martes, 17 de junio de 2025

HISTORIAS DE LIBERTAD ¡ATENCIÓN COLOMBIA! LOS SONIDOS DEL SILENCIO ENCIENDEN LAS SIRENAS DE EMERGENCIA, MOTIVÁNDONOS A UNIRNOS PARA SALVAR NUESTRA DEMOCRACIA, CAMINO A LA LIBERTAD...


 

NUESTRA DEMOCRACIA SE AGIGANTA EN LA MARCHA DEL SILENCIO SONORO





¿Quién es esa dama blanca que la histórica mañana de un quince de junio, domingo para ser más precisos, madrugó para en un silencio sonoro, desgarrador, angustioso y de fe, proclamar: “¡Colombia, aquí estoy aún!"? Sí, soy, DEMOCRACIA. La que mantiene viva el alma y la dignidad de la República. Su orden y su libertad. Su justicia y prosperidad. Donde se respeta la pluralidad de pensamientos e ideas, siempre y cuando estos sirvan para construir un mejor país.

Estoy firme, donde me valoran, me aman, me reconocen, me respetan, porque es triste advertir que allí, donde han prescindido de mi y sólo me han usado para llegar al poder, aferrándose a él, ingratamente, me han echado a un costado, ¡¿qué digo?! ¡Me han exiliado! Y, como dirían en lenguaje popular, me han dado la ‘patadita’ final.

Y esto lo ha hecho mi muy antigua y acérrima enemiga: ¡la dictadura! Que con su disfraz de engañosa  democracia se sirve de esta para hacer ¡la movida más astuta de su vida! Y, luego, conseguir lo que quería: anclarse por siempre en el deseado poder. Y todavía algunos preguntan, con algo de escepticismo e ingenuidad: “Pero, ¿para qué el poder?”. Fácil. Para reconocerse como la única expresión política. Que puede pasarse por la ‘galleta’ los mecanismos democráticos tradicionales y burlar el estado de derecho, las decisiones legítimas de la separación de poderes, de la Constitución, de las leyes y atomizar las instituciones.

De gobernar en Colombia en el caos y para el caos, si no le aprueban sus desventajosas reformas, de tal manera que, sin importar los perjuicios que cause al orden jurídico e institucional, impone a punta de decretos y decretazos, como la discutida consulta popular, donde quiere pasar por alto los 49 votos que, en el Legislativo, negaron su convocatoria. -El Senado el diecisiete de junio, de nuevo, hundió por 52 votos en contra y dos a favor la propuesta del gobierno de convocar a los colombianos a las urnas, este siete de agosto, para votar su consulta popular-. En este sentido, la decisión de la Corte Constitucional, el Consejo de Estado y la Registraduría tienen la potestad para apoyar las decisiones del Congreso, las vías de derecho y afianzar nuestra maltratada democracia.  

Porque, amigos lectores, las autocracias se creen únicas. Son el ‘ombligo’ gobernando. Para estas, no hay contendores políticos. Son las únicas que mandan y ¿la oposición...? No es más que una palabra. Un concepto hueco. No existe y no hay que pararle mientes. Ese es el comunismo, borra, sin problemas, a sus rivales políticos.

... “¡NO MÁS! ¡NO MÁS! Y ¡NO MÁS!”...



Entonces, nuestra DEMOCRACIA, la dama vestida de blanco, agobiada y ultrajada por los abusos y las imposiciones del actual desgobierno, decidió convertirse en el más multitudinario ejército ciudadano, que el quince de junio se congregó en ciudades y plazas principales de Colombia, en la Marcha del Silencio, para decirle a la tiranía: ¡NO MÁS! ¡NO MÁS! Y ¡NO MÁS! ¡Este es nuestro grito de LIBERTAD!

