martes, 10 de junio de 2025

¡ALERTA COLOMBIA! EN ESTOS MOMENTOS DE CAOS Y CONSTERNACIÓN POR EL REPUDIABLE ATENTADO AL PRECANDIDATO MIGUEL URIBE TURBAY Y LA VIOLENCIA DESATADA EN NUESTRO PAÍS, DAN BEN AVRAHAM HAYYIM HACE UNA ALERTA IMPORTANTÍSIMA, A FAVOR DE COLOMBIA. PUBLICAMOS SU ESPERANZADOR Y ALECCIONADOR MENSAJE...

 


 

 

... “SINO SE RECUPERA ESE SENTIDO DE NACIÓN. ENTONCES, LOS QUE NO QUEREMOS VAN A TOMAR CONTROL DE AMÉRICA. NO SÓLO DE COLOMBIA, ¡DE TODA AMÉRICA!”...


Primer Presidente de la Alianza Netzarita, AMI
 

...  “Colombia necesita, como toda América, líderes que sanen, no que enciendan fuegos”...

 

“Alerta importantísima, es es una de las alertas más importantes que podríamos  tratar en nuestro canal Hayyim TV. Realmente, estamos viviendo un momento único, un momento especial en la historia de América y, particularmente, es una alerta a favor de Colombia.

“Shalom Colombia, Shalom Colombia. Yo soy Dan Ven Abraham, Presidente de la Alianza Internacional, AMI, y hoy no les hablo como teólogo, ni como analista, ni como investigador, hoy les hablo como un hermano. Les hablo como un padre, les hablo como un ser humano que siente profundamente el dolor que vive esta gran nación Americana que es Colombia.

“Anoche, un joven colombiano, el precandidato presidencial, Miguel Uribe Turbay fue víctima de un atentado vil, traicionero que buscaba arrebatarle su vida. En ese  atentado contra este joven que promete ser una de las figuras democráticas más impactantes en el país, toda la nación y el mundo está hablando, está indignado, una situación extremadamente difícil para toda esa nación, que es Colombia.

Y esta alerta la lanzamos en mérito de la recuperación, de la salud integral de Miguel Uribe Turbay. No es cualquier cosa lo que acaba de ocurrir. Mientras este joven, diplomático, estadista, joven democrático, Senador. Una de las figuras en alza, en la voz democrática de Colombia y de América. Mientras este joven se debate entre la vida y la muerte, la tierra misma tembló, amigos, en los alrededores de Bogotá, como si el cielo confirmara lo que ya sabíamos, que algo podría estar rompiéndose en el alma de esta nación Suramericana.

“Colombia, no está sólo en crisis política. Colombia, está en una crisis espiritual. Y la realidad es que, por años, muchos en Colombia, habían normalizado el odio, la calumnia, la división, se había llamado libertad al libertinaje y debate democrático a la violencia verbal. Y gracias a Dios,  todo parecía que esta etapa se había superado, que la violencia y la sangre inocente derramada ya no volverían a marchar el suelo sagrado de la Patria. Pero, lo de anoche es una alarma, ¡porque no es una causa, es una consecuencia!

“Vemos un discurso oficialista lleno de juicios, del lenguaje que algunos líderes del gobierno están incubando el resentimiento, la fragmentación y el caos. Y cuando los líderes siembran odio, se cosecha sangre. CUANDO SE DESPRECIA LA JUSTICIA Y LA DEMOCRACIA, LA TIERRA TIEMBLA.

“A quiénes gobiernan Colombia, desde la presidencia hasta las gobernaciones y las alcaldías les digo con mucho respeto, con mucho amor, pero con mucha firmeza LAS PALABRAS TIENEN CONSECUENCIAS. Ustedes, son responsables, no sólo de lo que afirman, sino, también, de lo que insinúan.

“Colombia necesita, como toda América, líderes que sanen, no que enciendan fuegos. No es hora de ideologías. Es hora de arrepentimientos. No es hora de señalar, es hora de doblar rodillas. 

