  global habría que desmontar toda la sociedad industrial, el último resto de civilización, con la satanización del consumismo, viéndose afectado el orbe entero, especialmente aquellas economías que, a duras penas, sobreviven con sus golpeadas y estrechas finanzas.

Para algunos es volver a la era de las cavernas y alumbrarnos no con velas que, en su mayoría, son de parafina, derivado del petróleo. Y, también, clausurar la industria petroquímica de la que salen los insumos para el agro y laboratorios químicos. Es el oro negro que ellos persiguen, pero que ampliamente usan y disfrutan de diversos modos.

Empresarios minero energéticos consideran que su actividad de extracción, exploración y explotación obedece hoy a estrictos estándares de sostenibilidad ambiental y no es, como se quiere hacer creer, una amenaza para el logro de un planeta más sano y descontaminado. Porque la industria de combustibles fósiles convive a la vez que respalda y financia proyectos relacionados con energías renovables como los parques solares.       

…“NUEVA RELIGIÓN INMANENTISTA”…



Grabado de C Flammarion L'Atmosphere Meteologie Populaire, París 1888

Asimismo, voces de ambientes culturales, a la luz del pensamiento católico creen que lo se busca es promover la “revolución verde” que, en la década de 1960, fue planificada por las facciones más radicales de la Internacional Socialista, como un desarrollo natural del socialismo marxista, a un paso de ponerse en práctica.

Luis Fernando Escobar del Centro Cultural Cruzada de Colombia, en su canal en Youtube explica que “ellos no buscan limpiar la naturaleza porque, en efecto, no va a cambiar. Es  una nueva mística que se va incorporando en la sociedad y con ella una nueva religión inmamentista, donde lo pretendido es adoptar un culto panteísta a la naturaleza, a la tierra y a nosotros.

Más adelante agrega: “Niega la creación. Diviniza la materia. La nueva espiritualidad no trasciende hacia las perfecciones de Dios. El hombre se confunde pensando que el absoluto es él mismo. Ya no es la gloria de Dios como búsqueda de lo espiritual, sino que es la satisfacción de las necesidades del hombre y busca la espiritualidad en sí mismo. El sentimiento ya no es más la verdad. Acuérdense que Dios nuestro Señor dice de Sí Mismo: ‘Yo Soy el Camino, la Verdad y la Vida’. Pero en la nueva espiritualidad es sentimiento, experiencia. Con un legítimo raciocinio se deduce que Dios y el hombre son una misma cosa, de ahí panteísmo”.   

“Es una nueva religión universal, ecologista, panteísta que rechaza a Dios como Supremo Creador y niega el dominio del hombre sobre la creación”.

Papa Pio X se opuso a la doctrina Modernista  

En su documentada exposición menciona al Papa Pio X, quien se opuso a esta doctrina. El principio de la inmanencia es el corazón del Modernismo. Es una condición filosófica que asume la experiencia como absoluta y excluye la realidad trascendente. En su encíclica Pascendi Dominici Gregis – Apacentar la Grey del Señor-  la  tildó como la ´madre de todas las herejías´.

También se refiere al pensador brasileño Plinio Correa de Oliveira, de quien el escritor Roberto de Mattei habla del pensamiento del profesor en su libro “Plinio Correa de Oliveira (Profeta del Reino de María) Triunfo de la Iglesia” y en el que este exponente de la fe y la tradición católica, igualmente se opone al inmanentismo.

La inmanencia considera que lo principal son las necesidades del hombre, quedándose en un terreno puramente material, descartando la existencia de Dios, Creador de un universo visible e invisible.

En la misma presentación, Luis Fernando Escobar confirma que “la iglesia católica no se opone a cuidar la naturaleza, pero esa no es la espiritualidad y rechaza la ‘revolución ecologista’ que quiere destruir nuestra civilización”.

EXCLUIR A DIOS ES EXCLUIR EL AMOR CON QUE EL CREÓ TODAS LAS COSAS

La posición de los hombres de fe de todos los tiempos es  que si se excluye a Dios como el arquitecto de la naturaleza y de nuestras vidas, automáticamente estamos excluyendo el amor, porque Él es amor y todo cuanto hay lo hizo con amor. Si negamos el amor, nosotros pasaremos a ser los huérfanos del amor que, ciertamente, al no admirar y respetar a Dios como artífice de la Creación,  abandonaremos lo que descartamos ha salido de Sus manos, como la naturaleza, porque será una obra sin Creador, sin el amor que lo gobierna todo desde el principio y todo se subordina a Él. Nosotros como las cosas de la creación seremos tan sólo un montón de materia, limitada e intrascendente.

…”EN CERCA DE TRES DÉCADAS SE HA INCREMENTADO LA DECADENCIA  CLIMÁTICA”… 



Al decir de los anfitriones de las recientes Cumbres el tema de preocupación  y que fuera también el núcleo central en el Acuerdo de París 2015 COP 21, es el de no permitir que la temperatura pase los 1.5 grados centígrados Celsius, porque de rebasar esta barrera los barómetros mundiales se reventarían debido a un clima inmanejable. Y la posición de meteorólogos es coincidente, pues creen que de subirse un mínimo más, la situación se tornaría apocalíptica, ya que  podría causar grandes catástrofes planetarias.