No aceptamos sus golpes ni ‘blandos’ ni ‘duros’ contra la democracia. Sus actuaciones no ejemplarizantes, discursos polarizantes, de retórica incendiaria e imposiciones devastadoras. La corrupción, el desmedido derroche del gasto público, el acentuado déficit fiscal, la dañina reforma pensional y un sistema de salud sin recursos, en total naufragio. Y las obras para el progreso, ¿dónde están? Nada por aquí, nada por allá. Pero, sí el gran peligro de una Constituyente para perpetuar la indolente autocracia. Por estas y otras razones, la ciudadanía invoca un referendo revocatorio para el desestabilizador mandato.

... “¡PASAN DE UN CENTENAR!”...



Democracia, que desaprueba con contundencia el lenguaje hostil de la manida y fracasada lucha de clases. Violencia verbal que, lamentablemente, despierta, sin más ni más, la violencia política, poniendo en peligro y casi que eclipsando -esta es, ahora, la afilada espada de dolor que cruza el corazón de los colombianos-, las vidas de jóvenes figuras promisorias de nuestro quehacer político, como la del joven Senador Miguel Uribe Turbay.

¡Un atentado contra la juventud colombiana!, al tiempo que, en zonas azotadas por la violencia, no paran los asesinatos, ¡pasan de un centenar! de nuestra indefensa Fuerza Pública, donde se evidencia el gran recorte de presupuesto de la actual administración para la seguridad de los colombianos que, de acuerdo a la opinión general, es una estrategia intencional para que nuestro país sea presa fácil de los grupos al margen de la ley. ¡Es el caos total!!

Bandera de Rumanía
    

A medida que avanzábamos con paso firme, veíamos como las manos de los pacíficos marchantes enarbolaban y ondeaban cientos de banderas colombianas, lo que trajo a la memoria como Rumanía fue devastada, reducida a la miseria, casi cuarenta años, por el comunismo, llegando a la dolosa transformación de su sagrada bandera. Colocaron en su centro el símbolo de un agónico y fallido sistema revolucionario, el del martillo y la hoz.

Entonces, observando en la apoteósica movilización nuestro pabellón tricolor y en el centro nuestro noble Escudo Patrio que reza: “LIBERTAD Y ORDEN”, deseaba de corazón no fuera reemplazado por el símbolo del régimen atroz y macabro, el martillo y la hoz.

... “SOY DEMOCRACIA”, EXCLAMABA”...





Desde el parque Nacional, por la séptima, hacia la Plaza de Bolívar, nuestra gran aliada democracia nos fue describiendo a los ciudadanos con sus inconformidades, quiénes dijeron: “Sí a la marcha”. Iban caminando y clamando por la recuperación de Miguel Uribe, por la paz, por el burlado juicio político y por la libertad. “Soy Democracia”, exclamaba. “Mi misión, que Dios me otorgó, es aliviar y sostener el progreso de los pueblos. Por eso, estoy en el corazón del huérfano, del niño, de la viuda, de la mujer cabeza de familia, del afligido, del emprendedor, del microempresario cargando el peso de impuestos inequitativos,  del angustiado desempleado, de los valientes Veteranos y Reservistas de la Fuerzas Militares y del que quiere salud y no la encuentra. De quién clama justicia y leyes mal concebidas lo defraudan y perjudican. Y cuando es bien intencionada, es desobedecida.

“También, estoy en el alma de quién lucha en el campo y en la ciudad, día tras día, por levantar un mejor porvenir, no importando si sus manos están desgastadas, porque en su corazón existe la esperanza de construir un buen país.

“En la familia, la columna de mi sostenimiento, pero con mi detractora, la tiranía del marxismo leninismo, estaría en vías de extinción. Es la gran desplazada, como en Catatumbo, Valle del Cauca, Guaviare, Nariño... Por una falsa paz total, que, totalmente, les ha quitado la paz, su techo, su comida y su seguridad.

“Como democracia soy garante defensora de la vida, tejida por el más Sabio de los Artesanos. Hoy, menospreciada, interrumpida y amenazada, porque, sin temor ni piedad se extrae, se mutila del templo sagrado que la acuna nueve meses y donde se obra el destello milagroso de la vida, en la mujer que pudiendo ser madre, no lo es".