"Desde anoche, como líder de una Alianza Internacional que ama esta nación americana, he pedido a nuestros miembros en todo el mundo que OREN, QUE RECEN, QUE LEVANTEN PLEGARIAS. Que se confiese el Salmo 91, en todos los rincones del mundo a favor de la vida del joven Uribe y de Colombia. Y les pido a todos de nuevo creyentes, judíos, cristianos, personas de buena fe que OREN. Que OREN, a su manera, pero que OREN. Y que sigamos rezando por la vida de Miguel Uribe.



“Que sigamos rezando por su familia. Que sigamos rezando por los dirigentes de Colombia pero, sobre todo, que oremos por el alma de esa gran nación americana, que es Colombia.

“Que vuelva la cordura. Que se restaure el respeto. Que vuelva la mano de Hashem -Dios- para bendecir abundantemente esta tierra, porque, amigos, Colombia no es irrelevante. Esta NACIÓN HA SIDO MARCADA PARA GRANDES COSAS. Colombia está en el mapa espiritual de los tiempos finales. Dios tiene planes nuevos y maravillosos para Colombia. Pero, cuando una nación tiene un destino alto, también, enfrenta ataques muy oscuros. La violencia política, la división social, los pactos con dioses ajenos, son síntomas de una nación que está olvidando su propósito.

“El temblor de hoy, no es sólo biológico. Es un llamado del cielo. Es una oportunidad para que todo el país se una de nuevo. Se una de nuevo para despertar, para reflexionar, PARA VOLVERNOS TODOS A DIOS. Y a cada colombiano, a todos los colombianos, nuestros hermanos, nuestros amigos, les ruego que no repitan, ni hagan eco del lenguaje del odio. Que no permitan que el veneno político entre en sus casas. Hablen de la vida, enseñen la verdad. Protejan la inocencia de sus hijos. Y permítanme decirle a todos los colombianos, dentro y fuera del país, que Colombia no está sola. Desde Jerusalén hasta Bogotá, ¡oramos por ustedes! ¡Rezamos por ustedes! ¡Clamamos a Hashem por ustedes! Pero, también, advertimos, la violencia no trae redención. Sólo el arrepentimiento lo hace.

“Pedimos a Hashem que esta tierra no sólo tiemble, sino que despierte. Y que del polvo de la confusión surja una generación nueva, que ame la verdad, que honre la vida. Que no se arrodille ante ningún dios extraño.

“Que el Dios de Abraham, Isaac y Jacob tenga misericordia de Colombia. Y desde nuestra sede, hago un llamado solemne, urgente y esperanzador. Y lo hacemos no sólo como observadores o comentaristas, sino como un padre de conciencia, como hijos del Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Lo hago como defensor de la cultura judeo-cristiana, que aún sostiene, aunque herida, la estructura moral de nuestras naciones occidentales.

“La noche del siete de junio, de este presente año, Colombia fue nuevamente sacudida. Sangre patriótica derramada, joven, de una tierra que responde temblando. Para quién no cree en señales esto es pura coincidencia. Para quiénes leemos los tiempos, desde la perspectiva profética, de nuestros grandes profetas de Daniel, de Isaías, de Jeremías, de Zacarías, esto es una advertencia espiritual, encarnada en la materia misma de la tierra. La violencia política no nace de la noche a la mañana. Es incubada. Es cultivada. Es alimentada por discursos irresponsables que, aunque no empuñan un arma, preparan el terreno para quiénes lo harán después.

“Y en Colombia, como en otros países de la región, hay una permisividad creciente hacia el uso de un lenguaje de odio, de resentimiento de clases, de guerra cultural, de división sistemática entre hermanos. El gobierno nacional y, en particular, algunos de sus más visibles exponentes, han cedido a la tentación del antagonismo permanente. *Han olvidado que un gobernante no sólo administra presupuestos, construye una cultura política, construye el alma de una nación. Que cuando el lenguaje de la autoridad es incendiario. El resultado siempre es el mismo. Sangre en las calles y miedo en las plazas.