En opinión de atentos observadores es muy poco lo que, en concreto, los países que se comprometieron en París 2015 han conseguido para disminuir su huella contaminante.  Javier Montes, estudioso en Ciencias Atmosféricas y Geológicas, subraya que, “en cerca de tres décadas de Cumbres Climáticas, se ha incrementado la decadencia climática del planeta y, no necesariamente, a causa del aumento en grados por dióxido de carbono o efecto invernadero, sino  debido al mismo hombre quien, tristemente, descuida sus bosques, ríos, fuentes de agua permitiendo, además, la deforestación sin control y, en su gran mayoría, intencionales incendios forestales, lo que sí afecta la calidad del aire y dispara los desastres naturales, evacuaciones permanentes y pobreza en todo el orbe”.


Foto Valdemaras D

Sin embargo, la discusión continúa por parte de quienes aseguran que, en realidad, es más una situación política y de interés económico lo que se respira en las decisiones para controlar el tan manoseado término cambio climático, ya que para estos observadores, basados en objetivas opiniones científicas, el planeta no se está calentando, sino, al contrario, ¡se está enfriando! Y con  su lema “el que contamina paga”, y según sea su huella de carbono por  emisiones de CO2 y efecto invernadero, los derechos de emisión los compran fondos de inversión y no las empresas que emiten CO2.

Ahora lo que, también produce gran descontento por parte de los países con  economías débiles frente a las fuertes es que, estas últimas, no muestran un decidido interés en ‘meterse’ las manos al bolsillo para apoyar la transición de las regiones medianas y pobres hacia las energías renovables.

Desde la otra orilla se continúa hablando de incremento de la temperatura y, por ejemplo,  la directora Ejecutiva de Greenpeace, Jennifer Morgan, en un comunicado mencionaba un estudio reciente de Climate Action Tracker en el que se muestra como el mundo va camino a 2.4 grados de calentamiento, aseguró a medios internacionales que “este proyecto de acuerdo no es un plan para resolver la crisis climática, es un acuerdo para que todos crucemos los dedos y esperemos lo mejor”.

LOGROS AMBIENTALES DE COLOMBIA



Naciones en desarrollo -caso Colombia-, no tan contaminantes como regiones con economías fuertes y un mínimo de emisiones gases invernadero (0.4 por ciento), si están implementando planes para proteger sus selvas, bosques, ríos y costas, impulsado, además, proyectos eólicos y de energía solar.

Tanto así que Boris Jonhson, Primer Ministro del Reino Unido, en el encuentro Leaders Action on Forests and Land Use Evente de la COP 26, elogió la gestión del presidente Iván Duque en la protección de la Amazonía colombiana y la conservación de los bosques en el mundo.

“El presidente Duque ha tomado pasos importantes para salvaguardar la Amazonía colombiana y los líderes de la cuenca del Congo también están trabajando para proteger sus bosques”, resaltó Jhonson en su intervención.

Más de cien líderes firmaron la Declaración de Glasgow para en el 2030 haber detenido la deforestación y la degradación del suelo.

Duque anunció, en el marco del evento, que el país declarará en 2022 el 30 por ciento del territorio colombiano como área protegida, ocho años antes de lo previsto.

El 52 por ciento de Colombia alberga selva tropical y el 35 por ciento es tierra amazónica, con más de la mitad de los páramos –ecosistemas de gran altitud- del mundo.

Según el mandatario colombiano somos líderes en la transición energética en América Latina y pusimos en marcha la primera política regional de Economía Circular. “El país lidera la estrategia biodiverciudades.

“Reducir gases efecto invernadero en 51 por ciento para el 2030 y para el 2050 ser una nación carbono neutral”.

Dijo, además, que “Colombia está cumpliendo sus metas de transición energética de tener 0.2 por ciento de la matriz energética de energías renovables, no convencionales, a alcanzar el 20 por ciento para el 2023.

“Y, finalizando el 2023, haber sembrado 120 millones de árboles de los 180 millones que se tenían como meta”.     

¿QUÉ LE ESPERA A LA UNIÓN EUROPEA?

Fue un 14 de julio cuando comenzó la Revolución Francesa y lo que se preguntan intelectuales europeos es: ¿Será sólo casualidad que la Comisión Europea emitió una serie de propuestas ambientales conocidas como Fit For 55 O ‘Green Package’, donde sus gestores la llaman la “Revolución Ambiental Francesa”, con el fin de implementar el Green Deal de 2019.

Sin embargo, hay quienes están en desacuerdo con estas propuestas ya que, finalmente, los que deberán pagar más son los contribuyentes, en especial, la clase pobre europea, afectando sus vidas de manera significativa.

Por otro lado consideran que la Unión Europea, desde 2008 al 2020, ha venido cumpliendo con los objetivos y acciones establecidas para regular el cambio climático. Las emisiones se redujeron en un 20 por ciento, pero los del Fit For no conformes quieren dar el salto a un 55 por ciento, lo que exigiría una acción masiva.

Un documento publicado por el Centro de Estudios de Política Europea (CEPS) en Bruselas explica que esta política de cambio climático será muy cara. “Los contribuyentes de la Unión Europea tendrán que financiar de su propio bolsillo el acero ‘verde’, el hormigón ‘verde’, la contratación pública ´verde´, la infraestructura ´verde’ y medidas de compensación para la industria.

“‘¡Europa lanza la Revolución Verde!’, lo que traerá enormes costos para los presupuestos públicos como para los ciudadanos”. (Por Editores LLAMAS)

  

 


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