... “¡FUERZA COLOMBIA, SIGUE ADELANTE!”...



“También, estoy en los buenos hombres que, con valor y amor, se lanzan ofreciendo sus loables propósitos por una Colombia, donde la seguridad sea lo primero, cristalizando así la paz y la atracción inversionista. Sin embargo, sus voces son silenciadas por execrables atentados. Mientras, los colombianos, en la Marcha del Silencio Sonoro,  a todo pulmón gritaban: ¡Fuerza Miguel! ¡Fuerza Miguel! ¡Fuerza Colombia, Sigue Adelante! ¡Viva la democracia!”.

“Y es que, como democracia, no estoy dispuesta a desfallecer. Las amenazas foráneas de agendas que, en vez de traer orden, son el nuevo desorden mundial, reduciendo la tasa de nacimientos, liberando guerras, destruyendo familias. Negándole a los ciudadanos el derecho a expresarse, a disentir en  libertad y a la sana conquista de su progreso y sus sueños. Nuevos esclavos de políticas impositivas de miseria y explotación.

“Siendo democracia no admito que la sociedad colombiana, que represento, vea angustiada como el Estado pretende adueñarse de los niños, irrespetando la patria potestad de sus progenitores hacia sus hijos. Serían los ‘obreros’ de esta perversa revolución.

“Además, apoyo a los padres colombianos y su derecho a la patria potestad de sus hijos. No acolito que a los niños se les quiera confundir, cambiándoles su sexo original y por eso los padres colombianos protestan diciendo: ‘CON MIS HIJOS NO SE METAN’.

NUESTRO PAÍS SE REBELA CONTRA LAS IRREFLEXIVAS SITUACIONES GLOBALES



De ahí que, Colombia, en esta marcha del SILENCIO SONORO, valiente y muy decidida se levantó a defender su democracia, frente al esclavismo socialista, a agendas que subvierten el orden normal de los valores y principios, imponiendo el caos mundial. Si el orbe está sumergido en la anarquía, nuestro país, en cambio, se rebela contra las irreflexivas situaciones globales que están llevando a la aniquilación  al planeta, tal y como lo conocemos.

El quince de junio, Colombia, descontenta y unida dijo: ¡No más! Defendamos nuestros valores, nuestras creencias, justicia, principios y sensatez. ¡Viva la democracia! ¡Los buenos somos más! ¡Colombia unida jamás será vencida! ¡Fuerza Miguel, Colombia está contigo!     

Llegando al punto de encuentro en la Plaza de Bolívar, los periodistas nos abrimos paso entre la aglutinada y pacifica multitud, hallándonos en el corazón del emblemático lugar, donde siempre palpita la acción libertadora de nuestro gran Prócer Simón Bolívar. Su respetable y excelsa presencia nos recuerda que, sus batallas, rompieron los eslabones de dictaduras esclavistas, abriendo el camino, para el continente Suramericano, de la democracia y la libertad.

En la base petrea de la imponente escultura de bronce, la Fuerza Pública colocó, dos grandes coronas florales en memoria de los guerreros militares caídos en las emboscadas de los enemigos de la paz y en frente del monumento, levantaron una tarima cubierta, de regular tamaño, en donde representantes de distintas confesiones religiosas, entre cristianos y católicos, prorrumpieron en alabanzas, oraciones y reflexiones, en favor de la vida del Senador Miguel Uribe Turbay y la paz de la Patria.

Asimismo, de los civiles, la Fuerza Pública diezmada por la afectación del orden público nacional y porque la nación defienda, a toda costa, su democracia, sea liberada de la estremecedora tiranía, al no permitir la perpetuación de un gobierno que, hoy, es ampliamente rechazado por el espíritu democrático colombiano, que al unísono invoca: ¡NO MÁS! ¡NO MÁS! ¡Simón Bolívar nos dio la LIBERTAD! (Textos Revista LLAMAS) Espere la Segunda Parte.

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