“Y por eso el atentado contra el joven Miguel Uribe no puede ser leído como un episodio aislado, porque no lo es, es el síntoma visible de una enfermedad moral más profunda que ya veníamos advirtiendo desde este canal y desde esta sede. Desde nuestras plataformas, desde nuestras Asambleas espirituales que hemos conocido, desde Colombia y desde el exterior.

“Vino el atentado y después la tierra respondió. Y no es la primera vez que lo veo. En la tradición bíblica los terremotos son más que fenómenos naturales. Son interrupciones del orden para despertar a un pueblo. Para despertar a una nación. Porque, cuando un país pierde su norte espiritual, cuando los justos callan y los que no tienen temor de Dios legislan, la tierra reacciona. No por venganza. No, no, no ¡no es por venganza! Es por misericordia, porque si no tiembla el suelo, no tiembla el alma.



*Bogotá y sus alrededores no sólo fue sacudida por placas tectónicas. Fue sacudida por un himmel del cielo. Por la necesidad de despertar. Y desde nuestra sede alzamos nuestra voz, para decirlo sin temor, ni eufemismos. Colombia está siendo probada en su alma, en este momento. Posiblemente, esa es la hora de prueba mayor de la democracia colombiana y aún no es tarde. Y, por eso, hoy desde nuestra sede internacional, como Presidente de AMI, como Rab, como un padre de comunidades judías y de justos de las naciones, convocamos una jornada permanente de oración por Colombia. No como una formalidad religiosa, sino como un acto de resistencia espiritual.



“Orar, hoy por Colombia, es levantar una muralla invisible que frene la agenta del caos. Es poner un vallado de fuego, alrededor de los inocentes. Es decirle al cielo: 'Aquí hay aún quiénes claman, quiénes creen. Quiénes no se han rendido al dios extraño del miedo, de la división y de la confusión'.

*“Oramos por la vida del joven Miguel Uribe. Oramos por los médicos que lo han atendido y de todo el personal médico que lo está atendiendo en cuidados intensivos en este momento. Oramos por su familia. Oramos por los líderes del gobierno. Aún por aquellos que no entienden lo que hacen. Oramos por los jóvenes, por los periodistas honestos. Por los jueces que temen a Dios en Colombia, más que a los partidos. Pero, también oramos por el alma de Colombia. Por su memoria espiritual. Por su retorno a la ética bíblica, porque sin esos amigos, ni la democracia, ni la paz tendrán fundamento seguro.

“Como amigo de Colombia, con nexos familiares muy cercanos, hago un llamado claro, fuerte y respetuoso a la unidad nacional. Unidad no significa uniformidad, pero significa madurez. Significa que, en medio de diferencias ideológicas, reconocemos que la dignidad humana y respeto a la vida son principios no negociables.

“Es hora de que Colombia se sacuda, no sólo del temblor físico, sino del terremoto ideológico que la quiere fragmentar. El odio entre clases. El resentimiento entre regiones. El culto a la revolución como un fin en si mismo, no son principios de convivencia democrática. Son principios de destrucción institucional, sino se recupera ese sentido de nación. Entonces, los que no queremos van a tomar control de América. No sólo de Colombia, ¡de toda América! Porque, la historia, amigos, no tolera vacíos. Lo que no ocupa el bien, lo puede ocupar el mal.

“Yo hago un llamado a defender la democracia, a defender la cultura judeo-cristiana. No es una etiqueta religiosa, sino la fuente moral, el fundamento ético que ha sostenido los fundamentos de la justicia, de la libertad, de la responsabilidad, de la protección de la vida, de la protección del inocente. Porque cuando se rompe ese fundamento, cuando se rescriben los valores a conveniencia del poder, la democracia se convierte en un espectáculo. La libertad va camino a la anarquía. 

*"La cultura judeo-cristiana enseña que el hombre fue creado a imagen y semejanza de Dios. Que el poder debe estar sujeto siempre a la justicia. Que no se puede asesinar en nombre de una ideología. Que la verdad no es una construcción sociológica, que es un principio eterno.

“Y sin estos pilares, Colombia, no será una República, podría ser una plataforma de cualquier agenda y víctima -aquí pronuncia la palabra hebrea “Lo Aleinu”, oración judía que significa “es nuestro deber alabar”- de su propio extravío.

“Por eso, desde nuestra sede, desde las comunidades de fe en América, desde Israel, llamamos a todos los creyentes, a todos los defensores de la verdad a levantar la voz. Levantar la voz no es gritar, es enseñar, es interceder, es actuar. Es no rendirse. Es no ceder. Es tener el valor de decir: ‘aquí hay una línea y por aquí no pasarán.

* “Colombia no está condenada. Está advertida. Es una gran diferencia. Como enseñan nuestros profetas: cuando una nación escucha, siempre puede ser sanada. Pero, si se duerme el precio será más alto, que el temblor o la sangre ‘Lo aleinu’. Envío este mensaje no como una acusación, sino como un llamado a la esperanza, porque creemos en la fuerza de los justos. Porque creemos que Dios todavía responde, cuando su pueblo clama y porque sabemos, con certeza, que cuando se restaura la verdad, la nación se sana y puede volver a vivir en paz y esperanza.

“Y Yo declaro por fe que, Colombia, vuelve a sus raíces judeo-cristianas. Declaro que, Colombia, despierta y su despertar no es sólo de la nación, sino de toda América, Iberoamericana. Con Colombia despierta Iberoamérica, también.

*“De pronto, escuchemos con gratitud y esperanza que Miguel Uribe Turbay abre sus ojos, que vuelva hablar con claridad y que su mente, su cerebro, su corazón y su espíritu permanecen intactos. Listo para tomar su misión, aún con mayor convicción que antes. Que no sufra daño alguno, que le impida regresar al camino que él ha emprendido. El de fortalecer la democracia. Defender las libertades y representar  a una nueva generación de jóvenes colombianos comprometidos con la vida, con la verdad y con el respeto.

“Que su recuperación sea un testimonio, no sólo de su sanidad física, sino de que la luz no puede ser apagada por las tinieblas y que la verdad no puede ser silenciada por el miedo. Que pronto, también, escuchemos que los perpetradores de este atentado han sido encontrado todos. Juzgados con justicia. Expuestos públicamente, para que, Colombia, entienda que no puede haber impunidad, donde la sangre inocente clama desde la tierra. Y más allá de los nombres, que este episodio marque un antes y un después en Colombia. Un despertar colectivo, un clamor nacional. Por estructuras democráticas mucho más firmes, más transparentes y más protegidas.

 “Un compromiso real para garantizar la libertad de expresión, la pluralidad de pensamiento, la seguridad de separación de poderes y el derecho sagrado de disentir sin ser perseguido.

“Que Colombia no vuelva a mirar atrás con nostalgia, sino adelante con determinación profética. Y que de esta herida emerja un país más despierto, más fuerte y más justo. Y que podamos decir muy pronto, con los ojos en alto y con el alma firme: ¡la violencia no venció! ¡La democracia prevaleció! ¡El Dios de justicia respondió!

“Amigos colombianos: que el Dios de Jesús El Cristo, Yeshua, Nuestro Justo Mesías. Que el Dios de María, la Madre de Nuestro Santo Maestro, que el Dios de Pedro, del resto de nuestros apóstoles judíos, que el Dios de Israel bendiga a Colombia ahora y siempre. Es nuestro deseo y nuestra tehilah. Shalom para Colombia, sanidad para el joven Uribe y paz para esa gran nación,"                                    

 

 

 

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